Categorías
Maternidad

Esta no es la maternidad que yo quiero

Me lo habréis oído mil veces: paz y amor, y el Plus pa el salón, o lo que es lo mismo, cada uno que haga lo que quiera y que no se meta en lo de los demás. A mí me da igual que el resto sean buenas o malas madres, que críen con biberón, con teta, o como les venga en gana mientras estén felices de la vida. Dios me libre de meterme en la vida de los demás, que bastante tengo con la mía. Lo que viene siendo ser una relaxing mom de manual. Pero el otro día leí, de casualidad, una entrevista a Samantha Vallejo Nájera hablando de su faceta de madre con motivo de la presentación de su último libro y me quedé pensativa por cosas que leí.

A mis hijos intento verles todos los días entre las siete y las ocho de la tarde. Es un tiempo de calidad que utilizo para darnos abrazos y tirarme al suelo para jugar con ellos.

¡Otra vez el tiempo de calidad de las narices! Ya hablé hace mucho tiempo que a mí esto del tiempo de calidad me suena a una manera de autojustificarnos.

Soy muy madraza, pero por el trabajo no puedo estar todo el tiempo que quisiera con ellos. Tengo un mes de vacaciones en agosto, dos semanas en navidades y siete días en Semana Santa en las que estamos todos juntos. Los fines de semana también estoy con ellos. Lo que no voy a hacer es ir al supermercado con un carrito a cargar la compra con ellos porque el tiempo que estamos juntos quiero que sea de calidad, para estar con ellos al cien por cien.

Hacer por obligación cosas juntos que les estresen es lo que no hago. Por no bañar a mis hijos yo no soy una mala madre. No. Bañar a mis hijos o darles la comida nunca me ha apasionado porque, además, me lo como yo todo. Me gusta estar con mis hijos y jugar, bailar… Pues eso es lo que hago.

Os reconozco que ahí sí que me quedé picueta. ¿Creo que Samantha Vallejo Nájera es una mala madre por pensar así? No. Pero yo no estoy de acuerdo, ni es mi modo de pensar. Ella en su casa que haga lo que quiera, faltaría más. Bastante tenemos las mujeres con lo que tenemos para atacarnos las unas a las otras. Simplemente no es la maternidad que ni yo ni mis hijas elegimos. Yo les pregunté directamente a las mías que qué era lo que preferían, estar una hora conmigo y esa hora estar haciendo cosas chulas constantemente o por el contrario verme más y hacer cosas normales. Adivinad qué contestaron. A las mías no les gusta nada lo del tiempo de calidad, ellas lo que quieren es tiempo a cascoporro, todo el que pueda e incluso más.

La maternidad que yo quiero
Mi maternidad incluye un salón desordenado, una niña que no atina a darle al botón, otra que posa con la pierna en la oreja y yo con el flequillo mirando a Cuenca

La maternidad que yo quiero

Yo quiero sus días y quiero sus noches. También las que no duermen bien. Quiero levantarme agotada porque no había manera de que durmieran y harta de todo me las metí en la cama. Cuando me patearon la espalda. Cuando me destaparon. Cuando me enfadé porque yo no quería dormir con ellas y ellas sí.

La maternidad que yo quiero incluye limpiar vómitos (y tratar de que el olor infernal ese que se pega como una lapa se vaya), cambiar sábanas a las tres de la mañana y dar besos de Apiretal. Incluye cambiar pañales llenos de caca hasta la bandera, quedarme sin recambio justo el día que decide hacerse una caca explosiva y estamos por ahí sin cambiador a mano. Aplaudir pequeños zurullitos en el orinal que huelen que matan, limpiar el culo porque no llegan cuando son pequeños, tener que rascar en braguitas diminutas las manchas de un sospechoso color marrón. Mi maternidad incluye unos pedos de calidad capaces de tumbar a un camionero. Incluye acabar con piojos y con lombrices y hacer un montón de cosas por las que hace unos años me hubiese muerto del asco.

Mi maternidad incluye no ir al cine durante mucho tiempo con la frecuencia que me gustaría, haberme tirado años sin casi leer una línea que no fuera infantil. Incluye tragarme Dora la Exploradora si es lo que toca aunque la odie, ir a un concierto de los Cantajuego aunque me quiera arrancar los oídos o bajar al parque que lo aborrezco. Quiero irme a comer a un restaurante y que a los diez minutos se cansen, ir a comprar a un supermercado y que me digan que se aburren, ir a comprar ropa y querer tirar una bomba y huir hacia el otro lado.

