Os voy a contar porqué adoramos en casa los biberones Avent. Aunque mi intención inicial era darle únicamente el pecho a mi hija, por motivos que no vienen al caso, estuve durante 4 meses con lactancia mixta. ¡Mi pequeña Aldara se ganó con creces el sobrenombre de «Tragaldara» por lo mucho que comía!

A la hora de comprar los biberones, como madre inexperta que era, me lié a leer distintas opiniones sobre los mismos y llegué a la conclusión de que sería ella quien me dijera qué era lo que le gustaba y lo que no. Así que me junté con biberones de distintos tipos y marcas, a saber:
- Biberón de Chicco de cristal: al principio me gustaban los de cristal puesto que era con los que mejor me apañaba para saber la temperatura de la leche que contenían. Desventaja: en seguida se rompió en un descuido.
- Biberón de nuk, de plástico uno y cristal otro. Con el de cristal me pasó lo mismo. El de plástico me gustaba y me convencían como teoría las tetinas anatómicas puesto que imitaban bien a la forma que adopta el pecho dentro del paladar del bebé. Pero ¡ay! Aldara tenía tanto hambre que succionaba con una fuerza terrible y las tetinas «morían» en una semana, con unos agujeros de asustar. Así que los descartamos, porque era un pastón estar cambiando las tetinas con tanta frecuencia.
- Biberón de bebeconfort. El plástico era un poco endeble y les pasaba como a los biberones anteriores. Al ser de boca estrecha su padre y yo, que somos un poco manazas, todo hay que decirlo, teníamos ciertas dificultades para atinar a meter la leche y el agua sin ponernos perdidos.
Por último, teníamos los biberones de Avent, que a día de hoy, son los únicos que sobreviven. El resto murieron, así que podría decirse que ha sido selección natural.
¿Por qué no encantan los biberones Avent?
Para mí es una gran ventaja su boca ancha, que permite su llenado con comodidad y así mismo, un correcto lavado a fondo. Al ser su boca ancha, también su forma es característica, más bajos y achaparrados. Nos resultan muy sencillos de agarrar y se nos escurren menos que los estrechos. Esto también era una ventaja a la hora de su esterilización. Antes de comprar el esterilizador (también nos decantamos por Avent, visto el buen resultado de otros productos), esterilizábamos en olla y con los biberones grandes era realmente incómodo porque no en todas cabían. Con el esterilizador de la misma marca caben estupendamente y sin hacer ningún tipo de maravillas. De hecho, ahora ya no deberíamos esterilizar puesto que tiene 5 meses y no es necesario, pero nos resulta tan cómodo y perdemos tan poco tiempo que seguimos haciéndolo de vez en cuando.
A Aldara son los biberones que más le gustan. Al ser la silicona más dura, no se los carga; es más, tenemos las tetinas nuevas, como el primer día, pese al «tute» que llevan. Esto ha condicionado la compra de los chupetes; el caucho le da un poco de asco y sólo acepta los que son de silicona.
No sabemos lo que es un cólico; la verdad es que no sé si es por la válvula que incorporan, o simplemente porque no tenía que ser, pero es un hecho que mi hija no ha sufrido de ellos. Sí que es cierto que oyes el aire como sale, así que supongo que no tragará mucho y eso ayudará.
Empezamos usando las tetinas del 1, que son las que vienen con los biberones más pequeños (150 ml) . A continuación compramos los intermedios (260 ml), que venían con la tetina del 2 y cuando le introdujimos las papillas las sustituímos por las de flujo variable. Son estupendas, puesto que te permiten establecer el ritmo que quieras en función de su hambre y de la densidad de lo que le estés dando. Tienen así mismo biberones más grandes (330 ml), pero de momento con los intermedios nos es suficiente.
En cuanto al plástico, es muy resistente, aguanta golpes sin que se melle y además, pese a los lavados, está igual de transparente que el primer día.
Respecto al precio, tres biberones de 260 ml en pack me costaron 15,95 euros. No me parece un precio excesivo para la calidad que tienen, ni especialmente elevado respecto a otras marcas. Eso sí, la compra en pack es mucho más barata que por unidades, y también hay que mirar mucho el sitio donde lo compras. En el Corte Inglés sólo uno me costaba ¡8 euros!
Yo estoy realmente satisfecha con los biberones de Avent, y se los recomendaría (de hecho, lo hago) a ojos cerrados a todos los padres primerizos. De todas maneras, al final, por más que a nosotros nos guste un producto o no, los que deciden son nuestros pequeñajos. ¡Nuestros pequeños gourmets!
Más información:
- Puedes comprarlos aquí.
4 respuestas a «Biberones Avent ¡mis preferidos!»
[…] empeñarnos en que nos gusta un biberón en concreto, que si el bebé dice que nones, es que no. Biberones tenéis a cientos en el mercado… todos supuestamente anticólicos, antirreflujo, anti todo. Y al final, la verdad verdadera […]
[…] Los biberones se conservan en buen estado durante más tiempo, no se rallan como sucede si usamos un estropajo, ni quedan restos de cal o se deteriora más el plástico por el excesivo calor como sucede si se meten demasiado en el lavavajillas. […]
Son de muy mala calidad. Se despinta toda la graduación al mes. Otra marca sigue intacta.