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El pensamiento subtitulado

A veces mi vida parece una película. Unas veces nos montamos un Pretty Woman en casa con las micos queriendo elegir su ropa y otras veces se parece más la cosa al Exorcista, como con Mencía hoy, que nos han hecho falta muchas dosis de paciencia, una dosis de apiretal y muchos lloros para que se durmiera. La tía lloraba a grito pelado y daba igual que le dieras un biberón, cariñicos, un cuento, la tuvieras en brazos, en mi cama o en su cuna. Ha habido un momento en el que estoy convencida de que no tenía ni puñetera idea de porqué estaba llorando. Menos mal que me ha pillado en un día cachondo y cuanto más lloraba, más le razonaba yo. En fin, afortunadamente ya se ha dormido.

pensamiento subtitulado

Otras veces parece que estoy en una película del destape, eso también. El otro día tenía una estampa… la mayor, la fashionista con una camiseta llena de mugre (pero como es de Hello Kitty, eso no importa), jugando con la nintendo y el culo al aire espatarrada en el sofá. De verdad, era para verla.

Y otras veces, tenemos lo que llamo «el pensamiento subtitulado». Mencía habla poco, por no decir nada. Eso no quiere decir que no se exprese ni que no se comunique. Eso lo hace divinamente. Pero su vocabulario es entre limitado y limitadísimo. Tampoco es algo que me quite el sueño, francamente. Su hermana empezó a hablar coherentemente a los dos años (y ella tiene año y medio) y desde entonces no se ha callado. Aldara habla por su hermana y por ella. No hay ningún problema.

El pensamiento subtitulado es aplicable a aquellos momentos en los que no habla, no dice nada, pero en los que podrías poner subtitulos a lo que está pensando, sin equivocarte ni un ápice. En estos últimos días me ha pasado con ella dos veces, y las dos he ido diciendo en voz alta lo que estaba pensando. Creo que me equivoqué poco. Primera vez.. en la puerta de casa. Hemos ido andando los cuatro, jugando, persiguiéndonos y haciendo el tonto. Llegamos al portal y entonces se queda parada en seco… mirada a los columpios… mirada a las escaleras… sólo le faltaba decir ¿qué hago? ¿paso de estos pelmas y me voy a jugar o les sigo y subo por las escaleras, que es chachi?… nueva mirada a ambas cosas y al final, hala, el culo para adentro y a subir las escaleras, que es una emoción comparable a la de Portaventura. Subir, nos apañamos. Bajar, bajamos en recto. O sea, que para ella será divertidísimo, pero para el que intenta que no se esmoñe es una experiencia religiosa.

En esta ocasión pude haber subtitulado todo lo que iba pensando, pero vamos, sin mayor problema. Esta mañana, situación parecida. Estamos en el baño y lo mismo… se queda quieta (y eso es MALO… si hay tres opciones siempre elegirá la peor) y echa una mirada a la ducha. Como la conozco como si la hubiera parido, pero sin el como, le digo ¡¡¡¡Mencía, ni se te ocurra!!!! Me mira, pone la tipica cara de «ya, pero es que a mí me apetece» y a continuación echa el pie para meterse en la ducha. Mojada, y ella va con calcetines. Afortunadamente esto del pensamiento subtitulado está bien porque puedes anticiparte a sus movimientos malijjjjjjjjjjjjjjjjjjjnos.

En realidad, en mi casa tenemos muchos momentos cinematográficos. A veces echo un poco de menos que la vida no vaya con banda sonora como las películas porque me vendría fenomenal. Creo que la música estrella de mi día a día sería el sonsoniquete de Benny Hill.

Bueno, realidad confesaré que esta musiquita casaba tan bien con mi vida que me la puse unos días en el móvil como tono. Pero después de tres veces intentando encontrar el teléfono en un bolso lleno de pingos y empezando a sacar demasiadas cosas surrealistas pensé que la ilustraba DEMASIADO bien. Y sobre todo, que la estaba ilustrando en la realidad, no en mi pensamiento. Y aunque no viene al caso, diré que el MEJOR tono de móvil que he visto es el del «móvil de los marrones» de mi oficina. Siempre que suena, malo. Hay que solucionar algún problema, y a la de ya, así que un cachondo puso el «always look on the bright side of life» de La vida de Bryan. Cada vez que lo oigo me meo de la risa.

Decía que en mi casa somos muy cinematográficos. Iba a decir cinéfilos, pero estaréis conmigo en que poder recitar los diálogos enteros de Campanilla: el gran rescate o, lo que es peor, de cualquier capítulo de Tarta de Fresa no es comparable a citar a Blade Runner. Menos mal que en mi oficina estamos varios padres, así que cuando me pongo a cantar (sí, lo hago, yo voy por la vida cantando) los éxitos de los cantajuegos alguien me sigue y me corea. Es un poco menos triste. Bueno, es igual de triste, pero al menos es triste compartido. Si: los que no tienen hijos piensan que se me va la pinza y algo de razón tienen.

Somos cinematográficos porque somos muy de poner en práctica cosas de la teoría del cine. Aldara vive la vida a cámara lenta. Y me ataca los nervios esa huevonería que tiene. Le dices, cariño haz X. Y lo hará. A la 12312341234 vez y con toda la pachorra del mundo. Es totalmente, como dicen mis amigas, del equipo sin presión. ¿Prisa, qué es eso? ¿Pa qué voy a correr? Y cuanto más tardes llegas, más tranquilamente lo hace todo. Yo estoy acostumbrada a llevar el tiempo muy medido porque hago muchísimas cosas y o te organizas y pierdes poco el tiempo, o si no, no te da la vida. Así que me saca de mis casillas esa sangre de horchata que tiene a veces.

Mencía es más fan del efecto especial. Yo creo que está perfeccionando lo de girar la cabeza 360 grados y vomitar verde, pero otras cosas las domina genial. Esta mañana iba con todo el morrete asqueroso y dice Aldara «jo mamá parece que es cacaaaaaaaaaaaa». La verdad es que lo parecía. Pero no, era chocolate. Le vuelve loca pringarse y si es de chocolate, mejor. Ayer llegó al colegio igual, hecha un cristo, con chocolate hasta en las pestañas y me dice un padre amigo nuestro «Parece que ha comido chocolate». «No sé en qué lo has notado» y me contesta «En las rodillas». ¡¡¡Qué cachondo!!!!! pero … cierto. Llevaba chocolate hasta en las calandracas.

Menos mal, de todas maneras, que en general nuestra película es más una comedia que una película de terror… ;))))))))))))

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.