La maternidad que yo quiero incluye enfados y días en que las regalaría (y otros tantos que ellas me regalarían a mí), malos pelos por la mañana, contestaciones con monosílabos y esos días en los que están (estamos) tan cansadas que no nos aguantamos. También incluye cosas de las que no me siento muy orgullosa.

Yo no quiero dejar de vivir ni una de las cosas que convierten mi vida en mi vida. Si no tuviera todo esto tendría una vida de película en la que no sufrir ni padecer y que Todo (sea) fabuloso como cantaban en la Lego Película. Yo quiero las cosas buenas, las que nos hacen felices, los momentos buenos… pero también quiero las miserias de la maternidad porque sin eso los momentos excepcionales se convertirían en lo normal y dejarían de tener importancia. Quiero que valoren cada uno de esos momentos únicos y quiero estar ahí, como con mi marido, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad todos los días de mi vida. Porque al fin y al cabo son los amores de mi vida ¿no?

 

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

39 respuestas a «Esta no es la maternidad que yo quiero»

Estamos completamente de acuerdo amiga, yo lo quiero todo y mis hijas también. Queremos estar juntas el mayor tiempo posible, con sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas.
Otra cosa es que yo intente rebajar el nivel de estrés y exigencia al mínimo (soy relajada con los trastos, las duchas, la comida jaja).
Obvio que cada uno escoja la maternidad que quiera, pero la de Samantha tampoco es la maternidad que yo quiero

Absolutamente de acuerdo, Sara. Cada una que viva la maternidad cómo quiera pero no, esa maternidad tampoco es la que yo quiero. Y ya que me pongo, es que tampoco la entiendo.

«A mis hijos intento verles todos los días entre las siete y las ocho de la tarde. Es un tiempo de calidad que utilizo para darnos abrazos y tirarme al suelo para jugar con ellos.»… entre las siete y las ocho… MÁ-TA-ME-CA-MI-ÓN.

3 años después de la primera y a punto de parir al segundo no sé si esta maternidad que describes es la que quiero ¡pero es la que estoy viviendo! Siempre he pensado que el tiempo de calidad es un engaño y por lo menos la mía, prefiere estar arrimada a mí mientras me da las pinzas para tender la ropa, y volverse loca conduciendo la cesta del supermercado, que son cosas que repetimos día sí y día también y no la veo traumatizada por no tener una mega actividad súper chachi guay a diario. Entiendo que no todos hemos nacido para vivir así, lo bueno sería poder elegir el tipo de maternidad que queremos, cuánto queremos renunciar a nuestros hijos en favor del trabajo que adoramos ¡o al revés!

Ay, que me gusta leerte. Pues si, que cada una haga lo que le de la santa gana y que el mundo se llene de criaturas felices. Pero que nadie intente vender la moto del «everything is awesomeeeeeeeeeeeeeeee» (me has dejado la canción en la cabeza) total, que sí, el «tiempo de calidad» es todo el tiempo, porque para mi la calidad es estar en familia, sea bañándola y pegándole un grito porque me ha tirado toda el agua encima, quitando los siete paquetes de fuets que ha puesto en el carro o leyendo cuentos sin parar. Vamos, que chapó, toda la razón. Me encanta tu filosofía maternal!

Madre mía, 100% de acuerdo. El tiempo de calidad es sin más, estar juntos. Un martes a las 6 de la tarde de invierno tumbados bajo una manta y viendo un rato los dibus también lo es. Que el peque ayude a bañar a su hermana por la noche también lo es. Le encanta. Quizá más que otra actividad «de calidad». Recuerdo veranos enteros en que el tiempo de calidad pasado con mi madre era ir a comprar todos los días con ella, y alguna tarde a la piscina. Y encantada oye. A veces me suena a lavado de conciencia estas cosas, que curiosamente suelen venir de labios famosos…

Estoy TAN de acuerdo contigo Sara y me gusta tanto que lo digas tan claro. Yo también quiero tiempo a cascoporro ¿lo has dicho así? con mis hijos que para eso los tuve, para eso un día decidí dejar de dirigir a otros para dirigir a los míos, trabajando el triple y sin manual de empresa. Quiero estar con ellos en la cama cuando nos despertamos, con la espalda rota y los ojos hinchados de no haber dormido por darles agua y aguantar sus toses de invierno y sus pedetes. Quiero llevarlos al cole cada día, recogerlos, jugar con ellos y, sino, jugar en la bañera, peinarlos, cortarles las uñas, echarles una mano a las 23 h. cuando se levantan de la cama recordando que al día siguiente tenían que llevar fotos de seres vivos y seres inertes al cole, asistiendo a sus funciones, a sus partidos, a los cumples para cacharrear con otras madres… Lo quiero todo, todo el tiempo que se va, que se ha ido, que ya no vuelve y que yo lo he disfrutado con ellos. Gritando cuando me inundan el baño, cuando no cenan, cuando lloran sin motivo… y sintiendo que me abrazan y me dicen a cada momento que me quieren. Porque lo han aprendido de mi. Porque yo se lo digo todos y cada uno de los minutos que pasamos juntos. Bravo Sara.

