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Puericultura

Escobilla limpia biberones y tetinas de Avent

Esta entrada la escribió Marta González de Mis Canguritos Esta escobilla limpia biberones y tetinas de Avent la compré un par de meses después de nacer Adrián, ha hecho un año por ahora, cuando empezó a tomar mi leche en bibe cuando estaba en casa de mis padres. La verdad es que las hay mucho más baratas, pero a mi me ha compensado su calidad y la confianza en la marca. Vamos a ver cómo es este aparatejo.

Escobilla limpia biberones y tetinas de Avent

Así es la escobilla

Lo primero que debo deciros es que hay dos tipos de escobillas. La que ahora comercializa Avent, o por lo menos se ve en su web, no es la misma que yo compré el año pasado. En las fotos os pongo las dos. La primera es la “nueva” o al menos la que se ve ahora en las tiendas; la segunda es la mía, que se ve que es la “vieja”.

El nuevo modelo tiene forma de cepillo con el mango curvado y terminado en una especie de salientes de goma flexibles que sirven para limpiar las tetinas de la misma marca. Supongo que su diseño estará muy bien estudiado y será muy novedoso si lo han cambiado por el antiguo pero no he tenido el gusto de probarlo porque aún conservo la escobilla del año pasado en muy buen estado.

Mi modelo es más tradicional, del tipo que podemos encontrar en cualquier supermercado un poco grande, y a un precio bastante inferior, todo hay que decirlo…

Tiene un mango recto de color azul, de plástico semitransparente, más fino en la parte superior, de donde sale el cepillo, y más ancho en la parte inferior, de donde agarramos y donde se esconde el pequeño cepillo que sirve para limpiar las tetinas. El mango tiene unos 16 centímetros y en el extremo tiene un pequeño gancho para colgarlo de algún soporte si nos apetece, sino pues lo dejamos en el cajón de los cubiertos o donde guardemos las cosas de nuestro bebé.

En la parte superior, sujetas a una pieza metálica en espiral, están las cerdas de plástico blanco y flexible que hacen la función de limpieza, con forma de cilindro. Esta parte de las cerdas tiene unos 10 centímetros. La pieza metálica que sujeta las cerdas está doblada sobre sí misma en el extremo para no dañar los biberones en el fondo. Además está recubierta de una capa de ese material blanco parecido a pintura plástica que llevan los metales para protegerles. Con ello no dañamos los bibes en la limpieza.

El mango es hueco y en el extremo, como os he contado, aloja el pequeño cepillo que sirve para limpiar las tetinas. Se extrae de un pequeño asa de plástico del mismo color que el mango grande y mide en total unos 11 centímetros. La parte de asa es más o menos igual de larga que la del cepillo, que en este caso tiene las cerdas de plástico de color azul y con forma piramidal, más estrecha en la parte superior, para llegar bien a todos los rincones de la tetina. Las cerdas se sujetan con el mismo sistema que las del cepillo grande y también llevan el soporte metálico doblado sobre sí mismo.

Y esto es todo… es que es un trasto muy simple y no hay mucho más que contar… así que, por una vez, seré breve.

Así se usa

Se echa un poco de agua en el bibe, un poco de jabón del que usemos para lavar la vajilla normalmente, metemos la escobilla y a frotar… no hay más que explicar. En el caso de las tetinas seguimos la misma operación. Una recomendación a tener en cuenta es eliminar bien los restos de jabón de los dos cepillos una vez acabada la limpieza, y dejar secar bien para que el metal del interior no se oxide. Haciendo esto la escobilla nos durará mucho.<

Pros y contras

Como ventajas está la de todas las escobillas de este tipo: tener un utensilio exclusivo para la limpieza de los biberones de los peques ya que usar el estropajo o la esponja que usamos para el resto de la vajilla no es muy higiénico, sobre todo los primeros meses. Cuando ya crecen y se llevan todo a la boca pues incluso se puede prescindir de las escobillas y meter los bibes en el lavavajillas, si son bastante resistentes, claro.

Otra ventaja que le veo es que no lleva esponja en la parte superior de las cerdas, como otras escobillas. La esponja puede ser más delicada con los bibes pero es una fuente enorme de porquería ya que se va acumulando en el interior y nunca queda bien limpia. Son mejores las cerdas de plástico que, en mi caso, está como nuevas después de un año de uso, sin restos de suciedad, sin olor y en su mismo tono blanco del principio.

Los biberones se conservan en buen estado durante más tiempo, no se rallan como sucede si usamos un estropajo, ni quedan restos de cal o se deteriora más el plástico por el excesivo calor como sucede si se meten demasiado en el lavavajillas.

Para las tetinas es un gran invento la escobilla pequeña, quedan perfectas de una manera muy sencilla. Sin esta escobilla se lavan bastante mal.

Un gran inconveniente es su precio, en torno a seis euros tanto el modelo antiguo como el más nuevo. En las grandes superficies se pueden encontrar escobillas similares incluso por menos de dos euros. Supongo que la calidad no será la misma pero no he podido comprobarlo ya que la confianza que tengo en la marca Avent me llevó a comprar la escobilla sin mirar demasiado los precios. Tampoco me arrepiento de haberla comprado a pesar del precio porque supongo que con esas otras de dos euros ya habría gastado un par de ellas o tres.

De nuevo nos encontramos con uno de esos utensilios de puericultura que no es necesario, pero que ayuda bastante, ocupa poco y no es demasiado caro, con lo cual suele ser compra casi obligatoria.

 

Más información:

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

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