Categorías
Bebés

Comprar un cojín de lactancia

Yo a mi cojín de lactancia lo llamo “el amante” porque no podría estar sin él. Creo que de todas mis compras durante el embarazo es una de las mejores que he hecho sin duda. Es caro para lo que es; 60 euracos que me costó para ser un simple almohadón. Pero teniendo en cuenta que lo he usado a diario durante cinco años prácticamente, creo que a estas alturas está amortizado más que de sobras. De hecho ha sido el regalo más raro que ha recibido mi hija para su cuarto cumpleaños: quería un cojín de lactancia a toda costa. Por las noches nos peleábamos para utilizarlo así que le pedí a mi cuñada que se lo regalaran. Y lo que parece un regalo muy marciano, en la práctica no lo es porque duerme todos los días con él. Hay que fastidiarse. Ella con el suyo y yo con el mío. Más bien que para qué

Existen dos tipos de cojines de lactancia básicamente.
Cojin de lactancia

Cojines de lactancia rígidos

Son en forma de luna, rígidos aunque no duros. La madre se los ha de poner en torno a la cintura cuando está dando el pecho y sirven, básicamente para elevar al bebé y que la postura para amamantar sea más cómoda. Al acercar al niño al pecho, lo que hacen es que la espalda sufra mucho menos porque te permite estar más recta. El bebé no pierde el contacto con la madre… no es que se deje al niño encima y hala, sin manos. Aunque lo tengas sujeto entre tus brazos, lo tienes más cerca sin cargar con su peso, de manera que la cosa es más sencilla.

Por supuesto, son cojines de lactancia únicamente para el hogar, como todos, por otro lado. No es que sólo vayáis a dar el pecho con él… si os pilla el momento fuera de casa tendréis que saber hacerlo sin utilizarlo (cosa que no es difícil). Pero por lo menos en las tomas caseras estaréis más cómodas, porque al fin y al cabo cargar con un bebé todo el día acaba cansando. De todas formas, es lo que os digo… conforme llevéis meses dando el pecho a los bebés seréis capaces vosotros y ellos de lactar hasta haciendo el pino. Coges una práctica… que te da igual todo.

De todas maneras, yo siempre hablo del pecho porque la postura es necesariamente más forzada en este supuesto, pero obviamente el cojín de lactancia es igualmente útil aunque os decidáis por el biberón. El niño pesa igual, y aunque no tenéis que acercarlo hasta vuestro pecho ayuda igualmente. Así que aunque no deis la teta, podéis pensar en utilizarlo también.

Cojines de lactancia adaptables

Cojin de lactancia adaptable

Están rellenos de una especie de bolitas que hacen que el cojín sea extremadamente moldeable. Es como un churrito relleno que colocaréis a vuestro antojo según os sea más cómodo.

Yo no he probado los rígidos, así que hablo un poco de oídas. Mi sensación es que si sólo lo vais a utilizar para dar el pecho o para elevar al bebé para darle el biberón tal vez sean más cómodos estos. Los de bolitas a veces tienden a desparramarse, a escurrirse un poco más. Con los otros no pasa; la postura que cojáis siempre será la misma y estará siempre a la misma altura. En cambio con los otros esto es mucho más variable. Así que depende cuáles sean vuestras costumbres lactantes deberíais decidiros por uno o por otro.

En mi caso, estáis ante una fan incondicional de los tipo churrito porque me parece que tienen muchas más utilidades que simplemente ayudarnos en la lactancia. Y yo las exploro todas en mi uso diario, así que a mí no me haría mucho papel uno de los otros.

Pero antes de hablar de los usos, creo que debería hablaros de los tipos de relleno que pueden tener. En general, son preferibles las bolitas de tamaño pequeño. Esto es así porque a menor dimensiones de éstas, más capacidad de adaptación y es más cómodo. La manera de comprobarlo es abrir el cojín y pellizcarlo frotando un dedo contra el otro. Si veis que las bolitas no se mueven de un lado a otro o que las notáis demasiado gruesas desechadlo y buscad otro. Hay marcas que se pasan de relleno y los hacen excesivamente gordos. Tampoco es bueno esto, es preferible que no estén rellenos a reventar porque os resultarán más incómodos. En este caso es interesante vaciarlo ligeramente o esperar a que el peso haga de las suyas. Se irá chafando. Normalmente un cojín muy utilizado acaba siendo más cómodo que al principio. No desesperéis.

A mí uno que me gustaba mucho y que un día de estos me tengo que pasar a comprobar a ver si lo siguen vendiendo es el de Prenatal, de su marca propia. Es el que tengo yo y me gusta mucho porque es de los menos gruesos y que tienen las bolitas más pequeñas. ¿Desventaja? Es feo de solemnidad y sólo viene con una funda, la que está puesta. La mía es de un azul tirando a feote y en tiempos no había más. Otras marcas los fabrican con fundas un poco bastante más bonitas e incluso algunos vienen con dos, de quita y pon. El mío está que se cae de mierda porque lo uso tanto que no me viene bien lavarla casi nunca. Así que apuro, apuro…. y cualquier día se me va a ir solo a la lavadora. Pero es que nunca me viene bien prescindir de él.

