Por Marta González de Mis Canguritos Hace ya un tiempo que quiero hablaros de la trona de viaje de Olmitos, la de Adrián pero como suele estar en casa de mi madre y no me acuerdo nunca de traerla lo voy posponiendo. No me parece bien hablaros de ella sólo desde el recuerdo de verla a diario en casa de la yaya, así que esta tarde la he recogido y me la he traído para casa.
Las tronas portátiles
Estos inventos sacadinero de mamis y papis son bastante recientes, o al menos eso me parece porque yo no supe de su existencia hasta mi embarazo. Supongo que lleven unos años en el mercado pero es ahora cuando empiezan a ser habituales en restaurantes, áreas de descanso, segundas viviendas, casas de las abuelas…
La trona es un gran invento, al menos desde mi punto de vista, y yo estoy más que contenta con el modelo de Jané que tengo en casa. No sigo por aquí, os remito a la opinión correspondiente si os interesa el tema.
Las tronas de viaje o portátiles son otra historia. ¿Son realmente útiles? ¿Merece la pena gastarse entre 30 y 70 euros aproximadamente en uno de estos artilugios? Depende de vosotros y vuestro niño, como todo en puericultura. Si salís a menudo a comer fuera y os lleváis al peque, si al niño lo cuida la abuela y come en su casa, si tenéis una segunda residencia o pasáis unas semanas de vacaciones fuera de casa, puede que sea bastante útil. En caso contrario yo me pensaría seriamente comprar un trasto más que almacenar en casa.
El precio es variado dependiendo del modelo y la marca de la trona, pero no suelen bajar de los 30 euros, así que pensad bien si os merece la pena el gasto que, aunque no es excesivo, lo podemos invertir en otras cosas más útiles (como dos o tres cajas de pañales).
Modelos de tronas portátiles o de viaje hay varios. Que yo conozca o recuerde tenemos:
- De plástico, desmontables o plegables, que se sitúan encima de una silla, fijándose mediante correas. Suelen tener la desventaja de que pesan más que otras, aunque también la ventaja de ser más estables y limpiarse bien.
- Hinchables, de tejido y materiales que se limpian peor, muy compactas y de poco peso. También suelen situarse sobre la silla aunque parece ser que no se adaptan a todos los modelos de sillas (no lo he comprobado). Se fijan mediante correas.
- De tejido, plegables pero no hinchables, como la de Olmitos que yo tengo: son ligeras, se adaptan a cualquier silla (de momento no he encontrado una silla donde no pueda poner la trona) y son desenfundables para lavar cómodamente. Ocupan algo más que las hinchables porque llevan una pieza de espuma que hace de asiento.
- De colgar en las mesas, normalmente de tejido, plegables, con fijaciones para enganchar a la mesa, aunque con la pega de que no se pueden colocar en cualquier tipo de mesa. Personalmente es el tipo que menos me gusta. Jané tiene el modelo Optima por si queréis buscar una para verla.
- De barras con ganchos para colocar en el respaldo de las sillas. Se pliegan mucho pero no valen para sillas con el respaldo redondo. Si no os hacéis a la idea de cómo son podéis ver una en la web de Olmitos.
Yo me decidí por esta de Olmitos por varios motivos: tenía claro que no quería una de colgar, me parecen menos seguras y versátiles que las de colocar sobre la silla. Tampoco quería que tuviera bandeja, en la trona de mi casa, la normal, casi no la uso, me gusta más situarla a la mesa para que el niño coma con nosotros, y ese mismo uso quería en la de viaje. No quería que fuera de plástico (igual que no lo quise en la trona normal) porque hace sudar más al niño. Las de enganchar en el respaldo mediante barras no me gustan porque no sirven para sillas de respaldo redondeado y las hinchables no las conocía en ese momento, de otro modo quizás me hubiera decidido por una de ese tipo, como la de Nikidom, o quizás no, porque con la de Olmitos estoy satisfecha. Veamos cómo es mi trona de viaje.
La trona de viaje Olmitos
Olmitos tiene cuatro tronas de viaje, dos de plástico, con bandeja y varias posiciones de asiento. Otra es del tipo de barras para enganchar al respaldo, muy compacta y con asiento también de plástico. La cuarta es la de tejido, plegable y acoplable a cualquier silla (de momento). Esta es la nuestra.
No tenía ninguna preferencia por la marca cuando la compré, simplemente comparé varias de las que vi en la tienda y las ventajas que le vi a esta de Olmitos me convencieron. Ya he comentado que en ese momento no tenían la de Nikidom, que hubiera sido otra buena opción.
