No hace mucho os hablé de 5 point plus, un curioso chisme para evitar que los niños se quiten los arneses. La verdad, estoy bastante harta de que Mencía continuamente se dedique a emular a David Copperfield, así que en mi última visita a Madrid a finales de Enero me hice con uno. Mis cuñados me llevaron de turismo a Todo Nenes… si, unos van a Madrid a ver El Prado, la Puerta de Alcalá, el Thyssen… y yo me voy a ver la tienda más estupenda de puericultura que hay¡qué puedo decir! ¡Allá cada uno con sus vicios particulares! Por supuesto tenían el 5 point plus y salí con uno puesto 🙂
Desde finales de enero llevo utilizándolo y la verdad es que el resultado no puede ser mejor. ¡Estoy supercontenta! ¡Funciona!Esto que veis aquí es el Five Point Plus. Como veis, no tiene mucha complicación. Está hecho de malla transpirable (con lo que no da un calor adicional a los niños, ni les hace sudar más) y se coloca en cualquier silla que tenga arneses.
Lo primero es sujetarlo en los hombros. Como podéis ver, la pieza es tremendamente sencilla de colocar y en un segundo está. Ponemos una, y luego la otra. Y ya tenemos el respaldo sujeto.
Luego sólo hay que sujetar los laterales a la parte de abajo de los arneses. Va con velcro, así que es sencillo de hacer.
Ya disculparán ustedes, pero mi señorita probadora no tenía muchas ganas de hacerse las fotos, así que sale con el morrete manchado y unos mocos que dan miedo. Por supuesto, el salón de mi casa y con pijama, que es como solemos ir en el coche. Pero bueno, para que veáis como queda el asunto es más que suficiente.
Si veis, después de colocarle el 5 point plus, el espacio que tiene para colocar los brazos ha disminuido mucho. Es como si ahora llevara un chaleco, que no molesta ni incomoda, pero sí que limita la capacidad de mover los brazos. Si se estuviera quieta o hiciese un tipo de movimientos normales (puede beber, puede comer, puede incluso jugar con cualquier cosa que lleve) no le molestaría en absoluto, es como si no llevase nada, pero claro… lo que no puede hacer es forzar los brazos para sacarse los arneses.
Y parece una chorrada, pero funciona. No tiene ángulo, así que no se los puede quitar. Y doy fe que antes se los quitaba.
El único misterio que tiene es que los arneses tienen que estar bastante apretados. No vale con que estén justos, tienen que estar al límite. Si no, no funciona. Así que lo mejor es dejarlos un poco sueltos, sentar al niño, ajustarlos y entonces tirar de las cintas para ajustarlos del todo. A mí me cuesta más cerrárselos que antes y no digamos a los abuelos que ahora ya no hay manera… pero bueno, es cuestión de práctica y después de un mes ¿Que me puede costar más? ¿Treinta segundos a todo tirar?
La prueba definitiva de que funciona es que Mencía el primer día cuando se lo puse se pegó un buen rato intentándoselo quitar, cabreada como un mono y cuando llegamos a nuestro destino me mira zalamera y me dice «mamá, etto lo titamos mejó ¿eh?» (Mamá, esto lo quitamos mejor, ¿eh?). Vamos, que no le moló nada esto de no poderse quitar los arneses.
En España lo distribuye Matías Masso y cuesta 40,00 euros… que no son nada si tenéis un problema de seguridad como tenía yo.