Cuando eres crío lo de los charcos, por alguna extraña razón, te vuelve loco. Yo me recuerdo a mí misma cuando llovía intentando pisar los máximos posibles… era lo mejor de que lloviera: las botas de agua y los paraguas. Lamentablemente en mi ciudad nunca ha llovido mucho y ahora llueve menos aún, así que esto sólo pasaba de vez en cuando.
Mi madre, como ser práctico que es, pocas veces nos compraba unas botas de agua. Ahora que yo misma soy madre lo entiendo perfectamente: aquí llueve tan poco que las botas se las pones una vez y a la siguiente que las necesitan ya se les han quedado pequeñas. Eso no quita para que cada vez que veo unas botas de agua suspire por vivir en Galicia y podérselas poner habitualmente.
Estas botas que veis aquí son de Crocs, marca que revolucionó hace unos años el calzado veraniego y que ahora sigue investigando en otros campos. Lo peor de las botas de agua era que acababas con los pies húmedos siempre y que aquello pesaba un quintal, aunque también es verdad que te daba un poco igual ¡¡¡llevabas botas de agua!!! Estas están hechas de un material especial, el croslite, que impide que traspase el agua y que pesan menos que una pluma, como todo el calzado de crocs.
Estas directamente no se las enseño a mi hija por que ¿a ver si adivináis cuáles me pediría????
2 respuestas a «Botas de agua de Crocs»
[…] eso me escaqueé durante mucho tiempo de comprarles botas de agua a las niñas y como aquí no llueve demasiado la verdad es que no lo eché de menos. […]