La trona de viaje de Olmitos (Asiento elevador plegable lo llaman ellos) viene en una bolsa de plástico transparente y resistente con dos corchetes y un asa superior que podemos conservar para guardarla y llevarla donde queramos. Es una opción, ya que también incorpora una pieza de tela para colocar en una de las correas de sujeción cuando está plegada y de este modo usarla a modo de asa de transporte. Yo, como de costumbre, aconsejo guardar el envoltorio original y las instrucciones. Pero esto son sólo manías mías.
Dentro de esta bolsa de plástico encontramos un cartón a modo de instrucciones con las principales características del asiento y el importante marcado CE. Las características, resumidas, son: plegable, ligero (650 gramos), con asa regulable, con arnés de seguridad, bolsillo y correas ajustables al respaldo y al asiento de la silla.
Sacamos la trona de su bolsa y nos encontramos que plegada mide unos 30*26*13 cm. Los 13 cm corresponden al grosor del asiento, que lleva una pieza de espuma para elevar al niño.
Para desplegar la trona tenemos que soltar un velcro que fija el respaldo a la base del asiento y abrir dos cremalleras laterales que unen asiento y respaldo. Una vez abiertas levantamos el respaldo, colocamos la trona sobre una silla, ajustamos las dobles correas al respaldo y el asiento de la silla y listo. Los cierres de las correas son a presión, similares a las de las mochilas de los niños. Las correas tienen un buen largo y se pueden regular (se deben) a la anchura del respaldo y del asiento de la silla para que la trona no baile en ella.
Uniendo el respaldo y el asiento de la trona hay dos piezas de tela fuerte (similar al que tapiza toda la trona) que protegen además de caídas laterales al niño. Como sistema de seguridad también hay un arnés tipo “tanga” en la parte delantera, con dos correas laterales, para pasar entre las piernas del bebé o del niño y adaptarlo a su cintura. Lo veis en las fotos.
Toda la trona está forrada de un tejido fuerte, supongo que sintético, fácil de limpiar con un paño húmedo o en la propia lavadora si las manchas ya no salen. Para lavar la trona debemos extraer antes la pieza de espuma que hace de elevador para el asiento. Para ello hay una cremallera en la parte de abajo que nos deja vía libre para sacar la espuma. Una vez extraída la espuma podemos también quitar una pieza de plástico semirígido que se encuentra en el interior del respaldo. De este modo ya se puede lavar la trona.
En la parte trasera del respaldo hay un bolsillo de gran tamaño (ocupa casi todo el respaldo) hecho de rejilla gris; es muy práctico para guardar baberos, chupetes y utensilios varios. También podemos poner ahí la pieza que sirve de asa cuando no la utilizamos.
Los niños pueden usarla más o menos desde los nueve meses, cuando ya se sientan con seguridad y controlan los movimientos de su cuerpo. Aunque esto depende de cada niño, es algo orientativo (es mi consejo, no hay indicaciones de edad de uso en la trona ni en la web de Olmitos). ¿Hasta cuándo usarla? Supongo que pueda utilizarse la recomendación que se hace para la trona de Nikidom, hasta los tres años… aunque esto también dependerá del niño, de si le gusta o no estar en la trona, o de la seguridad que nosotros le veamos con un niño ya mayor.
Pros y contras
Para acabar os contaré lo que me gusta y lo que no de esta trona de viaje.
PROS
- Es muy ligera (650 gramos) y fácil de transportar.
- Ocupa poco espacio.
- Es de tela, lavable y no hace sudar al niño.
- Puedes acoplarla a cualquier silla.
- Incorpora arnés de seguridad.
- No tiene bandeja.
- Se coloca en la silla.
- Te la llevas a cualquier parte.
CONTRAS
- No tiene la estabilidad que una trona normal. Hay que estar siempre al lado del niño para evitar accidentes (mi hijo por ejemplo hace presión con las piernas en la mesa y es capaz de volcar la silla).
- Es cara para lo que es (cuesta casi la mitad que una trona normal y no es más que un cuadradito de tela y espuma).
- Es menos cómoda que una trona normal para el niño (no hay posiciones de respaldo ni de elevación del asiento).
- Si no viajas mucho, ni comes fuera a menudo, ni tienes segunda residencia o la abuela da de comer al niño… mejor gástate el dinero en otra cosa.
- Es más, para segunda residencia o para casa de la abuela incluso me atrevería a recomendar mejor una trona barata y práctica tipo Ikea.