Las madres vivimos en un permanente estado de preocupación. Yo no sé si es que viene en el cargo, pero aunque seáis así, de natural relajado como yo una vez que tienes a los hijos fuera del útero todo es un vivir sin vivir en nosotras. Cuando eres hija-sólo-hija tus preocupaciones son llegar a fin de mes, salir por ahí y este tipo de cosas, pero tienes hijos y ahora vas a anteponerlos a ellos. De locos. Te lo dicen hace unos años y no te lo crees. Pero eso sí, tú te piensas que las preocupaciones de un madre van a ser siempre las mismas y NOOOOOOO. ¡Ni de koñen!
Jo, qué mística me ha quedado la portada… Qué le vamos a hacer. La otra alternativa era Beyoncé y claro…

Las preocupaciones cuando estás embarazada
La bienvenida al mundo de las preocupaciones la tienes cuando te embarazas ya que de repente entras en el mundo de oh-dios-mío-están-locos-yo-de-bebés-no-entiendo-una-mierda.
Pero a lo hecho pecho: el bebé está encargado y lo tienes ahí moviéndose como un alien por tu tripa. ¿Me lo habré comido en lugar de haberlo engendrado? misterios de la vida moderna. Cuando estás embarazada y es tu primer bebé te preocupas de cuidarte, de descansar, de mimarte, de leer mucho para estar preparada. Cuando es tu segundo hijo (o tercero, cuarto…) básicamente aspiras a sobrevivir. Tu retoño mayor ocupa todo tu tiempo así que tiempo para comerte la cabeza y estar relajada en un sofá poniendo los pies en alto tienes poquito. Así de cruda es la vida.

Las preocupaciones cuando tienes un recién nacido
Cuando has tenido a tu churumbel la siguiente de tus preocupaciones es «oiga, ¿y esto no se rompe?». Lo has flipado cuando en la clínica las enfermeras cogían a tu bebé como un conejo, sin ningún tipo de contemplación y en tu mente era como si estuvieran manejando un jarrón de cristal de Bohemia (por lo menos) sobre un tractor. «Que se va a caer y se va a romper», piensas. Pero no. Ni se rompe ni se cae… bueno, al menos de momento.
Todo es nuevo: te preocupa no entender si llora por hambre, por sueño o porque le pica el pie. Tú sólo sabes que llora y que intentas hacer todo lo posible porque deje de hacerlo. ¡Ah! Y ya te preguntas si ese cansancio existencial que llevas encima, si esa falta de sueño, ese agotamiento que te ha dejado muerta matada se pasa alguna vez.

Las preocupaciones cuando tienes un bebé
Cuando ya te has hecho ligeramente con tu bebé y ya has asumido que ahí va a seguir, comienzan los problemas y preocupaciones estrella de los niños. A saber: mi niño no me come y mi niño no me duerme. Teta o biberón es un gran hit, y también si somos de Estivill o de Carlos González. Si sacas el tema en una reunión de madres, mejor con el casco puesto por la que te pueda caer.
Lo de dormir nos lleva por la calle de la amargura porque si tu niño no te come y no te engorda, beh, en el fondo no te afecta pero cuando no duerme, qué cosas, no duermes tú tampoco. Así que ese problema sí que tienes ganas de solucionarlo cuanto antes.
Y comienzan los problemas de logística. QUE NO SE PONGA MALO porque a ver qué hacemos con él.

Las preocupaciones cuando tienes un niño pequeño
Al principio tus preocupaciones van en la línea de intentar evitar que se abran la cabeza. Cuando los toddlers comienzan a andar parece que se van a dar una toña en cualquier momento. ¿Os acordáis de ese vídeo del Tricicle? era buenísimo.
Cuando van creciendo la preocupaciones aumentan porque llegan las rabietas. Da igual la edad que tengan: están los terribles 3, los delirantes 4 y los peligrosos 5. Cada edad tiene lo suyo y cuando crees que lo has superado, viene la siguiente.

Las preocupaciones cuando tus hijos crecen
Y comienzan los estudios, las preocupaciones por los amigos y ahora esto de la teta y el biberón nos parecen chorradas comparadas con los traumas porque mi amiga se ha enfadado conmigo. Y tú cada día tienes más ganas de sentarte y decirles, en serio ¿y si dejaseis de discutir un día, uno solo? Porque cuando eran pequeños tú estabas deseando que andaran y que hablaran y ahora resulta que esas habilidades sólo las utilizan para hacer el mal chinchándose entre hermanos.
Que tú te crees que lo de dormir mal se acabó conforme los niños han dejado de ser bebés, pero ya ves en el horizonte ese momento en el que no vas a dormir porque salen por ahí. Y no mola nada.

Total, que desde que te embarazas en adelante vas a vivir preocupada. Mejor no me contéis lo que pasa a partir de la adolescencia porque no sé si estoy yo preparada.
2 respuestas a «Las preocupaciones de una madre»
Ya ves, los míos son pequeños y ya me hubiera quedado estancada en la fase de embarazo ¡con qué tranquilidad viví ayo antes de que sacaran la cabeza al mundo! Lo del no dormir cuando llegue la adolescencia… ¡ahora entiendo porqué la gente llega a la tercera edad con el cuerpo ya hecho a dormir poco!
Hay que tomarselo con humor y sobre todo con paciencia y tranquilidad, no hay que ser tan aprensivos pero si que es cierto, que las preocupaciones ya no se van de la cabeza. y lo que dices, que la adolescencia mejor no pensarlo porque nos queda mucho, ya llegará y igual el mundo da la vuelta y volvemos a lo de antaño.