Cuando leí esta entrada en Compritas para los peques (blog que leo habitualmente) amén de partirme de risa porque la historia de los monos «electroputados» es buenísima, me pasaron dos cosas: 1) que estuve haciendo memoria de las veces que NO corregimos a Aldara cuando decía (o dice, para ser más exactos, lo que pasa que ahora sí la corregimos) togobán. Que mira que es difícil. Y 2) Que tiene más razón que un santo: este año hay monos por todos los sitios. Y no precisamente Amedio. Que digamos que es el Justin Bieber de los monos, digo.
Mi hija mayor tiene alergia a todo lo que no sean vestidos. Me ha superado a mí misma, que no quería ver un pantalón ni en pintura, pero sí que consentía en llevar faldas. Así que lo de comprarle un mono de estos está descartado. Para ella, por supuesto, para mí, ni os cuento. Estaría cañón con una cosa de estas. Se llevan lo mismo para mayores que para niños y la verdad es que, dejando a un lado el tamaño de mi culo que hace imposible ponerme un mono, tienen una pinta de cómodos tremenda.
Me gustan porque son super estilosos y esto lo mismo te vale para ir casual que si tienes que ir a la piscina o a la playa. Hay auténticas monadas. Visto así en global, con todas las imágenes colgadas, creo que básicamente hay tres tendencias: los lisos, en colores oscuros tipo camel, gris, azul marino (sobre todo), los de rayas y los estampados floridos. Éstos últimos son los que menos me gustan porque en general son demasiado excesivos incluso para mí, que soy muy del colorín.
Así como en Compritas, siguiendo un poco el estilo del blog, se centraron más en los monos más clásicos (y tienen una estupenda selección), yo he preferido hacer un repaso a las principales marcas que apuestan por un estilo más moderno.