Vestidos de comunión diferentes

Si os soy sincera, los vestidos de comunión nunca me han gustado demasiado. Quizás sea porque en mi colegio cuando éramos pequeñas comulgábamos con el uniforme, así que íbamos como todos los días, pero de estreno, sin más. Así que para mí lo de comulgar va asociado con la sencillez más absoluta y me resulta un poco extraño esto de tanta complicación. Igual es que soy un poco rara, porque sé que hay gente que echa pestes por esto en el mismo colegio, pero ni como madre, ni como comulganta en su día eché de menos el ir vestida de princesa. Ayer sin ir más lejos nos encontramos con una niña que hacía la comunión haciéndose las fotos y desde lejos os juro que parecía una novia en pequeñito. Es más, dedujimos que era una comulganta porque no había novio cerca.

Pero en fin, como lo de vestirse de una manera u otra no suele depender de las madres sino de la política del colegio o de la parroquia, me apetece hacer un repaso a ciertos trajes de comunión diferentes y que van un poco en la línea de sencillez que a mí me gusta. Lo cierto es que en las páginas de las revistas cada vez se ven más estos vestidos de aire sencillo (algunos, demasiado, incluso para mí) aunque yo por la calle, si os soy sincera, apenas los he visto.

Me gustan mucho los vestidos de comunión de Teresa y Leticia porque son la sencillez personificada. Son vestidos con mucha caída, casi sin adornos y que vienen a ser una versión más femenina, a mi modo de ver, de las túnicas. Libres de los excesos que suelen tener este tipo de vestidos, el «aquel» se lo dan las cintas en la cintura, los tocados y las terminaciones de las mangas y escotes. Y además, hechos a medida por un precio más que asequible: 95 euros.

Otros vestidos que me gustan son los de Loles&Anita por lo mismo, porque son tremendamente sencillos. Tienen su atelier en Alicante y hacen el vestido totalmente a nuestro gusto. Podemos elegir los fajines, la tela, el escote, lo que queramos. Y para mi gusto las niñas quedan muy finas y femeninas, pero sin excesos. Si vivís en la ciudad, podéis acercaros a su tienda para verlos in situ, y si no, envían a toda la geografía española.

Paloma Enseñat tiene vestidos de todo tipo: desde los más tradicionales hasta propuestas más sobrias como éstas que podéis ver aquí. También sus precios son razonables, y me gusta que se piense también en vestidos cortos. A las niñas, en general muy aficionadas a ir como princesas, les gustarán menos, pero quizás sean más adecuados al espíritu de la primera comunión. Y son tan sencillos que incluso si tienen que hacer de niñas de las arras en alguna boda también son perfectamente adecuados.

Los vestidos de comunión de Macarena Kindelán son un poco demasiado sencillos para mi gusto. Me gusta la simplicidad, pero no puedo evitar verles un cierto aire a camisones. Obviamente esto es algo reduccionista porque ni las telas ni los acabados lo son, pero a mí no me terminan de convencer. Cuestan 150 euros.

Sí que me gustan y mucho los vestidos de Rubio Kids, sobre todo los de comunión, pero estos ya me temo que se van un poco de presupuesto porque lo que he visto no es precisamente barato. Me gusta la combinación del blanco con el beige e incluso con el gris, el chocolate y tonos que no suelen ser muy habituales en comuniones.

Las propuestas de Small White también son tremendamente lenceras. Me parece muy bonito el primer vestido, algo menos el segundo. Un punto a su favor, es que son diferentes y utilizan tejidos no demasiado comunes en las Primeras Comuniones, como la batista perforada.

En el especial de Niños de la revista ¡Hola! me dejó cautivada un modelo de Jorge Vázquez. Es este que está en el centro. Tiene un aire retro que me fascina con sus lacitos, los frunces… una preciosidad. Aunque supongo que barato no será…

En esta misma revista aparecían las propuestas de Teresa Palazuelo, que, éstas sí que siento deciros que no me gustaron excesivamente. A mí no me gustan demasiado los volúmenes excesivos en los trajes de comunión porque es lo que creo que les hace parecer tartas de merengue y novias en miniatura. Prefiero los modelos sin tantos cancanes… pero es que esto es demasiado incluso para mí. Y eso que las fotos que os he puesto son de los que más me gustan… pero no.

En fin, que aquí os dejo todas estas propuestas para dar y regalar, algunas más de mi gusto, otras menos, pero todas por lo menos distintos a los vestidos tradicionales que solemos ver habitualmente por las calles.