Categorías
Puericultura

Mantita Fisher Price Link-a-Doos

Como ya os comenté, a todo el mundo le dio por regalarnos gimnasios para bebés cuando nació la niña. Qué manía. El primero fue a parar a casa de mi madre, porque era el más cutre, el segundo (de imaginarium, y que podéis leer la opinión que ya hice) fue el que utilizamos durante mucho tiempo y éste último que es el que tenemos ahora mismo.

Creo que la intención de la que me lo regaló fue que lo usase desde el primer día. Gracias a Dios, tenía el otro de Imaginarium, porque con éste no nos hubiésemos podido apañar nada bien. Que si no hay otra cosa, pues te apañas de todas maneras, pero «en pudiendo» elegir, no me quedaría con éste.

link a doos manta fisher price

Fases del desarrollo del bebé

Hago esta introducción, porque aquí solemos presuponer que estas cosas la gente las sabe y en honor a la verdad, hasta que Aldara llegó a nuestras vidas yo estaba tan pez como cualquier otro. Y pienso que estas cosas no sólo las leen las madres o padres, que sí que tienen claro cuál es proceso de desarrollo de su hijo, sino también gente que no tiene hijos pero que tiene que hacer un regalo, algo bastante común. En realidad, un gimnasio de estos, una mantita es un MUY BUEN REGALO, siempre cerciorándose de que los padres no tienen más, ¡claro!

Para que os hagáis a la idea, y os pondré de ejemplo a mi hija, que es a la que más conozco, hasta los 3 meses incluídos, el bebé permanece en posición horizontal. Desde hace varios años ya, se recomienda que los niños duerman boca arriba porque parece ser que la posición boca abajo favorece el síndrome de la muerte súbita. Así que ahí están todos, como gatos panza arriba todo el día, durmiendo o despiertos. En estos primeros meses el bebé es bastante mueble y hace más bien poca cosa. Al principio justo le viene para enfocar la vista correctamente y poco más. Poco después comenzará a mover las manitas, a descubrírselas y a saber que eso forma parte de su cuerpo. Es por esto que tratan de coger las cosas que penden éncima de él. De ahí los móviles de cuna.

A partir de los 3 meses, comienzan a sujetar la cabecita, lo que permite que, en ocasiones (mi hija lo odiaba) los puedas colocar boca abajo para que vayan fortaleciendo la musculatura. A partir de ahí, el desarrollo varía mucho según el niño que sea. Al parecer, los niños «eligen» qué es lo que les corre más prisa desarrollar, si el movimiento (hacer la croqueta, cogerse los pies, etc) o bien el habla. Mi hija estuvo muda hasta los 6 meses casi, en cambio era un hacha con todo lo que tenía que ver con el movimiento.

Con un poco de suerte, con 5 meses comienzan a mantenerse mal que bien sentados, aunque es frecuente que se caigan para atrás. Todavía no lo controlan. Con 7, mi hija aguantaba solita perfectamente y ella concretamente empezó a gatear más tarde de dar sus primeros pasos, a los 9 meses.

Creo que es necesario esto para hacerse una idea de las ventajas o desventajas de esta manta.

En qué consiste

Es una mantita de aproximadamente un metro cuadrado (igual son 90×90, pero está la niña durmiendo y no voy a entrar metro en mano) con una estación de actividades en un lateral.

Ésta consta de tres partes diferenciadas:

1- Un pollito montado sobre un muelle, de plástico duro y con las alas de tela, muy aptas para el chuperreteo.

2- Una casita donde vive otro pollito. Éste sale si oprimes una palanca en la parte inferior. Es muy fácil hacerlo salir, y si no, está la opción de mi hija, que metía directamente la mano y cogía al pollo por el pico. Expeditiva que es.

3 – Una flor que combina partes blanditas con otras más duras y con distintas texturas. También está montada sobre un muelle.

Cada vez que el bebé mueve alguna de las partes, hace su sonido y a continuación suena una música que va acompañada por un carrusel de luces (nada ostentoso, dicho sea de paso, sencillísimo). Hay cinco melodías, que se suceden una detrás de la otra. Si la interrumpes, salta la siguiente.

