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Letrilandia. ¡Mencía llora como la letra i!

Cuando yo era pequeña aprendíamos a leer con el método Palau, o lo que es lo mismo, con este en el que encima de cada sílaba estaba representada con un dibujito arriba de una palabra que empezaba así. Por ejemplo, para poner METO justo encima había una MEsa y un TOro. Pero mi hermana, que tiene dos años menos ya aprendió con Letrilandia de Aurora Usero, un método que a mí me encanta porque cada letra tiene una personalidad y viven en un país. Así que además de aprendérselas cada letra tiene asociada una historieta pensada para explicar las reglas ortográficas o las peculiaridades del idioma.

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A mí me encanta la historia de la hache, que es también la favorita de Aldara. Las letras saben que tienen que mirar siempre hacia la derecha porque a la izquierda viven unos gigantes con muy mala baba que soplan y soplan y producen unos vientos del horror. Es por esto que siempre van hacia esa dirección, y por eso las leemos siempre en ese orden. Pero claro, la hache era una letra un poco desobediente y un día miró hacia el lado izquierdo. El viento era tan fuerte que se agarró un constipado terrible y a raíz de eso se quedó mudita. Lo que pasa que no la iban a expulsar del país, y a veces va de la mano de sus amigas las letras aunque no hable. También los reyes pensaron que podían buscarle alguna utilidad y la C, que es una letra muy dispuesta, se ofreció a ir con ella para producir el sonido /ch/.

Como veis, es una manera estupenda de enseñar a los niños valores al mismo tiempo que las letras en sí. A los críos se les queda fenomenal de una forma muy sencilla (Aldara nunca se olvida que la hache no suena) y también, aprovechando la coyuntura, se ha quedado con el mensaje de que hay que hacer caso porque las cosas se hacen por un motivo. A mí me encanta.

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Todo esto, en realidad, venía porque Mencía a la costumbre de tocarse el ombligo ha sumado una nueva manía: los lloros temáticos. Cuando leímos la historia de la I, una de las cosas que más gracia nos hacían era que esta letra lloraba haciendo «iiiii, iiii, iiii». Pues Mencía, que lógicamente no conoce las letras ni por asomo, se ha sumado a esta moda y ahora llora imitando a las letras. A veces llora con la a, otras con la i, y otras con la u. La e y la o las usa menos, pero de vez en cuando también le da por ahí.

Así que nos morimos de la risa. Sí, ya sé, una madre en condiciones no debería reírse cuando su hija llora, pero es que es tremendamente divertida. Llora con la A, y entonces la imitamos. Cambia a la i, y hacemos lo mismo. Así que tienes a la peque (a la que sabemos que no le pasa nada, por supuesto) llorando y a su madre, su abuela y su hermana haciendo el canelo al lado.

Y se cabrea, claro. Pero nada que no solucionen un par de besos y de abrazos, que de eso andamos sobradas.

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

5 respuestas a «Letrilandia. ¡Mencía llora como la letra i!»

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