Estoy completamente de acuerdo contigo, y con Pilar porque prefiero tirarme en el suelo a jugar y cantar que tener la casa relimpia . Pero el tiempo pasa muy rápido y prefiero disfrutar de todos los momentos que puedo con ella , con todo lo que eso conlleva estrés, jornada reducida , etc..
Pero en cada casa que cada uno decida como llevarlo.

Lo bueno y lo no tan bueno, como la vida misma. Yo tampoco entiendo por qué hay que renunciar o dehacerse de parte. Yo lo quiero todo.

Yo estoy totamente de acuerdo Sara!!!!!, ….lo del tiempo «poco y de calidad», nunca me lo he tragado!!!!, .siempre me ha parecido una excusa

Yo también estoy de acuerdo y quiero la maternidad que describes, Sara. Aunque algún día en determinados momentos, negaré haber dicho esto.
Por otro lado, el tiempo de calidad está muy bien, aunque no sea haciendo cosas supermolonas, sí que deberíamos dedicar cada día un tiempo a nuestros hijos en el que estemos al 100% con ellos, no con la compra, guardando la ropa limpia y cosas de esas. Lo que no está reñido con que compartamos esas actividades también con ellos. Vamos, que yo voto por las dos cosas: tiempo y también tiempo de calidad.

Lo que es, es y la milonga del «tiempo de calidad» no cuela.. aunque mira que están intentando colárnosla de todas las maneras posibles.
Y estoy contigo, cada una que se organice como le parezca mejor pero por favor, que nos nos vendan humos con nombre bonito.
Bss loca!! 🙂

Creo que no se puede explicar de mejor forma. La vida no es perfecta, eso lo sabemos todos, y la maternidad tampoco. Lo importante es encontrar la felicidad en esos pequeños momentos, algunos increíblemente buenos y otros mucho más normales. Porque… ¿Qué sería la vida sin esos momentos?

Yo no delego a mis niñas porque no me deja mi salvaje instinto. Yo delego limpiar, fregar y cocinar que es lo que me pide el cuerpo. Pero de mis hijas, nada.

A mí me pasa como dice Mama gnomo en su comentario, yo delego fregar, limpiar e incluso cocinar pero mi tiempo es para mis peques sin duda, cuanto más mejor.
¿Porqué ir a la compra con ellos , bañarles o darles de comer no es tiempo de calidad? Para mí calidad es poder disfrutar de cada segundo con ellos.
Eso sí, cada uno con su vida que haga lo que quiera, que yo soy de las que piensa que no hay una única manera de criar a los hijos.
Mis hijos no duermen bien y yo estoy muchos días cansada, pero aún así no me planteo separarme de ellos para poder dormir y perderme una tarde a su lado. Ya dormiremos todos cuando tengan 18 😉

Te aplaudo en todas y cada una de las palabras que dices. Leo tu blog desde hace años porque me gusta, pero este es uno de los post por los que entiendo porque me gusta. Y es porque eres de verdad, de carne y hueso, xq sufres y padeces a tus hijas y eso no tiene precio. Gracias por llamar las cosas por su nombre. Cuantas tardes me pasó con mis peques que me subo por las paredes porque me sacan de los nervios. Luego me siento mal por no haber tenido paciencia con ellos, pero por la noche cuando nos contamos lo que más les ha gustado del día y dicen «estar todo la tarde contigo» me llenan la vida de alegría. Porque sí, a mí lo que más me gusta del mundo es estar con ellos y más que tiempo de calidad, lo que necesitan es una infancia de calidad.

Vivo y quiero la misma maternidad que describes, y creo que la de Samantha también tendrá momentos así, aunque menos porque pasa menos tiempo con sus hijos.
Para ella es lo que hay, dedicándose a lo que se dedica profesionalmente, así que quiero pensar que a lo que se refiere es que, ya que pasa poco tiempo con sus hijos, ese tiempo se lo dedica al 100%.
Un post genial.

Completamente de acuerdo con tu manera de querer vivir la maternidad. Yo también lo veo igual. Lo del tiempo de calidad no me convence. Yo quiero tiempo con mis niños; tiempo en el que habrá tiempo de diversión, de aburrimiento supremo, de enfados y de achuchones 🙂 Pero quiero y necesito pasar tiempo con ellos.

