Categorías
Maternidad

No hablo yo, habla mi cansancio

No soy una persona quejica.  No, no lo soy. No me gusta quejarme por las cosas que me pasan, ni hacer mundos de mis problemas. Creo que tengo las espaldas muy anchas y soy una persona con mucha capacidad de trabajo. Estoy constantemente haciendo cosas y cuando paro enseguida me aburro. Necesito movimiento. Me gusta hacer muchas cosas a la vez porque soy así, un culo de mal asiento. Pero ahora mismo no soy yo la que habla, habla mi cansancio.

Mayo es mi mes preferido, siempre lo ha sido. Es mi cumpleaños y pasan cosas muy chulas. Me gusta mayo. Pero de unos años a esta parte llego a gatas, agotada al final de curso.

cansancio

Esta soy yo. Fue una foto que me hice al día siguiente de la presentación de mi libro en Barcelona. Como veis, estoy sin peinar, en pijama, sin retocar, y sin desmaquillar porque acabé tan cansada que ni eso pude hacer. Una foto sin glamour. Y pese a todo me gusta. Soy yo. Esa es la mujer real que está aquí detrás, la que no puede con todo, que no está perfecta todos los días (o casi nunca) y que se muestra a calzón quitado. No tengo nada que ocultar: esto es lo que hay.

Llega el fin de curso y quiero cumplir con todo el mundo. Con mis hijas, lectores, familia, colegio, trabajo … y mi yo acaba quedándose en un rinconcito. Quiero cumplir, digo, porque realmente LO QUIERO. Quiero ver a mis hijas en los festivales del colegio y sentirme orgullosa. Quiero colaborar en el cole porque realmente creo que es necesario echar una mano. Quiero irme con mis amigas a pasar un fin de semana fuera, y no sólo quiero, es que voy y lo disfruto. Quiero ir por trabajo de viaje, me apetece. Quiero escribir, porque me gusta. A nada me están obligando.

Y ese es un problema. Que siento que no tengo DERECHO a quejarme. Muchas de las cosas las he elegido yo activamente y otras implícitamente en el momento en que decidí tener hijas. Son mi decisión. Aguantar su mala leche, su cansancio, su agotamiento por el fin de curso… eran parte del pack. Y yo no fui engañada ni pensé que fuese a ser sencillo.

A veces las mujeres nos cargamos demasiadas cosas a la espalda. No hace falta que nadie me lo diga. Sinceramente, estoy tan agotada física y mentalmente que sólo quiero dos cosas: La primera, que no va a pasar, es irme sola a cualquier lugar sin internet y sin gente a estar sola conmigo misma. A desintoxicarme de mi vida y coger impulso para seguir. La segunda, sencillamente que alguien me dé una palmada en la espalda y me abrace.

No necesito que nadie me diga lo que ya sé, que pasara, que dentro de unos años lo echaré de menos. Necesito que alguien me diga, chata, tienes para esto y para más y me dé un achuchón. Necesito llorar, romperme, hacerme pedazos para después recomponerme y seguir.

No necesito consejos, necesito comprensión.

Y es que para mí lo más duro de la maternidad es, con diferencia, poder aguantar las mierdas de los demás, los malhumores, los cansancios ajenos cuando yo misma estoy que no puedo más. Y no puedo DE VERDAD. Saber qué es lo que necesitas… y no poder hacerlo es para mí lo peor del mundo. Necesito irme, airearme, descansar cuerpo y mente, y eso no se puede.

Si alguien os dice que es superwoman, no la creáis. Sentirse así es perfectamente normal, y creo que reconforta oírselo decir a otros. No estás sola. No sólo te pasa a ti. Yo hay veces que creo que puedo con todo y otras que todo parece que puede conmigo.

Hubo una vez en que las circunstancias me sobrepasaron tanto que no podía dejar de llorar y mis hijas se dieron cuenta de que habían tensado demasiado la cuerda. De verdad creo que nuestros hijos tienen que vernos llorar, vernos bien y vernos mal cuando lo estamos. Educarles con la presión de que las madres / padres / chicos no lloran es innecesario. Es mucho mejor pedir ayuda cuando no estás bien, sea puntualmente como yo en estos momentos, o si es algo más grave. Nunca hay que avergonzarse de necesitar ayuda. Las emociones están ahí y fingir algo que no sentimos ni es bueno para ellos ni para nosotros. No podemos cargar nuestras porquerías sobre ellos, pero tampoco tenemos que fingir que estamos fenomenal cuando no es así. Los niños aprenden de lo que ven y si les ocultamos la realidad creo que les estamos haciendo flaco favor.

No quiero consejos y tampoco voy a darlos yo. Ánimo. Nosotras podemos. Y si alguien encuentra una isla desierta por ahí a buen precio, que la ponga en wallapop y avise.

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

12 respuestas a «No hablo yo, habla mi cansancio»

Madre mía, qué bien lo has reflejado. Pues aquí va un achuchón virtual: Chata, puedes con esto y mucho más, y muchas gracias por compartir!

Yo estoy igual. Ojalá me diera por llorar, porque me da por estar a la que salto, por hablar mordiendo, por tener cero paciencia y tampoco es justo para los demás.
Yo, más que por el fin de curso, creo que es por los primeros calores, que siempre noto que me afectan. En poco tendré el cuerpo adaptado y lo llevaré mejor.
Ánimo, que podemos.

Sin consejos.
Me encantaría compartir contigo una taza de té con bizcocho de limón y un buen abrazo!!
¡¡¡¡¡El fin de curso es lo peor!!!!
Yo me he lesionado al levantarme de la cama porque se me durmió el pie así que además, voy coja!!!
Y todo TODO es x agotamiento extremo.
¡¡Mucha fuerza y muchos abrazos!!

Animo, desahogarse es bueno. Y gracias por recordarme que no soy Superwoman, porque yo pensaba que lo que tú no eras…era terrícola, jajaja. Yo pensaba para mí, es extraterrestre: cria a sus hijas, escribe un blog, es ama de casa, ha escrito un libro, va a reuniones… Lo dicho eres una alienigena camuflada. A mí no me la das. Jajajaja

Un achuchon virtual que te puede asegurar que a «las chica tronas del norte» también nos pasa eso: los altibajos de ahora puedo con todo y de ahora no aguanto más .Un Muak y que llegue rápido tu momento de encontrarte arriba

Estoy como tú, no tengo hijos, pero el mes de mayo lo tengo lleno de fines de cursos ( por mi curro) y actividades mil…sobrecargada muchas veces por mi culpa…pq creo q puedo con todo…pq soy excesivamente autoexigente y perfeccionista y eso se vuelve en mi contra…pq no sé delegar… Yo tb quiero llorar y necesito un achuchón… Totalmente identificada contigo y muy fan tuya 🙂

Te comprendo perfectamente, así que te mando un súper achuchón mega fuerte!!!! Estoy segura de que conseguirás sobrevivir!!! Ánimo y si encuentras una isla desierta me avisas que me voy para allá contigo!! Un besazo!!

Aquí tienes mi super, mega achuchón!!!! Y sí, YO TAMBIÉN LLORO DELANTE DE MIS HIJOS. Hace tiempo que decidí no esconder mis flaquezas. Y se lo digo claro… «Ahora mismo, mamá no puede más.» Y lo mejor es que entonces son ellos los que nos dan ese abrazo y esas palabras que tanto necesitamos en esos momentos.

Un besazo enoooooooorme!!!

Los comentarios están cerrados.