Mi hija pequeña está en esa etapa tan agotadora en la que lo único que quiere es andar todo el santo día. Vamos buenos, porque tiene siete meses y ya nos estamos dejando la espalda. Además, a pesar de su precocidad, tengo la impresión de que el momento en que vaya sola está lejos, fundamentalmente porque va como una loca y parece Speedy González. Ojalá no me equivoque porque tiene un peligro… Eso ha hecho que me haya venido a la cabeza este invento, el niniwalker que me parece una cosa muy interesante salvo por dos razones: una, el precio (50,00 euros más gastos de envío, al menos en su día) y dos, que bastantes pingos atesoro como para añadir uno más a la colección. Éste segundo no lo es tanto porque al fin y al cabo se pliega y queda bastante reducida la cosa, pero aún así, no entra en mis planes tener más niños y el tiempo de uso es bastante limitado.
Aún así, me parece interesante comentaros su existencia porque tal vez para los que nos leen no sean pegas. Estaría bien por ejemplo, tener un servicio de préstamo de Niniwalker para un tiempo limitado y así amortizarlo con varios niños. Porque como invento realmente es muy buena idea.
Su creador es un padre harto de “eslomarse” cuando su hija Inés (de ahí el Nini) empezaba a andar. Hizo un prototipo casero y visto el exitazo que tuvo en el parque decidió comercializarlo. Realmente es una idea de lo más simple y práctica al mismo tiempo. El Niniwalker viene a ser un palo con ruedas con una ligera curva. El niño que está empezando a andar se sujeta de los agarraderos que tiene a su altura y el adulto puede ir erguido sin dejarse la espalda en el intento. Tan fácil como eso.
El Niniwalker está recomendado por pediatras (al contrario que los tacatacas) porque si el niño no está preparado o no tiene suficiente fuerza para andar no puede usarlo.
En este vídeo podéis ver cómo funciona
Podéis encontrar el Niniwalker en su página web oficial aquí.