Samantha se está autojustificando y no hay más explicaciones, qué chorradas son esas de que está de 7 a 8 y es calidad. Venga hombre y las que estamos todo el día no es de calidad no? Además que estoy de acuerdo con todas vosotras, lo lógico y lo normal es que tu hijo esté en tu día a día, en tus rutinas. ir a comprar, fregar, hacer la comida, y hasta ir a mear.

Totalmente de acuerdo contigo guapetona!!! Yo también lo quiero vivir todo, los momentos mejores y los peores, cuando vamos a sitios divertidos y también en el supermercado o hacer la comida…en fin por no enrollarme, suscribo y tengo la misma opinión que tú, así que nada más que añadir, me ha encantado tu post!!! Un besazo!!!

Amén palabra por palabra. Yo quiero que pasemos tiempo juntos, que nos riamos, que nos enfademos para luego reconciliarnos con besos y achuchones. Me encanta ser madre con todo lo que ello implica, con lo bueno y con lo malo. Yo no quiero un rato al día, yo quiero hartarme de mis hijos y que ellos se harten de mí.
Olé tú!

Me encanta tu punto de vista y lo comparto, y ojo, que lo del tiempo de calidad es cierto que es algo que siemprr pienso pero que narices, como tu lo plantéas también tienes razón.
Desde luego cada maternidad es de una manera y hay que respetarla, pero creo que si también preguntara a mis hijos, contestarían como las tuyas. Un abrazo!

Durante los dos primeros años y medio de vida de mi hijo estuve trabajando por cuenta ajena, a dos horas de mi casa, viéndole solo para dormir. Si había suerte llegaba al baño. Para mí bañarle era maravilloso porque dotaba a nuestra relación de cierto halo de normalidad que estaba muy lejos de tener. Porque a mí, como decía Andrea por ahí arriba, lo que me pedía mi instinto de leona era estar con mi cría.
Un día la directorA (remarco la A a propósito) me dijo que las madres trabajadoras como nosotras (ya hubiera querido yo para mí su sueldo, al menos, para compensar algo) éramos las verdaderas madres entregadas porque el tiempo que les dedicábamos a nuestros hijos era de calidad y estábamos más entregadas. ¿Sabes qué pensé? Que yo no quería tiempo entregado, quería tiempo. Y punto.
Siempre he creído que lo del tiempo de calidad es una soberana gilipollez. Simplemente, no existe. Necesitamos tiempo para conocernos, para entendernos, para querernos, para enfadarnos y discutir, para jugar juntos y hasta para aburrirnos. Porque, para mí, ser madre no es solo adorar a tu hijo, que le adoro, solo faltaba, sino también sentir la necesidad de mandarle un ratito a tomar viento aunque no lo hagas. Y que él se aburra de verme, también. Al fin y al cabo soy, aunque cada vez un poco menos, claro, su lugar en el mundo.
Me ha encantado, amiga. Un besazo enorme.

Lo de pasar una hora de calidad con tus hijos es como decirle a tu pareja que solo quieres verle un ratito (15 minutos) para chuscar, el resto del tiempo cada uno en sus cosas, no vaya a ser que os conozcáis más y os deis cuenta que no os gustais.

A mí lo que me da la impresión es de que si pasas poco tiempo con tus hijos, y encima siempre de «juerga», les conoces poco, ¿no? No sabes cómo reaccionan en su día a día, qué sienten y demás porque no estás con ellos en distintos momentos y en una hora no te da tiempo tampoco a averiguar mucho y más si son 4. He leído la entrevista y dice que el problema es no saber delegar… A ver, igual el problema empieza por no tener pasta para delegar y termina por algo infinitamente más importante, que de los temas médicos me quiero enterar yo, entre otras cosas. Para la comida diaria sí delegaría jaajaj.
También diré que mis padres trabajaban mucho y vivía una persona en casa para ayudar y tuve una infancia muy, muy feliz en la que no sentí para nada la ausencia de mis padres. En absoluto. Claro que también es cierto que mi padre se quedaba sin comer para llevar a mi hermano a patinar a mediodía, por ejemplo. O que no se perdían una reunión del cole en el que participaban activamente. O que al médico siempre nos llevaban ellos… En su caso lo de delegar era más por necesidad que por hacer lo que les gustaba, que lo veo bastante hedonista sobre todo si te gustan muchas cosas a la vez jejeje, porque se ve que lo que les gustaba era estar con nosotros. De hecho cambiamos de cuidad para llevar una vida más tranquila que les permitiera estar más con nosotros.
Pero bueno, lo ideal es que cada persona encuentre su equilibrio respetándose las necesidades de cada uno aunque yo tengo claro que por los hijos, hay que hacer sacrificios, posponer cosas, darles prioridad a ellos.

