Estoy harta. HAR-TA. Con todas las letras. ¿Por qué ir a comprar con niños es tan tan tan horrible? ¡Me desespero! Y no, no es porque mis hijas no estén acostumbradas. Creo que aprendieron antes a decir Zara que mamá. Me las he llevado de compras siempre y esto no mejora. GRRRRRRRR ¡¡¡hartita me tienen!
Me cabrea cuando leo en algunos sitios, no, es que te tienes que llevar a los niños de compras, para que se acostumbren. Verás como al principio se les hace muy pesado, pero luego mejora y aprenden a comportarse ¡JA!. Ya os digo yo que nanay. Que funcionará en algunos casos, pero en otros no por mucho ir de compras se acostumbran. Y Cosa 1 y Cosa 2 (a.k.a. Mis hijas) son la viva muestra de que eso no siempre es así.
Acaban con mis nervios… Ya lo he contado en facebook, pero me faltaba la versión ampliada. El otro día tenía que ir a las rebajas a mirar algunas cosas. No demasiadas, y eran de estricta necesidad. Aldara ha crecido tanto que con alguna ropa va enseñando el culo y claro, no es plan, que luego cuando tenga quince y le diga yo que con esas pintas no sale de casa (ya sabéis, el modo madre on) por lo menos que no me pueda decir que así la llevaba yo cuando era pequeña. No no no, dignidad ante todo.
Tenía que ir a unas pocas tiendas y a la salida del colegio me las llevé a ellas y a mi madre haciéndome la cobertura al centro comercial. Se me ocurrió la brillante idea de para qué llevar sillita para Mencía, si total, los ascensores son un rollo y ella es feliz andando, además así fomentamos la autonomía y estas cosas. Claro, yo en los mundos de Yupi, en mi línea. Así que ahí fuimos las cuatro, en plan comando.
En H&M Mencía decidió desembarazarse de las botas y correr por toda la tienda descalza. La dependienta debió de ver mi cara de agobio porque se solidarizó conmigo y le dijo que eso no podía ser. Pero vamos, que le dio lo mismo: tres segundos más tarde tenía a Mencía agarrada a un pack de bragas de Snoopy como si aquello fuese «mi tesoro» y a la otra llorando porque era incapaz de decidirse entre esas y otras de cupcakes.
Varios pises más tarde (las tiendas, que les dan ganas de ir al baño) conseguimos llegar a Zara, que está justo enfrente. El camino entre medias, con Mencía en los hombros porque se negaba a calzarse. Dudaba entre eso o llevarla al estilo pastor del belén, colgada como si fuera un chorizo del hombro. Lo intenté, pero la gente me miraba mal… Así que llegamos a la tienda y entonces deciden hacer de las suyas. A Aldara le costó dios y ayuda concentrarse en la operación zapatos y mira que era sencillo. Dos simples preguntas ¿te valen? ¿te gustan? Hace tiempo que no compro nada para ella sin que haya previamente dado su consentimiento porque luego me lo sé, se muere de asco en el armario y no está la cosa como para ir comprando y guardando cosas sin utilizar. Ya sabe que si dice que sí tiene que ser a conciencia porque luego ¡vive dios! se lo pondrá, aunque cambie de opinión.
Digo que la respuesta era bien sencilla porque los zapatos eran dorados como sólo una niña de cinco años puede apreciar. Lo que pasa que me conozco yo sus «me vale». Esto quiere decir que le gustan. Si no le gustan, no le valen. Fíjate tú por donde.
Por fin consigo que me diga si le gustan, y pasamos a la ropa. Lo mismo, cuatro veranos para que la señora Lomana se decida. Agotada, nos dirigimos a la fila, no sin antes temer por la integridad de las ropas y de los clientes ¡Mencía al ataque! ¡Átense los machos! Ella había decidido que los zapatos de Aldara también le valían y se estaba paseando por la tienda con ellos puestos. Con los de Aldara, de un número 31.
Y en la fila sucedió el acabose. Estoy yo hablando con mi madre, ¡¡¡dos segundos!!! y me vuelvo y me encuentro a la mayor desorinada de la risa y a la pequeña con el culo al aire. Literalmente. Se había bajado la falda, los leotardos y las bragas hasta las rodillas y tenía la camiseta subida como en el anuncio aquel del Guaraná. El señor que había detrás, con una niña de su edad sentada cándidamente en su sillita, flipando en colores.
Sí. Ahora me río. Pero en aquel momento la hubiese escabechado. Sólo acerté a decir un «Qué suerte tienes de que tu madre no esté a favor de la violencia, porque ahora mismo te arreaba un guantazo ¡¡¡¡y me quedaba más a gusto!!!!». Sí, en esos momentos, tiene mucha suerte de que no crea en los bofetones…
Claro que luego me resarcí. Con las pocas fuerzas que nos quedaban (estábamos mi madre y yo con una mala leche que no nos teníamos) fuimos a Zippy y ahí tienen un sitio para que jueguen los niños. Como se había portado tan mal, la pequeña destroyer no pudo entrar. Además, la anterior vez casi tenemos que llamar a los GEOS para que la sacasen. Ni haciendo la típica cosa de irte-esperando-que-se-asuste-pero-estás-ahí-escondida-mirándola. No había manera. Al final una niña desconocida tuvo que ir al rescate de la pequeña escaladora que se negaba a abandonar el recinto. Así que esta vez no hubo parque. ¡Ah, se siente! Eso sí, los gritos se debían oír en la otra punta del centro comercial, pero nosotras somos frías como el hielo (risa maligna).
En fin, que mis consejos si vais de compras son:
1. No lleves a los niños salvo que sea imprescindible.
2. Si es imprescindible, que no sea para comprar ropa para ti: saldrás hecha un adefesio porque comprarás lo primero que veas sólo por acabar con esa tortura.
3. Lleva refuerzos siempre que puedas. Una madre a poder ser. Los maridos suelen estar en la inopia.
4. Coge un carro aunque no vayas a comprar cosas grandes. Te servirán para meter a las niñas en él y que protagonicen un escapismo a lo David Copperfield
5. Nunca más de una hora. Speedy González era un moñas a tu lado cuando vas a comprar con niños.
6. Elige siempre sitios que tengan guardería. Ikea, Leroy Merlin, Alcampo ¡¡¡os amo!!!
0 respuestas a «Ir de compras… ese sufrimiento»
Que bueno, ahora me rio, pero a mi tambien me ha pasado algo parecido con andres y es que dices, tierra tragame!! mi marido como siempre en la inopia, H&M era una batalla campal…ainsss lo bien que se compra sola.
Ya te digo!!!! Comprar sola es un placer que sólo se disfruta cuando has tenido que ir a comprar con niños!!!! Hasta entonces no te das cuenta de lo que tienes!