Categorías
Bebés

Arnidol

Me pongo místico-religiosa: ¡¡¡¡Dios, qué gran invento!!! Conocí Arnidol para golpes por una usuaria de Ciao que hizo una opinión y lo ponía tan por las nubes que leí el resto de comentarios. Como todos hablaban maravillas del chisme éste en previsión de una de las caídas de Aldara lo compré.

¿Y qué narices es Arnidol?

Pues es «la barrita mágica» que le doy a la niña cuando se me cae aparatosamente. Es una barrita de una sustancia untuosa incolora que hace que los chichones y los morados desaparezcan como por arte de magia.

A ver: Aldara es una loca de la vida. Tiene la mala costumbre de ir acelerada y como todavía es un pegote pequeño (aún no ha cumplido los 10 meses) camina, pero agarrada de una mano. Cualquier día se va sola, pero de momento nos conformamos con que ande agarrada. Ahora parece que lo hace con un poco más de conocimiento, pero hasta hace nada en vez de andar corría, cuando justo le venía para sujetarse. ¿Conclusión? Se pega unas leches de asustar. La mayoría de las veces son caídas sin importancia, pero ha habido tres o cuatro veces que se ha pegado unos bofetones tremendos. Situación: niña en el sofá, nos descuidamos dos milisegundos y de repente, plof, niña de cabeza al suelo. Aldara, para más señas, como yo digo, es vasca vasca (los vascos, que nacemos donde queremos) y tiene un cabezón importante. Así que es lo primero que da en el suelo. Después del golpetazo le empieza a salir un chichón en plan dibujo animado que lo ves que ¡flop! aflora como si fuera un clavel reventón. Animalico de dios… Entre el golpe y el susto, por lo general se tira 40 minutos llorando a moco tendido de manera inconsolable.

Intentamos que no se caiga, y ya hemos aprendido que hay que estar con cienmil ojos vigilándola, así que tratamos de minimizar las caídas importantes. Pero es un poco inevitable que a veces se haga daño. Y en estos casos, el Arnidol me ha sacado de más de un apuro.

En serio: el último golpe fue terrible. Se dio contra un suelo de mármol y el chichón fue de aúpa. Así que corrimos a coger el arnidol (que desde que se cayó la primera vez me acompaña siempre en el bolso) y se lo aplicamos generosamente en la frente. A la mañana siguiente ¡milagro! donde el día anterior había un huevo (de avestruz, por lo menos) sólo quedaba un ligeríiiiiiiiisimo morado muy diluído. Vamos, se notaba, pero tan poco que no parecía que el día anterior hubiese ocurrido semejante debacle. Todas las veces que le he aplicado el arnidol, a las pocas horas aquello había mejorado a marchas forzadas.

arnidol para golpes

Presentación de Arnidol

El Arnidol se compra en farmacias y parafarmacias al irrisorio precio de 7 euros. Digo irrisorio porque visto lo que dura y los efectos que tiene, me parece un precio más que ajustado. Viene en una especie de pack de plástico rígido (es el que aparece en la foto) en el que está incluída la barrita. No viene prospecto, porque no es un medicamento.

La barrita, para que os hagáis a la idea, mide 7,5 cm de alto por 2,5 cm aproximadamente de grosor. O sea, que viene a ser como un pintalabios pero más grueso. Su funcionamiento es idéntico; si giras la base sale el stick. Ellos dicen que es un gel; a mí, personalmente me recuerda más a la textura de una pomada, pero más espesa. Casi como los brillos de labios estos que vienen en una latita metálica. Algo así, sólo que tiene un ligero color entre verdoso y amarillo. Yo tengo el sentido del olfato atrofiado completamente, pero juraría que no huele mucho… a mí concretamente no me huele a nada, pero ya os digo que salvo embarazada que era capaz de oler un yogur a tres kilómetros de distancia, normalmente tengo un olfato pésimo.