Sabes cuándo me di cuenta de que había elegido el camino correcto? Cuando vi cómo una amiga tuvo que preguntar a la nany que había dicho su hija, cuando todavía no sabía hablar bien. Yo, no podría haberlo hecho de otra manera. Pero reconozco el coraje que hay que tener para renunciar a esto por el motivo que sea (todas tenemos derecho a elegir cómo criar a nuestros hijos y a autojustificarnos si queremos, qué narices!)

Te leí en face hace un par de días y no puedo estar más de acuerdo. La maternidad es eso, yo no tuve un hijo para «colocarlo» todo el día y hacer la compra tranquila y verlo una hora al día en «tiempo de calidad». Me molesta el término y todo. Los niños no entienden de tiempo de calidad, los niños quieren cantidad. Seguramente a uno de esos niños que ven a sus padres 1hr al día les preguntas que quieren y te responden que estar más tiempo con ellos. No se, yo es que lo veo de otro modo, me paso todo el día con mi hijo porque al ser autónoma, puedo permitirme tenerlo en el trabajo, y estoy encantada. Tiempo que pasa no vuelve, y cuando seamos viejitas, muchas quizás tengamos que estar rogando a nuestros hijos que acudan a casa a visitarnos más a menudo. Así que yo por si acaso, aprovecho ahora todo lo que pueda.

Llego tarde pero voy a defender el tiempo de calidad.

Veo a mi hermana, que tiene que trabajar para pagar hipoteca, cole, seguro (en Lima el estado de bienestar no llega) y tiene la suerte de tener un trabajo que le gusta, tiene amigos, sale, etc. No está 24/7 con su hijo y le gustaría poder pasar más ratos con él, pero el tiempo que comparten es de calidad, así sea preparando el desayuno, haciendo las tareas, remoloneando antes de dormir, cantando de camino al cole o sosteniéndole la frente mientras vomita. No es solo salidas, es la vida diaria, pero implican cercanía. Recuerdo momentos de pequeña en que nos sentábamos mi papá y yo en el sofá, cada uno con su libro y creo que ese también es tiempo de calidad, aunque cada uno estuviera en su mundo.

Pero hay muchas personas que pasan tiempo vacío (que, ojo, puede ser necesario a ratos, pero no como constante de vida, creo yo). Estar en una misma habitación y enchufar el niño a la tele o al ipad para que no moleste, soltarlo en el parque mientras miras el teléfono o simplemente no escuchar sus ideas, propuestas e inquietudes. La presencia tiene que ser real y aquí es donde está la calidad.

Pero vamos, que concuerdo contigo en lo que dices, que no es plan de estar solo en los momentos divertidos, para eso es suficiente ser tío! ;D

Yo tampoco, conste, creo que sea necesario un 24 / 7. Adoro mis hijas, pero también adoro verlas lejos a veces y tener espacio para mí. No creo que la maternidad suponga renunciar a TODO en esta vida, y decir adiós a nuestro yo no es en absoluto necesario para mí. Hay quien quiere dejar de trabajar, quien prefiere trabajar a tiempo parcial, o quien sigue a tiempo completo. Y para mí todo es válido. Yo sí que creo que los niños nos necesitan a sus padres más de una hora al día y que sí que hay que reorganizar la vida para que los niños tengan su espacio. Por ellos y por nosotros. Por lo demás, completamente de acuerdo, si tú lo que llamas calidad es a todo eso, me parece bien, eso sí que te lo compro 🙂

Me ha encantado el post, estoy muy de acuerdo contigo. No tengo nada que añadir. Acabo de descubrirte y tengo una duda, tienes raíces polacas? Pregunto por tu apellido Un placer haberte descubierto gracias a La sonrisa despeinada

🙂 No, en realidad Walewska es sólo un apodo. Pero sí, es polaco. La condesa María Walewska 🙂

Me ha encantado el post, creo que no puedo estar más de acuerdo contigo, no sabes cómo me identifico en tus palabras… Mis dias, mis noches, mi vida es entera para mi hijo. Es verdad que a veces lo regalaría porque que duras son las noches sin dormir una tras otra, los días sin poder ni lavarte el pelo, ni poder comer sentada , etc… Pero eso es ser mamá, como bien dices tú para lo bueno, pero también para lo malo.
Te seguiré desde hoy. Un saludo!

Los comentarios están cerrados.