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Maternidad

Los 10 consejos más irritantes y menos útiles cuando tienes hijos

Hace un tiempo leí en un blog americano este artículo sobre los 10 consejos más irritantes cuando das a luz. Consejos que, sin duda, todas hemos recibido y que hacen que salgan nuestros más primigenios instintos: querrías matar a alguien cada vez que los escuchas. Y la primera vez, pase, pero cuando se convierten en «trending topics» de la primera infancia de tu bebé sacarías la asesina en serie que todas llevamos dentro. Más que nada porque todo el mundo se cree con derecho a opinar sobre lo que debes / no debes hacer.

Sí, es verdad, muchos lo hacen con buena intención, pero tú a veces piensas que se podrían meter los consejos no solicitados por el culo (¿Ups, esto lo he escrito, no lo he pensado verdad?). Y es que aquí opina hasta el tato: tus familiares, amigos, la señora que te cruzas todos los días por la calle, el portero, la frutera… da igual. Todo el mundo tiene una opinión y no se cortan a la hora de hacértela saber. Y tú, que (normalmente) tienes educación, te callas y sonríes, hasta que llega el día en el que has oído trescientas veces las mismas cosas, no has dormido y echas sapos y culebras. No te preocupes: serás la mala, la desconsiderada.

chica enfadada

Así que voy a daros mi particular visión sobre los consejos porque solucionar, no soluciona nada pero ¡¡¡reeeeeeelaaaaaaaaaajaaaaaaaaaaa!!!!!

1. «Duerme ahora, porque cuando nazca el bebé no vas a volver a dormir más»

Vale, esto es cierto. Cuando son pequeños no duermes porque te dan por saco en casa y cuando son más mayores tampoco duermes porque no están en casa. Pero coño, ni que una pudiera elegir si dormir o no en el embarazo. Con mi primera hija tenía un insomnio de la leche y suspiraba por dormir, y con la pequeña me iba durmiendo por las esquinas ¿habéis oído hablar de eso que se llama «hormonas»?????

2. «Duerme cuando duerma el bebé.»

Ya. Claro. Quitado el hecho de que, francamente a las 11 de la mañana a mí no me apetece echarme un sueño, esto va en niños. Con Aldara hubiera podido hacerlo perfectamente porque la colega dormía como una marmota (o como su madre, que viene a ser lo mismo). Pero llegó Mencía y ¡más hubiera querido!. Como la colega no dormía ¿A VER CUANDO COÑO DORMÍA YO?????? Durmiéndome por las esquinas iba. Yo estaba que me caía, y la tipa raca que raca, venga a llorar o a comer, o a dar por saco. Daba igual. No podía dormir, ni podía ducharme, ni cocinar, ni nada. Así que tentada estaba de matar al que me decía eso…

3. «Me parece que el niño tiene hambre»

Vale. Soy su madre. Creo que sé cuando mi hija tiene hambre. No hace falta ser una lumbreras: Aldara se despertaba sólo para comer y Mencía siempre tenía (tiene) hambre. Y además ¿no es la primera prueba-error que haces ante la duda????

4. «Disfruta de cada momento de sus primeros años porque crecerá antes de que te des cuenta»

Sí. Es lo que intento. Pero cuando tienes un bebé que llora 10 horas al día, de verdad de la buena, lo que quiero es que estos primeros meses se pasen. Y a poder ser, rápido.

5. «Espero que estés enseñándole a dormir. ¿No querrás que se malacostumbre?»

6. «Espero que no le estés dejando llorar por la noche. Es una barbaridad. ¡Disfrútalo toda la noche!»

Dos consejos contradictorios. Es lo que tiene la sabiduría popular, que no se pone de acuerdo a la hora de ilustrarnos ¡Qué manía tiene todo el mundo con decirnos cómo tienen o no tienen que dormir los niños! Particularmente, ya puestos a elegir, a mí me gustaría que los niños vinieran con botón de off-on. Llegada una hora prudencial, los apagas y hasta la mañana siguiente. Lamentablemente esta versión de bebé está en pruebas y de momento tenemos que lidiar con lo que tenemos en casa. Y haces lo que puedes, o lo que te dejan, probando a ver qué es lo que mejor resultado te da. Que bastante tienes con lo que tienes.

7. «¿Por qué lo sacas a la calle con el frío que hace fuera?

Claro, es que en los países nórdicos los niños se crían en invernaderos, sin pisar la calle. ¿Que hace frío? Pues lo abrigo bien o nos vamos a un sitio donde se esté bien. Y ¿qué pasa? ¿Que la gente no tiene obligaciones?  Mira, mejor no voy a trabajar porque claro, no voy a bajar al niño a la guardería, que hace mucho frío.

Esta es una frase que acaba con mi paciencia. «Es que la niña tiene las manitas frías, tiene que tener frío». A ver. Punto 1, mis hijas son modelo estufa y siempre tienen calor. A la que pueden, se quitan ropa. Y digo yo que no será por vicio, será porque están cocidas. Y punto 2, para saber si un bebé tiene calor o frío no hay que mirarle las manos (que por defecto estarán frías), sino en el cuello. Si está sudando como un pollo, es que tiene calor. Aunque tenga las manos como un témpano.

¡¡¡¡Me desquicia!!!! Estoy hasta las mismísimas narices de gente que me tapa a las niñas, que me las abriga en cuanto me descuido. ¿¿¿Les abrigo yo a ustedes???? Pues dejen a mis hijas ¡¡¡leches!!!

8. «Tu hijo en realidad no está triste / enfadado / dolorido. Lo que le pasa es que te está manipulando».

Sí, mi hija es Einstein y ya con cuatro meses ha hecho un curso de psicología para hacerme bailar a su son. Pues no. Mi hija es una niña normal y corriente que lo que hace es quejarse cuando algo no le gusta. Y yo valoraré si es una necesidad importante, superimportante o si puede esperar un poco porque hay algo más urgente que hacer. Pero ella hace aquello para lo que vitalmente está programada… aunque cuando esté viendo la tele me joda y me tenga que levantar.

9. «Las guarderías son prisiones institucionalizadas. Si quieres a tu hijo, deberías educarlo en casa»

Mire, señora. Cada uno es muy libre de pensar lo que quiera. A mí me parece igual de bien la madre (o el padre) que se queda a cuidar a su hijo que la que lo lleva a la guardería. Personalmente para mí lo ideal es que acudan cumplido el año, pero esto es algo totalmente personal. Y coño, personal y económico. Que no todo el mundo puede permitirse no trabajar. ¿Usted qué sabrá sobre mis pensamientos sobre el tema o sobre mis condiciones económicas?

10. «Si yo fuera tú, haría _______»

Ya. Claro. Ni de coña. Harías lo que pudieras, como hacemos todas. Todavía no se ha inventado la madre perfecta que no la caga una y mil veces y que funciona por el método ensayo-error. Es que… es facilísimo educar en casa ajena ¡no te fastidia!

De verdad que… Uf, y qué tranquila se queda una cuando lo suelta

Foto: Chica enfadada vía Shutterstock

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.