El aplicador es de plástico transparente con unas sencillas letras en un color entre morado y azul marino. En la foto parece más marino, pero el que tengo yo tira más a morado. A ver si además de capada olfativamente soy daltónica y la fastidiamos. El cierre de la tapa es bastante seguro y no tiene tendencia a abrirse en el bolso por si solo. Se cierra a presión.

La aplicación es sencilla; sacas la barra y lo pasas por la zona amoratada o hinchada. Es necesario que no haya heridas, dicen en el envase. Supongo que si no picaría. La única pega que he conseguido encontrarle, y es una tontería, es que como es bastante consistente hay que hacer una ligera presión para que corra y nunca sabes si te estás pasando o no llegas. Como además es incoloro y no deja marcas más allá de una pequeña humedad, no sabes si le has aplicado suficiente o no. Pero bueno, a gusto del consumidor. Yo he hecho mía la frase de mis amigas de «no hagas corto en la vida», así que la embadurno considerablemente.

La barra tiene 15 ml de producto y aguanta unos 6 meses desde que ha sido abierta. Casi podría asegurar que la tiraré medio entera porque apenas se gasta y ya la hemos usado varias veces. No requiere frío para su conservación, pero si véis que se derrite un poco en estos días en los que se caen los pájaros de los árboles de la chicharra que hace siempre la podéis meter a la nevera. Aunque como digo, no es imprescindible.

El producto

Como he dicho, no es un medicamento, lo que hace que se pueda aplicar siempre que se quiera. Según el estado del chichón (aunque baja considerablemente desde su primera aplicación siempre queda algo de morado, aunque sea mucho menos aparatoso de lo que sería en el caso de no usarlo), se le da más o menos veces y ya está. Es mucho mejor que el thrombocid por ejemplo para los niños porque hasta el año no está indicado su uso. Y los efectos, para mi gusto, son sensiblemente mejores.

Está hecho a base de árnica y harpagofito. El árnica lo conocía porque es lo que se ha utilizado de toda la vida para los golpes (hay muchísimas referencias en la literatura a su uso para minimizar los efectos de las palizas), pero el harpagofito, vamos, aunque me mataran no sabría decir para qué es. Así que lo he mirado. Aquí dicen que es un tubérculo africano de color ocre que se deseca y se tritura. Al parecer exhala un penetrante olor amargo. Entre sus propiedades apuntan que es antiinflamatorio, analgésico, antiespasmódico, estimulante digestivo y colagogo (estimula la excreción de bilis de la vesícula biliar). También dice que está indicado en las siguientes situaciones: artritis, reumatismos, traumatismos, artrosis, dolores musculares y de espalda, inapetencia, disfunciones del hígado y la vesícula biliar, espasmos gastrointestinales, gota y problemas prostáticos. Pero por favor, si lo que tenéis estropeada es la vesícula ¡¡¡¡no se os ocurra comeros la barra de arnidol!!!!! (me siento como aquel manual de instrucciones que decía que no había que meter a los gatos en el microondas… es bastante obvio que esto no se come).

Así que los ingredientes que tiene son naturales y muy muy efectivos. Lo podéis utilizar con los niños, con ancianos y por supuesto con adultos. Yo también tengo bastante tendencia a hacerme moraduras (es lo que tiene mi piel, extremadamente sensible y que en cuanto la tocas, zaca, moradura al canto. Vamos, que parece que me maltratan, mi marido alucina) así que en algún caso lo he usado conmigo y también me ha resultado muy útil. El moratón baja mucho más rápido y adquiere el característico color amarillento de cuando e
stá ya en su última fase a gran velocidad.

Mi valoración

Pues un 10 como la copa de un pino ¡qué gran invento! Con Arnidol podéis olvidaros de bolsas de hielo para bajar la inflamación; es muy rápido y muchísimo más cómodo y sus efectos son fantásticos.

Más información

  • Cómpralo aquí.

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

3 respuestas a «Arnidol»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

uno × tres =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.