Hace unos días fuimos al cine con las niñas a ver Enredados. Fue todo un acontecimiento porque esta hija mayor mía (que tiene más vida social que yo) fue con sus amigas más íntimas y con los padres de éstas.
La verdad es que tenemos mucha suerte. Las amigas de mi hija son una ricura de niñas y contrariamente a lo que podría ser normal, cuando están juntas apenas te enteras de que hay crías. Da igual que sea en una casa o en cualquier sitio, siempre se portan tan bien que da gusto. Y además, no sólo las niñas son encantadoras, sino que sus padres también. Son gente muy maja, agradable y con un sentido del humor parecido al nuestro. Así que no supone ninguna tortura quedar con ellos en absoluto. Es más, las niñas están encantadas y nosotros también. Hemos tenido mucha suerte, como digo. No quiero ni pensar en lo que sería tenernos que juntar poco menos que por obligación con gente que no te cae bien.
El caso es que fuimos a ver Enredados. Yo estoy encantada de que mi hija tenga ya edad para ir a ver estas cosas. Más que nada, porque a mí también me gustan, así que no sólo no es una obligación sino que es ¡perfecto! ¡puedo ir al cine sin excusas a ver pelis de niños!
Hasta ahora hemos ido alguna que otra vez al cine. Tardamos bastante porque mi hija en casa era incapaz de ver una película entera y además, es bastante asustadiza. Así que me daba palo ir para tirar el dinero. Hasta la fecha hemos ido a ver varias y su favorita era Toy Story 3. ¡Por cierto! Cuando los niños son muy pequeños es preferible no verlas en 3D porque aunque a los mayores nos encantan (es realmente una chulada verlas así) ellos no terminan de disfrutarlas. Creo que se debe a que las gafas se les caen porque son demasiado grandes y se cansan. Así que aunque algunos se lo pasen bomba en una peli de 3D, muchos otros no tanto. Dado que el cine cuesta así bastante más, yo me lo pensaría.
Fuimos a ver Rapunzel y hasta la fecha se ha convertido en la película que más le ha gustado a la peque. Pienso que es porque, de todas, es la más «de chicas» de todas las que hemos visto. Esto de que la protagonista tuviera el pelo largo y rubio las volvió a todas locas. Claro, salieron todas queriéndose dejar el pelo hasta el culo. Cuando le expliqué que desenredar eso tenía telita y que menudos tirones le daría cambió de idea rápidamente. Afortunadamente. A mí eso del pelo a lo Pantoja no me ha gustado nunca.
Las niñas se lo pasaron teta y reconozco que los mayores también. Es una auténtica monada de película, tanto por lo que cuenta como por las imágenes que utiliza. La prota les encantó a las niñas y a las mayores nos gustó el «príncipe» (que no es príncipe, pero ya sabéis… la buena es princesa y el bueno príncipe, así, por defecto). ¡Madre qué monada!
En fin, que pasamos una tarde estupenda y nos encantó lo que vimos. Si tenéis ocasión de ir a verla, no os la perdáis.