Os lo advertí: como dirían en yanquiland «the cutiest kitchens EVER» (o igual no, que ahora hasta dudo XD). Las típicas cocinitas infantiles con las que merece la pena tener la visa en una caja fuerte a buen recaudo si no se quiere sucumbir a la compra por impulso. Hasta yo, que compré una en otro sitio el año pasado, compraría una. ¡Si es que me tengo que contener! ¡Madre de Dios! No había visto nada tan precioso jamás. Cuco, mono, y todo tipo de palabras ñoñas. Y hecho a mano. Personal e intransferible.
Macarena Bilbao, eres la DIOSA de las cocinitas infantiles. ¿Por qué, dios, por qué tendré una ya???? ¡¡¡Yo quieroooooooooooooo!!!
Y diréis, para consolaros, serán caras. Y NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO. Son más baratas que algunas de las plasticosas que venden por ahí. ¿Es justo? ¿Quién dijo que fuera la vida justa?
¡¡¡Menos de 100 euros!!! Voy a llorar… bueno, sólo virtualmente, vale, que a mí me gusta el drama, pero no tanto. QUIERO una. No la necesito, pero la quiero. ¿Estaré enferma?
En fin. Me contendré, pero sólo porque tengo una nuevecita (clonk, clonk, clonk, esa es mi cabeza como suena cuando me doy de cabezazos) y más sentido común del que parece. Si vosotros no tenéis (sentido común o cocina, a elegir), aquí podéis consultar los precios y especificaciones. Y aquí le podéis mandar un email para encargársela, consultarle cualquier cosa o simplemente, poneros a sus pies.
Igual me ha quedado un post demasiado entusiasta ¿no? Máxime si tenemos en cuenta que Macarena Bilbao no sabe ni que existo XDDDDDD. Jo, pero es que me chifla, rechifla, superchifla. Vale, igual el entusiasmo me hace parecer cursi y corta mental. No se puede tener todo en esta vida.