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Maternidad

Des-nudistas

Vale. Cualquier parecido con la realidad de mi casa es pura coincidencia. Ni soy la libertad, ni guío al pueblo (salvo que el pueblo sean mis hijas y el guiarlas suponga llevarlas de casa al cole), ni suelo llevar las tetas al aire. En todo caso de llevarlas, seguro que no aparecerían así de pitas, que parece la buena mujer que las lleve de silicona sin serlo.

La libertad guiando al pueblo

Pero todas las mañanas me acuerdo de este cuadro y no de otro mientras estoy vistiendo a Mencía. Está ella sentada en el cambiador, yo en camisón y entonces con esa media lengua (o un cuarto, porque habla poquísimo) me dice que me saque un pecho. Lo hago y entonces comienza a darle besitos hasta que se harta, entonces me lo empuja y me pide que saque el otro. La misma operación. Termino de vestirla, me la como a besos y hala a correr.

La verdad es que es una escena supertierna. Hace muchos meses que decidió no tomar más leche materna, y eso que yo pensaba que se iba a ir a la universidad llevándose el chupito de mi leche en un bote. A pesar del tiempo pasado, y que a estas edades me temo que tienen un poco memoria de pez, me gusta mucho que de algún modo le siga teniendo mucho cariño al pecho que le dio de comer.

En todo caso, en casa lo de la desnudez es algo que llevamos con bastante normalidad. Nunca he sido especialmente exhibicionista, ni tan siquiera soy demasiado fan de hacer topless. Una cosa es ir desnuda o ligera de ropa en la calle, playa, o cualquier otro sitio que haya extraños, y otra muy distinta es andar haciendo el tonto en casa. Me parecería bastante tonto andar escondiéndome de mis hijas, sobre todo porque a ellas a estas alturas les da un poco lo mismo verme desnuda. Quizás dentro de un tiempo tenga que hacerlo, no tanto por mí, sino porque me temo que todos pasamos una etapa en la que ver sin ropa a nuestros padres nos da una vergüenza del horror. Lo mismo que ahora estamos en la fase de nudismo total, dentro de un tiempo es posible que estemos en la de las vergüenzas.

Lo del nudismo de las niñas es genial. Aldara es divina. En cuanto me descuido ¡zas! con el culo al aire. Hay veces en que se arregla, se maquillla («Mamá, me voy a pintar como una puerta» me dice jajajajaja), está tirada en el sofá con un collar y toda pichi … y en pelotas de cintura para abajo. Y tan pichi. Está deseando que llegue el verano para ir desnuda a todas horas. De vez en cuando se me presenta en pelotillas del todo cantando «En pelotas, en pelotas, en pelotas». Y yo, claro, me río. Me parece que hay que llevar estas cosas con la mayor naturalidad posible.

Mencía sigue emocionada con su ombligo. Esto de ir más ligeros de ropa supone que no lleva body, así que tiene todo mucho más a mano. De momento no podemos dejarla con el culo al aire porque aún lleva pañal, y lo que te rondaré, morena. En la guardería nos han recomendado que le preguntemos para ver si identifica cuando hace sus necesidades, pero ya os digo yo que está muy verde. ¡Qué tía! Sigue negando la mayor con una obstinación impresionante. Así que a falta de chorrete a mano, lo que se toca es el ombligo, que debe ser fascinante.

En cuanto llegue el verano, esto va a ser un despiporre…

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.