Hace poco os comenté que había ganado en un concurso una silla Nuna Pepp. La gente de Nuna está que lo tira y sortearon 21 sillitas de paseo a través de la web de El bebé y yo fui una de las afortunadas. Y no me podían haber hecho mejor regalo… Ya sabéis que yo soy muy fan de la marca, así que me siento como se dice vulgarmente como niña con zapatos nuevos. Menudo regalazo… Si sobre el papel y en los vídeos que había visto me gustaba, ahora que la tengo puedo afirmar con mayor criterio aún que es una silla que no defrauda en absoluto.
Montando la silla
Lo primero que sorprende es lo diminuto de su embalaje. Te preguntas ¿realmente puede caber ahí una sillita de paseo? Pues sí… A pesar de que la caja tendrá un palmo de ancho y te llega hasta la cintura a todo tirar, no sólo es que quepa, es que va montada ya. Es sacarla de la caja, y ya está lista para circular por las calles. Yo de hecho me la llevé «puesta».
El plegado es sencillamente impresionante. Tengo también una Mutsy Spider, que ya era bastante recogida, pero es que la de Nuna se lleva la palma. Es facilísimo de plegar, y además, muy intuitivo. Justo en la mitad de la silla hay un par de palancas de las que se tira, se empuja la silla hacia delante ¡y voilá! Ya tenemos nuestra silla plegada. Para asegurarla y que no se abra simplemente hay que cerrar un velcro y si queremos reducirla más habrá que bajar el manillar a la posición más baja, pero esto no es ni siquiera imprescindible. Queda tan tan pequeña, que ayer la llevé en el coche entre mi asiento y el de mi hija. No es que cupiera, es que sobraba sitio… Una cosa realmente alucinante.
Para los coches pequeños es un invento. Esta silla tiene la ventaja de que no sólo no abulta nada plegada, es que tampoco pesa. Es tremendamente ligera, se puede coger con una mano en vilo con extremada facilidad. La operación de meterla y sacarla del coche es sencillísima porque no pesa tan apenas y al ir tan a bloque no se te va desmontando, ni te sobresalen cosas, ni nada por el estilo. Tiene además una cosa muy chula, que es que se mantiene en pie solita sin ayuda, lo que evita que se vaya rozando por el suelo el textil cuando tienes que bajar al garaje. Que no sé el vuestro, pero el mío está guarro guarro. Además, si queremos transportarla recuerda a una maleta: tiras del manillar y se transporta con una facilidad tremenda.
Moviéndonos
Soy muy tiquismiquis con la facilidad de movimiento de las sillas. He tenido algunas que requerían las dos manos para empujarlas y estar haciendo bastante fuerza. Vengo de un Bugaboo que en este sentido va solo como aquel que dice, y claro, estoy tremendamente mal acostumbrada. La silla de Nuna no me ha defraudado en absoluto. Es increíblemente ligera en general, como ya he comentado, pero ayer hicimos la prueba de que la llevara un ratito mi hija mayor, que tiene cuatro años. El manejo es tan cómodo, que literalmente hasta un niño pequeño podría llevarla con facilidad. Las ruedas giran sin atascarse, sortea los obstáculos con un ligerísimo giro de muñeca y lo cierto es que aunque mi pequeña pesará unos 9.500 kg, el peso no se acusa en absoluto. Es como si no llevaras nada. De hecho, hicimos la prueba con la mayor, pero también la pequeña quiso pasear a una de sus muñecas y la manejaba estupendamente. Un diez en cuanto a maniobrabilidad. El freno está en la parte central de la silla, y se acciona con el pie. Está realmente a mano y no hay que dejarte los zapatos para accionarlo. Va suave y yo tenía mis dudas de que fuera efectivo, pero ayer la probamos en la cuesta mecánica de Ikea dejándola sola con él accionado y no se movió ni un ápice.
