A mis hijas esto de los correpasillos como que no. Las dos aprendieron a andar tan en tiempo récord y con tanta seguridad que no hemos necesitado nada así. Aldara a los 11 meses andaba ya perfectamente sola y sin ayuda, como si llevara toda la vida haciéndolo y Mencía se fue sola con soltura a los 10, aunque a los 9 ya daba pasitos sola. Así que no hemos necesitado ningún correpasillos. Con la peque tuve uno prestado, y fue lo mejor. Durante 15 días le hizo caso y pasado ese tiempo no hacía más que molestar porque no lo utilizaba para nada, así que se lo devolvimos a su legítima dueña y tan campantes.
Pero por lo que veo y por los comentarios que hacéis, no debe ser lo habitual y muchas me contáis que es un estupendo regalo para un primer cumpleaños. Así que a mi sobrina le quisimos regalar uno.
Este es el correpasillos Svan (lo podéis comprar en La Mamavaca por 75,00 euros). Es muy yo, y muy mi cuñada. Muy mi cuñado no es, pero no se lo vamos a tener en cuenta XD. Me gusta porque es estéticamente simple, hecho de madera de abedul a la que se le ha dado una forma que puede ser cualquier cosa. A mí no me gustan los juguetes «dirigidos». Prefiero siempre que dejen margen a la imaginación, a la creación. Así que esto es estupendo, porque lo mismo se pueden sentar como si fuera un caballo, que jugar a hacer como si fuera un monopatín, o incluso, llegado el caso, quitarle las ruedas y usarlo como silla. No es demasiado aparatoso y además de un juguete es una pieza de decoración.
Pero vamos, que hay correpasillos para todos los gustos y para todos los bolsillos. En Inforchess tenéis un montón de ellos, con o sin sonido, con barra para empujarlos nosotros mismos, convertibles…
Otra tienda con un amplio surtido es Eureka Kids donde tenéis de todos los tipos. Pero quizás los que más me gustan en un plano abstracto (en realidad, no los compraría porque no voy precisamente sobrada de espacio) son estos de estilo vintage que me parecen una auténtica pocholada.