por Marta González. No me gustan los bastoncillos, al menos no usarlos a diario ni introducirlos demasiado en el oído, me parecen peligrosos, podemos dañar el oído y además corremos el riesgo de crearnos tapones de cera. Tampoco me gustan los líquidos de limpieza, me parecen muy desagradables, no me gustan nada la sensación de tener líquido en los oídos. Bastoncillos tengo en casa pero más que nada para limpiar el exterior del oído, el pabellón de la oreja, cuando la cera sale hacia fuera, que es lo natural; el cuerpo es muy sabio y sabe bien lo que hace.
Con el niño me pasa igual, a diario, después del baño, le limpio el interior de la oreja con la toalla. Cuando veo que la cera va saliendo utilizo un bastoncillo para limpiarla, pero siempre manteniendo bien sujeta su cabeza para que no haya accidentes. De todos modos, utilizamos bastoncillos especiales para bebés, con lo que el riesgo se minimiza, ya que habría que hacer mucha fuerza para introducirlo más de la cuenta en el oído. Los que estoy terminando ahora, los primeros que compré, son los bastoncillos de seguridad Chicco.
Chicco vende Artsana fabrica
Como sucede en muchas marcas que comercializan productos muy variados, Chicco no fabrica los bastoncillos sino que lo hace Artsana, una marca italiana más o menos conocida de productos farmacéuticos y cosméticos. También fabrica para Prenatal así que es posible que encontréis productos similares en establecimientos de las dos marcas. Yo no soy muy asidua de ninguna de ellas por lo que no he podido comprobarlo.
Chicco comercializa estos bastoncillos, según he podido ver en la web, en dos tipos de envase, el de cartón que es el que yo tengo, con una ventanilla de plástico transparente por la que vemos el producto, y otro de plástico, con forma cuadrangular, que es el típico en el que vienen los bastoncillos “de mayores”. Yo no tengo ninguna predilección por ninguno, bueno, quizás me quedo con el de cartón por la posibilidad de echarlo al contenedor de cartón y papel cuando se acaben.
Chicco nos indica en su web que estos bastoncillos pueden usarse desde que el bebé es recién nacido. En mi caja no se indica nada, queda todo de la mano del sentido común de los padres. En este aspecto, el de la información y las advertencias de uso, quizás los veo un poco pobres, aunque tampoco es un producto que requiera muchas instrucciones.
El mecanismo del bastoncillo
Similar al mecanismo del chupete, vamos, sencillo. Como digo, vienen en una caja de cartón que tiene una ranura para dispensar en la parte posterior. Vienen 60 unidades y costaban hace un año y pico en el Corte Inglés 3,65 euros, para mi gusto, ni caro ni barato. No es un producto que use a diario y no se me va el sueldo en bastoncillos. La verdad es que comparados con los de adulto, que suelen costar un euro más o menos las 200 unidades, son casi un robo. Es cierto que el precio varía mucho, desde menos de 3 euros hasta el que os comento del CI, pero vamos, que no me merece la pena los paseos para el ahorro que pueda encontrar. Lo que sí he visto es que los hay de algunas marcas blancas de supermercados, Deliplus creo recordar y alguno más… así que mi próxima compra será una de esas marcas, son muy similares y los tengo más a mano que el Corte Inglés, no hay otra razón.
Supongo que más o menos todos habréis visto alguna vez estos bastoncillos gordotes de bebés… por si acaso no habéis prestado atención, os cuento que son iguales que los de adulto con una excepción, tienen una bola más gruesa al inicio del algodón, o al final, según se mire. La función de este engrosamiento del algodón es evitar que el bastoncillo se introduzca por accidente en el oído del bebé y pueda causarle lesiones. Lo más seguro de todo sería usar una toallita o un trozo de algodón húmedo, pero para llegar bien a los rincones de las pequeñas orejitas vienen bien los bastoncillos y para eso se pensaron estos especiales; ya de usarlos, al menos que sean lo más seguros posibles.
No hay mucho más que contar, vienen “pegados” a un palito de plástico y son blancos, no los he visto de colores como los de adulto. El algodón es blandito, vamos, que si aprietas la bolita más gruesa, se aplasta y entonces el bastoncillo puede volverse más peligroso, así que mejor no hagáis la prueba.
Chicco hace alguna recomendación (en varios idiomas) en la parte posterior del paquete, como no usarlos en otras zonas que no sea el pabellón de la oreja, no reutilizar (puagggg), no dejar que los niños lo manipulen solos, humedecer ligeramente antes del uso, no dejar restos de algodón en el conducto externo del oído… Bueno, en resumen, cosas de sentido común, aunque no está demás echarles un vistazo.
Y poco más hay que decir, esto me está quedando muy breve pero es que… ¡es un bastoncillo!. Repito, aunque me llaméis pesada, lo más seguro es no usar bastoncillos pero si sois un poco quisquillosos con eso de dejar bien limpios a vuestros retoños, al menos usad este tipo de bastoncillos de seguridad, sean de Chicco o de la marca que más os guste, y hacedlo con sumo cuidado.
Yo tengo una última razón para usar los bastoncillos a pesar de que no me dan total confianza, y es que a mi enano le encanta que le frote la orejilla con ellos, se queda tan quieto y pone una cara de felicidad… Aún así, supongo que este pequeño placer lo iremos sustituyendo por la limpieza con la toalla porque cada vez se mueve más y el riesgo es demasiado grande, por muy “seguros” que sean los bastoncillos.
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