El otro día estaba yo viendo el anuncio de Hundred Rooms en la televisión cuando de repente caí en lo que habían cambiado las cosas en todos estos años de viajes. Mi familia siempre ha sido muy viajera y recuerdo que cuando era pequeña los campings los elegíamos por el boca-oído. Siempre había alguien que te decía «oye, tienes que ir a este sitio» y te fiabas, entre otras cosas porque no te quedaba otra. El primer apartamento que alquiló mi grupo de amigos lo cogimos de los anuncios por palabras del periódico local: no vimos ni una triste foto y lo alquilamos así, a la aventura. Los hoteles los cogías mirando catálogos en papel siempre. Bendito Internet. A mí a la hora de viajar me ha solucionado la vida porque absolutamente todo lo hago a través de ahí siempre que puedo: me informo de los trayectos, de los hoteles, hago las reservas, busco planes… Internet me parece la leche para los viajeros.
Hoteles
Como ya os conté, nos encantan los hoteles por muchos motivos. Este verano hemos estado en unos cuantos, más de lo normal, de hecho y no os negaré que nos lo hemos pasado pipa como os he contado aquí y aquí. Pero los hoteles también tienen desventajas. Para mí una es el precio que a veces es un poco terrible. No siempre, claro, y obviamente compensa con los servicios, pero es que no siempre tienes ganas de gastarte un pastizal. Y si vas sólo o en pareja puedes encontrar ofertas, pero cuando viajas en familia y ya no te cuento si eres familia numerosa suele ser para echarse a llorar. Ahora mis hijas son más mayores y podrían dormir en una habitación contigua, pero cuando son pequeños no te queda otra que buscar habitaciones cuádruples o más y no siempre es fácil. La logística se complica terriblemente. Por eso cuando das con hoteles en los que apañarte das saltos de alegría y te los apuntas en la libreta para volver constantemente.
A mí me ha tocado ir mucho a hoteles con las dos, pero claro, somos tres, con una cama supletoria nos hemos apañado… y a veces ni eso, que si la cama es king-size solemos directamente dormir juntas.
Por otro lado, es curioso que los niños no esperan las mismas cosas que los adultos. Yo busco
- Que el hotel esté bien comunicado para facilitarme la logística. Si voy en tren, que esté cerca de la estación y si voy en coche que tenga un aparcamiento decente.
- Que sea tranquilo
- Que esté limpio
- Que tenga conexión a internet
- Que el buffet del desayuno esté bueno.
Mis hijas por contra lo que quieren es
- Que tenga piscina. Da igual que estemos en Madrid o en Tombuctú, un hotel con piscina siempre es un plus
- Que tenga animación. Por eso los hoteles de playa siempre ganan a los de ciudad.
- Que tengan canales de televisión para niños. Siempre que entran en un hotel es lo primero que comprueban.
- Que la bañera sea enorme. Tal vez porque en casa no tenemos.
- Que el buffet esté cañón.
Así que sólo acabamos coincidiendo en lo del buffet en realidad.
Apartamentos
La verdad es que Internet ha facilitado mucho la vida con los hoteles, pero lo de los apartamentos y la red es espectacular. De momento en la manera de buscarlos: abres una web como Hundred Rooms por ejemplo y te comparan los apartamentos de una zona, lo que valen, dónde alquilarlos… una maravilla.
Yo cuando alquilo un apartamento (además del precio que es un básico) suelo mirar impepinablemente las siguientes cosas:
- Situación exacta. Me interesa saber no dónde está (sobre todo si no conozco la ciudad) sino si tengo cerca metro para moverme. Ya sé, el autobús es más cómodo para los lugareños, pero cuando no conoces la ciudad es tan fácil el metro…
- Capacidad del apartamento. Siempre suelo mirar no tanto las plazas teóricas que tiene sino su distribución, si es en sofá cama en el salón o son dormitorios de verdad. Que hombre, para una noche duerme una de cualquier manera, pero si es para más días pues no es lo mismo.
- Fianza y tasa de limpieza. Fijaros bien porque en algunos casos podéis llevaros sorpresas. A veces la tasa de limpieza es desproporcionada y acaba subiendo el precio del alquiler muchísimo.
Suelen ser muy útiles los comentarios de otros viajeros. Desconfiad de los muy buenos o de los muy malos y fiaros mucho más de los que son mas ecuánimes y dan datos concretos. La puntuación general siempre ayuda, aunque en esto pasa como en todo, te puede salir rana a pesar de hacerlo (y si no que se lo digan a mi amiga Úrsula). Mis experiencias son buenas: lo cierto es que se parecía todo bastante a las fotos, los propietarios eran muy amables y estaba todo razonablemente limpio.
Para mí las ventaja de los apartamentos son el precio, generalmente más ajustado, la mayor capacidad, que redunda en que en el momento en que estás más de 3 personas estás más cómodo que en una habitación y, aunque a mí no me afecta, que son más flexibles con temas como las mascotas. Yo no tengo pero sé que quienes tienen perros sufren para poder llevarse a sus mascotas. No todos los apartamentos las aceptan, pero hay mucha más flexibilidad en el tema.
Eso sí… nada de desayuno buffet como los de los hoteles. Snif.
En realidad yo no creo que haya una sola manera de viajar: en función del presupuesto, del sitio a donde vayamos, de la cantidad de días que vayamos a estar, la gente que vayamos a ir etc nos interesará más un tipo de alojamiento que otro. ¡No tiene más!
2 respuestas a «Hotel vs apartamento ¿Qué elijo?»
[…] tiempo nos conviene pensar en nuestra comodidad. En función de nuestro presupuesto podemos elegir irnos a un apartamento, a un hotel o incluso a un camping primoroso como fue hace poco Beatriz […]
[…] un poco harta de ir siempre a los mismos sitios (no os creáis, de gorronear no estoy harta ) ¿Hotel? Mis hijas son todavía demasiado pequeñajas para dormir en una habitación aparte así que tiene […]