Como digo, otras marcas tienen estampados más chulos. Algunos, como el de la marca Dulces del Corte Inglés no es que sea el summum de la estética, pero algo más chulo es. Lo venden en azul y rosa bebé con rayitas y es clásico pero mono. También tenéis el de Theraline (que fue de los primeros) y que tiene unos estampados preciosos, o el de Jané que se vende en unos colores bastante majos. Pero como digo, esto es un poco secundario. Lo importante es que cumpla su función y que sea cómodo, lo demás es un poco accesorio. Total, no lo vais a sacar de casa, así que feo o bonito, sólo lo vais a ver vosotros.

En general rondan los 50-70 euros de media. Siento deciros que es preferible huir de los más baratos (aunque puede ser que sea una oferta puntual) porque la calidad de las bolitas disminuye proporcionalmente y no merece la pena. Como digo, si lo usáis acabaréis amortizándolo. Es de las cosas que menos escuecen. Yo tengo claro que cuando muera el mío me compro otro, dé o no dé el pecho. Ya le he jurado amor eterno, qué puedo decir…

Íbamos a los usos… Para dar el pecho hay que ponérselo en la cintura y colocar al bebé encima. La forma en la que lo coloquéis depende mucho del relleno. Antes el mío aguantaba puesto encima sin más, ahora lo tengo que doblar y redoblar porque si no hay zonas sin apenas bolitas. Pero vamos, que me vale igual. Si vais a dar el pecho sentadas en una silla o sillón es más cómodo el otro (presumo), pero el adaptable es estupendo si os tiráis en el sofá porque se coloca mejor y os permite estar incluso reclinadas, semiacostadas. Mucho cuidado con dormiros con el bebé y el cojín de lactancia. No tiene porqué pasar nada, pero mejor prevenir asfixias.

Para el sofá os servirá incluso sin niño. Cuando yo estaba embarazada me gustaba dormirme en el sofá con el cojín de lactancia de lado, haciéndome tope. Es muy útil si os lo queréis poner en el cuello, sobre las cervicales porque si os tumbáis podréis estar en la gloria. A mí mis amigas me lo mangaban, sin embarazo ni nada. Es que es tan cómodo… Para dormir en la cama os servirá igualmente. Hay gente que no se acostumbra y gente que no puede vivir sin él. Yo soy de las segundas. Tengo tan cogida la postura como derrengada sobre el cojín, en un punto a medias entre dormir de lado y boca abajo que duermo en la gloria. Yo intento enrollármelo en el cuello, que me pase al otro lado, dejando pocas bolas ahí y el grueso de las bolitas en la parte inferior. Me lo pongo entre las piernas y es LO MEJOR DE LO MEJOR. Hasta tengo perfeccionada la técnica para girarme con él. Un gusto. Hay gente que, como digo, no se hace, y es una pena. He de decir que de primeras es raro quien duerme bien con él. Es cuestión de acostumbrarse. Si lo consigues (que como digo, no todo el mundo puede) es la gloria. Persistid unos días por si acaso.

A mí también me ha servido mucho con las niñas. Si cuando eran bebés se quedaban dormidas en la cama y yo me tenía que levantar, lo utilizaba para taponar uno de los laterales y que no se cayeran. Con la pequeña lo he usado menos pero con la mayor mogollón. En el momento en que empiezan a levantarse es preferible utilizar métodos de convención más contundentes como una barrera porque puede no ser suficiente, pero mientras tanto basta y sobra. Pero atentas al momento en que se sientan solas porque se pueden ir al suelo con facilidad. Ese puede ser el punto de inflexión.

Con las dos lo he usado para cuando se sentaban en el suelo en los primeros estadios. Al principio no tienen mucha estabilidad y se desmoronan (de una manera muy graciosa, por cierto) así que si les colocáis el cojín alrededor no se harán daño cuando esto ocurra. Con la pequeña, a veces la mayor me pedía que la sentase en el sofá con ella. Ahora no puedo hacerlo ni de coña, se me va al suelo fijo porque no para ni un segundo y se abre la cabeza, pero antes que se estaba quieta a ratos sí que la ponía con la mayor y el cojín alrededor para proteger.

Vamos, que es alucinante para la cantidad de cosas que se puede utilizar. Tanto embarazada como después podéis encontrarles mil y un usos, así que aunque sea una compra cara, lo cierto es que se amortiza de sobras y puede merecer la pena. Es la típica cosa que podéis pedir a alguien que os quiera hacer un regalo. A poco que lo utilice seguro que se acordará mucho en positivo de vosotros.

Encuentra un montón de cojines lactancia aquí

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

15 − cuatro =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.