El otro día recibí un correo de mi amiga adoptante contándome que es más que probable que este verano tenga ya a su niña. Llevo tanto tiempo soñando con ella, con su Estrella, que el día que sea verdad y la tenga entre sus brazos voy a ser la persona más feliz del mundo. El caso es que yo soy su asesora de puericultura (¡pobre desgraciada!) y me preguntó qué narices tiene que comprar una persona que va a adoptar para su futuro hijo.
Me pareció una pregunta interesante, porque lo cierto es que no tiene mucho que ver un bebé recién nacido con un niño de dos años y supongo que muchos futuros padres se preguntan qué tienen que comprar para no acabar con la casa llena de trastos innecesarios. Así que ¡vamos allá!
EL DORMITORIO
Lo primero que nos tenemos que plantear es ¿dónde queremos que duerma nuestro hijo? ¿En su habitación o con nosotros? En el caso de que nos decantemos por el colecho existen un montón de opciones. Aquí tenéis una serie de cunas pensadas para adosarse a la cama de los padres.
Si vamos a ponerlo en su habitación las opciones son infinitas. En principio deberemos descartar el comprar una minicuna (porque como mucho se puede estirar hasta los 6 meses del niño únicamente) y deberemos decidirnos por una cuna ya grande.
Me preguntaban si era una buena opción una cama convertible. Esto es cuestión de gustos, y a mí no me van. Si sólo vas a tener un hijo la de aquel pero si son dos ¿que haces, compras dos convertibles?. Y luego está el que a mí me gustan mucho más los muebles adaptados para cada época de su desarrollo. Las cunas de las convertibles me parecen demasiado grandes y los escritorios en los que se convierten demasiado pequeños. Prefiero comprar un mueble adecuado a mis necesidades reales en vez de algo tan genérico. Pero como digo, es cuestión de gustos.
Para mí la mejor opción es comprar una cuna y no empeñar un riñón en su compra. Las cunas se pueden utilizar como mucho hasta los dos años del niño, y normalmente se les acaba pasando a la cama bastante antes. Ninguna de las mías han aguantado hasta su segundo cumpleaños en la cuna. A Aldara la pasamos a la cama con 18 meses, básicamente porque ya no cabía, y Mencía creo que no durmió nunca en ella. Es más, Mencía tampoco ha dormido en cama con barrera, ahora que lo pienso. Estaba tan hecha a dormir con nosotros que ni ha necesitado barrera ni se ha caído de la cama.
Así que gastarse 600 euros en una cuna para mí no es una opción, ni para hijos biológicos ni para adoptados que llegan más tarde. Existen muchas marcas bastante bien de precio y al final, una cuna es una cuna. No la vais a llevar en brazos, no la vais a mover más de lo estrictamente indispensable, así que mientras sea resistente y más o menos bonita da lo mismo una que otra.
Hay varias marcas muy consolidadas en España como Takata (que me gusta mucho porque es una marca muy «limpia», sin colores estridentes), Micuna, Trama… no sé. Cualquiera os puede servir.
Para el resto del dormitorio también tendería al minimalismo. No me compraría jamás un mueble con bañera porque me parecen incomodísimos. ¿Cambiador? tampoco. Me compraría un cambiador como este que veis aquí abajo (en concreto éste es de Mothercare y cuesta 23,90 euros) que es muy cómodo, tiene los laterales con forma para que no se os vaya el niño de un lado a otro y a correr.
Se puede poner en cualquier cómoda que tengáis o encima de la cama y tiene una vida útil bastante larga. Haceos a la idea de que hasta el año y medio / tres años vais a estar con los pañales de día. Con tres años no os hace falta esto ya, pero hasta los dos años viene bien y no es una cosa cara. Y si queréis pasar, podéis hacerlo perfectamente: unas toallas encima de la cama y fiesta.
El armario, depende. Si tenéis un armario en esa habitación, dejadlo. Y si no comprad uno pero con vistas a futuro. Estos armarios de liliput para los dormitorios infantiles son preciosos (no digo yo que no), pero en cuatro días ahí no te cabe nada. Y no estamos hablando (al menos yo) de gente con presupuestos infinitos. Estamos hablando de gente normal que intenta aprovechar las cosas lo máximo posible y racionalizar el gasto.
Es mejor intentar que saltarnos ese primer dormitorio de «bebé-bebé». Si ya en el caso de hijos biológicos no dura nada, en el caso de niños adoptados que vienen a nosotros con una edad, duran menos aún. Pasad esos pocos meses como podáis. Decorar con telas, con vinilos, con alfombras (a mí me gustan, aunque hay quien no es muy fan), haced que sea un ambiente cuqui pero con cosas baratas y reemplazables. Es mejor comprar una cuna normalita y luego ponerle un edredón chulísimo, un vinilo en la pared genial y dos cuadros superpersonales que no dejarnos un pastón en la cuna y pasar luego de estas cosas. Pensad que a los 2 años y pico los niños duermen en su camita y que a los 4 o 5 empiezan a necesitar una mesa y muchas estanterías. Son muchos cambios de mobiliario, así que intentad que sean cosas que se adapten, o bien no tremendamente caras para que no nos haga «duelo» cambiarlas.
¡Seguimos mañana!