Los doudous son unas pequeñas mantitas o trapitos, de reducidas dimensiones pensadas para confortar a los bebés y estimularles al mismo tiempo.
Cuando un bebé es un recién nacido su olor favorito es el de su madre. Yo ni soy defensora ni no del colecho, me parece que cada uno es libre de hacer lo que prefiera. En mi caso concreto, la mayor durmió en su habitación y en su cuna desde el primer día tan ricamente. Ella dormía estupendamente y nosotros también. Pero la pequeña fue harina de otro costal. No quería de ninguna de las maneras, así que, sin hacer muchos aspavientos, durmió conmigo durante mucho tiempo. Ahora tiene su cama en una habitación con su hermana y se acuesta ahí por defecto, aunque raro es el día que no viene a la nuestra. La subimos y seguimos durmiendo todos. Quiero decir, que al final se trata de ser sensatos y de decidir lo que se quiere hacer. Unas veces nuestra decisión será «por convicciones profundas» (ES lo que queremos hacer y a ellos vamos) y otras veces fruto de la adaptación a nuestro bebé. En todo caso, creo que todo es respetable.
Y yo como siempre yéndome por los Cerros de Úbeda. Decía esto porque hay gente que dice que lo de añorar el olor de la madre tiene tan fácil solución como que duerma con ella. Pero habrá a quienes esto no les parezca una opción, así que está bien saber cómo podemos ayudarles de otras maneras. Sí, vale, estamos de acuerdo, son sustitutos y como el olor original ninguno, pero hay que tenerlo en cuenta también.
Hombre, siempre está la opción de dejar la camiseta sudada de la madre debajo de la almohada del bebé. Estoy, obviamente, de broma. ¡No queremos que recuerde a su madre como un ser que huele a tigre! Podemos llevar un doudou encima pegadito a nosotras para que se impregne de nuestro olor, o simplemente rociándonos con nuestra colonia o perfume favoritos.
Los doudous suelen ser muy suaves para que su tacto les resulte agradable y una cosa que a los padres nos suele resultar curiosa es que acostumbran a llevar etiquetas de mil colores y formas cosidas. Por un lado está la cuestión de estimular su vista. Cuando son muy bebés no ven más que el color rojo, el negro y el blanco, pero conforme se van haciendo mayores van percibiendo más colores ¡y les chiflan!
A los peques les encanta chuperretearlo todo. Es por esto que las etiquetas son perfectas porque tienen un tamaño ideal para sus bocas diminutas. Cuando los niños son más mayores les encanta tener algo a lo que apegarse. Muchos de los niños eligen sus peluches favoritos y lo convierten en algo realmente querido. Estos doudous tienen las dimensiones perfectas para ello.
Mis hijas cuando eran muy pequeñas no tenían especial fijación por ningún peluche. Aldara llegó hasta los 3 años y pico sin tener ningún peluche favorito. Mencía tardó un poco menos. A pesar de lo apegada que estaba a mí (ya hacía yo de peluche por las noches) en torno al año y medio se enamoró de una Hello Kitty que nos regalaron. Ahora las dos duermen cada una con su muñeco y no veáis el drama que montan cuando no están, independientemente de que duerman solas (que es lo habitual), o conmigo (lo que hacemos de vez en cuando para darnos el gustazo).
Una marca que me gusta mucho en cuanto a doudous es Label Label. Es noruega y, como su nombre indica, sus productos suelen llevar mil y una etiquetas. Una tienda que los distribuye y que me gusta mucho es Ma petite Carla, donde tenéis una selección bastante amplia de doudous, además de otras muchas cosas.
3 respuestas a «Ma petite Carla y los doudous»
Mi princesa pequeña anda con su trapito que no lo suelta y creo que no lo soltará nunca, pero estos son divinos… ¿y si le compro uno de estos?jajaja…no seré tan mala..
Te entiendo! A veces veo cosas tan chulas que dices… buffff no lo necesito pero ¡¡¡es que es tan bonito!!! 😉
[…] su olor. Esa es al menos la teoría… mi hija, concretamente, me mandó a freir churros cuando le intenté poner un doudou en su cuna. Me dijo que donde estuviera su madre que se quitasen sucedáneos. Pero lo importante es […]