Aldara ya comienza a ser una mujercita y es como una lima; tiene un agujero sin fondo en el lugar donde tendría que tener un estomaguito cerrado. Por eso cuando cumplió los cuatro meses (hay que ver como se pasa el tiempo), le suplicamos al pediatra que nos dejara darle cereales porque si no, cada vez las tomas eran más seguidas y se pasaba el día en un pienso. Como era el siguiente paso en su alimentación y tenía 4 meses por aquel entonces, nos dio vía libre.
Otra cosa no, pero cuando tienes niños te llenas de muestras. Algún día pondré las webs a las que podéis escribir solicitándolas porque es un auténtico filón; podéis pasaros días y días dándoles a vuestros pequeños exclusivamente de comer con lo que os mandan. El caso es que teníamos muestras mil de cereales sin gluten.
Yo creo que los he probado todos porque ya os digo que tenía muestras para aburrir y sinceramente, no he encontrado muchas diferencias. Llama la atención la extensa gama de productos de Ordesa (Blevit), que tienen papillas para todos los gustos y colores. Yo al final me decidí por estos por una cuestión estrictamente de precio y la cosa es que no me quejo. Me cuestan en torno a los 3,50 euros, casi la mitad de lo que cuestan cualquiera de los de Ordesa y a mi hija le gustan.
La primera probatina fue en papilla. Yo le preparaba 90 de leche e iba añadiendo cucharadas de cereales hasta que quedaba con la consistencia adecuada. Estos cereales hacen unos pocos de grumos, pero con el uso de una varilla me quedaban divinos. Ésta me la regaló mi madre y es como la que se utiliza para mezclar masas, pero en chiquitín. ¡Es utilísima para disolver la papilla! ¡Grumos fuera!
Yo creo que más que porque no le gustasen los cereales en papilla mi hija lo rechazaba porque ella es un «animal de costumbres» y cuando llegan las 20:30 de la noche está tan agotada que prefiere tomárselos en biberón porque es infinitamente más rápido. No tiene ningún problema con la cuchara y el sabor debe ser bueno porque en biberón se los toma a la velocidad de la luz. El problema era más bien «papilla a las 20:30» más que «papilla», así a secas.

Así que le pregunté al pediatra y me aconsejó hacérselos directamente en biberón. Y eso es lo que hacemos desde entonces. Le preparo un bibe de 210 y le echo más o menos 5-6 cacitos sin rasar, así, lo que cae. Queda una textura espesa, pero no lo suficiente como para que el biberón se obture. De todas maneras, si vais a empezar con los cereales, os recomiendo vivamente que utilicéis una tetina de posiciones y flujo variable, porque con las iniciales que vienen «de serie» en los biberones tarda mucho en salir y los niños se desesperan. Con estas, en 10 minutos todo lo más, cena lista.
A Aldara le gustan mucho y exhala un perfume a cereal estupendísimo que ayuda a matar un poco el poco agradable olorcillo de leche en polvo, que huele a química que mata. Yo no he notado que la estriña; es más, desde que hemos empezado con la alimentación complementaria ha pasado a convertirse en un kinder sorpresa (expresión que utilizamos cuando el pañal está relleno de una fragante sorpresa) de 2 a 3 veces cada día. Yo sospecho que tiene mucho que ver la fruta y la verdura, pero el caso es que estreñida no va ni de lejos.
Esta papilla concretamente utiliza los cereales maíz y arroz, que no tienen gluten. Lleva lecitina de soja entre sus ingredientes, grasas vegetales, vitaminas, sales minerales, proteina del guisante (???) y azúcar… esto último se lo podían haber ahorrado tranquilamente, pero es dificilísimo encontrar alimentos infantiles que no lo lleven. Vamos, la composición habitual
Se presenta en un paquete de cartón de 600 gramos, que incluye dos bolsitas con 300 gramos cada uno de aluminio. Creo que también se vende en un paquete de 300 gramos, pero no lo he visto y dado lo que duran tampoco le veo la utilidad.
El precio es muy competitivo y se encuentra entre los productos más baratos de este tipo en el mercado. Dado que son fáciles de encontrar (los tenéis en casi cualquier farmacia) y que la marca tiene más de 60 años de investigación a sus espaldas, a mí me ofrecen las suficientes garantías. Ya que le van bien, no veo la necesidad de probar otras marcas más caras. Si le fuera mal sería otro cantar.
Me gustan mucho los productos Nutribén y me gusta su precio, así que no puedo más que recomendároslo.