De la casita del pollito sale una especie de brazo en el está fijado un espejo enmarcado por una flor. El brazo es extensible, de manera que si el niño tira, sale más. Pero no se mete salvo haciendo fuerza, ellos no pueden. No es que sea una fuerza excesiva, pero es la suficiente como para que no puedan ellos. Como la parte de abajo, está montado sobre un muelle, de manera que el niño lo puede mover a su antojo.

La mantita es de algodón, juraría, con un poco de guata en su interior. Tiene una especie de argollas blanditas de las que se pueden sujetar los Link-a-doos, que es una colección de chismes que tiene Fisher Price en plan baratos (sobre unos 6 euros más o menos), que tienen como denominador común que tienen una argolla para sujetarlos. Se pueden utilizar de manera independiente o bien con la mantita. Incluídos vienen 2, muy sencillos, pero como digo, si se quiere se pueden poner de otros sitios. Hay multitud de cosas para críos que van con argollas, así que por pingos de estos será.

Pros y contras

En el embalaje aparece un crío en distintas etapas de su vida de bebé utilizándolo: tumbado cuando tiene 2 meses, bocabajo cuando es un poco más mayor y sentado cuando tiene la edad de mi hija.

En la práctica, yo os diría que para recién nacidos es un coñazo. Como he dicho antes, los recién nacidos son bastante muebles, y para ellos afinar ojo y mano es todo un logro. Así que bastante tienen con «intentar cazar moscas» y coger lo que está suspendido sobre ellos. Como aquí por encima no pende nada, se tienen que aburrir a rabiar. Además, es que no puedes colgárselo porque al carecer de barras, como no se sostenga solo mal vas.

Además, la mantita está rellena, pero es tan mínimo el relleno que el bebé no tiene demasiada pinta de cómodo. Y si no tienes parquet, seguro que el frío del frío suelo le llega.

La opción de boca abajo, pues tampoco. En esta generación de bebés, que duermen todos boca arriba, esta posición no suele tener muchos fans. Ya os he contado que estoy en un foro de mamis que tienen niños de la edad de mi hija y lo normal es que todos se cabrearan cuando les ponían así. Creo que ninguno estaba cómodo. Criaturas, si se han pegado 3 meses panza arriba, como para querer estar boca abajo, con la fuerza que hay que hacer con el cuello.

Sólo me parece útil en la posición de sentados. Yo ahora lo uso mucho, realmente. Tuve que quitar el de las barras, porque mi hija se jugaba la vida intentando ponerse de pie apoyada en ellas, con lo inestables que son. Aquí no hay barras, así que no hay problema. Tampoco tiene límites, así que cuando se harta, gatea hacia otro sitio y ya está. En el otro se mosqueaba porque no siempre podía salir.

El centro de actividades le gusta bastante y juega mucho (ya sabéis lo que quiere decir mucho con 10 meses: 5 minutos). Está ahí venga a darle. Las musiquitas no son muy cansinas, se aguantan bien. Tiene, de todas maneras dos modos: uno superestridente (con el volumen bien alto, para competir con los vecinos maquineros) y otro más relajado (que suena infinitamente más suave). Es buena idea. Cuenta también, por supuesto con el botón de apagado, por si no queréis oir «If you’re happy and you know it clap your hands» hasta la saciedad. Los niños también deberían incorporarlo 😉

En estos momentos me resulta útil, pero no sé yo si lo hubiese comprado. Si tenéis que elegir entre un gimnasio de primera edad y éste, decantaos por el primero sin duda. El de Imaginarium es estupendo. Lo uso porque lo tengo, pero a) la manta a estas alturas nos da lo mismo, nos apañamos igual con las piezas estas de puzzle-eva, que aislan el suelo y permiten hacer composiciones b) el centro de actividades no deja de ser un juguete como otro cualquiera y vale un pastón.

Me lo regalaron, pero en unas rebajas de Hipercor vi que costaba 60 euros. Ozú. Demasiado caro.

Así que bueno, si os lo han regalado no sufráis que algún uso le daréis. Pero ante la disyuntiva de qué hacer, yo no lo compraría.

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.