Un «pero» que sí que le encuentro es que la plataforma del freno está muy bajita. Como, en general, toda la silla por otro lado. A mí que la silla sea baja no me importa en absoluto porque supone que hasta la chiquitaja se puede subir sola pero que el freno esté tan abajo puede suponer algún problema a la hora de bajar escalones. Obviamente, una silla de segunda edad nunca va a enfrentarse a éstos con la misma solvencia que una silla que tenga las ruedas grandes y neumáticas… de eso soy consciente, pero estoy acostumbrada a hacer un poco el bestia con el Bugaboo y si hay mucho desnivel se puede quedar atrancada. En un bordillo no le va a pasar nunca, pero ojo con los escalones de una escalera porque os la podéis cargar.
Descansando
A mí, por defecto me gustan que las sillas reclinen del todo. Lo veo especialmente interesante sobre todo cuando se va a utilizar con bebés muy pequeños porque nos va a permitir usarla antes. Así que aquí tengo que hacer una precisión: para niños de pocos meses, mejor otra opción. A partir de los 6-7 meses, tal vez, pero si vuestro peque es de los que necesita una superficie totalmente tumbada olvidaros. Hecha esta aclaración, os diré que para mi caso particular, en el que mi hija tiene ya un año, no parece ser un problema que no tumbe por completo. Aquí la veis echándose una siesta la mar de a gusto con cara de estar comodísima. La manera de tumbar la silla es bastante original. La silla lleva en la parte trasera unas sencillas cremalleras con lo que simplemente abriéndolas ganaremos un poco de inclinación.
La operación se hace en un momento y es muy cómodo. También tendremos que abrir las que vienen en la capota, porque si no, no nos llegará. Pero en unos pocos segundos lo tenemos listo. A mí me gusta este sistema. He probado varios y este es uno de los que más me convence porque tienen dificultad cero y sabes que siempre va a quedar en la posición adecuada. La capota cubre muchísimo y además está bastante altita, lo que implica que nos va a durar durante mucho tiempo. Por dentro además está recubierta de un material que impide que pase la luz bastante, así que cuando cubre por completo tiene que resultar muy cómoda para los niños.
Nos vamos de compras
Otro de los puntos más débiles de la silla es la cesta. No es la peor, sin duda, que he visto, pero tampoco la mejor. La cesta es pequeña, muy estrecha aunque profunda. Sí que podemos llevar alguna cosita ahí, e incluso meter una o dos bolsas, pero se revela un poco insuficiente para mi gusto. En posición tumbada, además, es prácticamente imposible meter nada ahí porque apenas queda espacio. Esto se soluciona comprando unos ganchos para colgar las bolsas del manillar y ya está. Hablando del manillar, éste es extensible y permite adoptar distintas posiciones, a gusto del que pasea. Se agarra bien, y en el centro tiene un rectángulo de material antideslizante para que sea más cómodo llevarla incluso. El bebé está muy sujeto por los arneses de seguridad. Podemos optar por colocar sólo los de la cintura o bien poner también los de los hombros, pero estos tendrán que ponerse antes de que haga click el cierre. Los de los hombros son fáciles de colocar, pero no intuitivos. Es cuestión de probar y cuando ya te lo sabes los cierras en un momento. Por lo demás, la tenéis disponible en varios colores y es totalmente desenfundable.
Resumiendo
Puntos fuertes: – Un plegado reducidísimo – Muy poco peso – Excelente maniobrabilidad – Freno cómodo y efectivo – Completamente desenfundable – Capota muy alta y cubriente
Puntos débiles: – Cesta de dificil acceso – No tumba completamente El balance, para mí, es totalmente positivo.
Más información:
- Análisis de la Nuna Luxx
- Comparación de la Nuna Pepp y BabyHome Emotion
- Página web oficial de la marca
40 respuestas a «Nuna PEPP: simplemente la adoro»
[…] Nuna Buggy es un coche de segunda edad, ligero. Es por esto que no tiene más que una posición de marcha (con la sillita mirando hacia adelante) […]