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Capuchinos no, gracias

Tengo una amiga que decía que su hijo le había salido muy «capillitas», muy de las vírgenes, las saetas y todas estas cosas. Ella era del sur, obviamente. A mí me daba la risa al pensarlo porque me decía a mi misma que mis hijas pocos números tienen de salir así ya que yo el fervor religioso de la Semana Santa como que no. Y eso que me considero católica y no reniego en absoluto, pero qué queréis que os diga, a mí todo eso me resulta muy folkórico.

En Zaragoza saetas, costaleros y cosas de estas no hay. Sólo hay gente tocando el tambor, los timbales etc. Mucha gente. Quizás mi animadversión venga de que cuando yo era pequeña vivía en un piso muy alto no apto para supersticiosos (era el 13), con vistas al Pilar. Justo enfrente de nuestra casa se congregaban a ensayar día sí y día también los de una cofradía, así que cuando llegaba la Semana Santa a mí me daban ganas de hacer algo muy poco pío y relacionado con el culo de los cofrades. ¡Santo Dios, qué cansinos!

Así que supongo que entenderéis que nuestro mejor plan de la semana santa nunca está relacionado con  ir a ver las procesiones. Hasta este año mi hija mayor tenía auténtico pánico a lo que ella llama capuchinos. Los llama así porque mi madre lo hace y yo le digo que la expresión es suuuuuuuuuuperviejuna, que suena mucho más chic cofrades. Así que creo que hemos acabado por llamarlos «los cofrades capuchinos» en un ni para ti ni para mí.

Si Aldara tuviese que decir que era (lo que hasta este momento) le daba más miedo probablemente hubiese dicho que los capuchinos. Era mentárselos y oye, como aquel que nombra al hombre del saco. Uno de los días que salimos de casa nos miró con cara de terror y nos dijo ¿¿¿¿y en las procesiones no habrá también cabezudos???? Imagino que una procesión con capuchinos, cabezudos y perros tiene que ser el colmo del terror, como para no dormir en un mes.

Pero este año consiguió superar su miedo. Fue el domingo de Ramos. Mira, eso sí que lo celebramos. Tan en serio como afirmamos que mi madre tiene 25 años (cumplidos, según ella), decimos que ese domingo es su santo porque Ramos es su apellido. Así que si es el domingo de Ramos, debe ser «su» domingo. Festival del humor, lo sé.

El domingo de Ramos las pongo todas monas, iguales, con sus palmas, sus chuches y nos vamos a dar un paseo hasta la plaza del Pilar, que está muy cerquita de mi casa. El año pasado estaban no sólo monísimas sino muy colaboradoras, así que me salió un reportaje fotográfico estupendo. Reconozco que me envalentoné y me empecé a hacer películas sobre las fotos que iba a hacer, lo preciosas que iban a salir ¡ja! Ninguna de las dos estaba por la labor de colaborar. Mencía se había pegado no-recuerdo-como la leche padre y llevaba el labio hinchado, y Aldara estaba mucho más interesada en zamparse las chuches que en colaborar con su madre. Así que no hubo manera de hacerles unas fotos en condiciones. Lo más digno fue esta que veis aquí y es un fotomontaje. En la que Aldara estaba digna, Mencía miraba al suelo. Un horror. Así que junté dos fotos y probablemente lo que mejor me salió del día fue el montaje.

Pero eso sí… este Domingo de Ramos Aldara perdió el miedo a los capuchinos. Y hasta le gustaron, que manda narices.

Afortunadamente le gustaron «un poco». Un poco son cinco minutos.

Pero el planazo de las fiestas ha sido sin duda subir a una parcelita que tenemos muy cerca de Zaragoza. Ahí las niñas es donde son felices de verdad, corriendo, saltando, entrando, saliendo y jugando. Y nosotros también porque ¡¡¡no hay niñas!!!. Que, no me malinterpretéis, no es que no me guste disfrutar de mis hijas y hacer cosas con ellas, pero es que ¡¡¡son dos lapas!!! ¡¡¡necesitan público para todo lo que hacen!!! Espérate a que Aldara descubra twitter dentro de unos años… irá radiando lo que hace en su vida, minuto a minuto.

P.D. La verdad es que la entrada para el concurso de Madresfera del Club Penguin, (un portal de ocio y entretenimiento seguro y controlado para niños desde los 6 hasta los 14 años) que ha hecho Mi gremlin no me come es tan buena que desanima a cualquiera a intentarlo porque va a ganar ella de calle por méritos propios. Pero soy «asín» de masoquista y me apetecía contaros lo que hemos hecho esta Semana Santa. Y que me va el barro… morderlo, por supuesto 🙂

 

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

4 respuestas a «Capuchinos no, gracias»

Me he reído un montón porque en mi casa pasa lo mismo !!!!

La mía también los llama Capuchinos (así los llaman en su cole, ya ves y es un colegio católico).

Yo también necesito aire de vez en cuando porque la mía también necesita que la miren y la atiendan a todas horas !! y mira que pensaba yo que si tenía otro ya no me iba a pasar (me estás quitando las ganas, ja,ja,ja).

Los cabezudos también son una palabra «terrorífica» en casa aunque parece que se le va pasando porque antes si había cohetes, cabezudos, tambores o procesiones había que salir pintando así que mira qué plan.

Me ha encantado el post y la foto de tus soletes mucho más.

Besos.

En favor de esas abuelas del mundo, diré que abuela del gremlin tampoco es nada viejuna y también dice «capuchinos». Yo lo adapté a «capuchones», y así se han quedado en mi casa. En el sur creo que se dice «penitentes», que suena mucho peor todavía, como a «remordimiento de conciencia».
Y ahora al lío… ¡pelea! Sí sí… ya veo yo tus intenciones, ya te veo haciendo números «A ver… la madre del gremlin blablabla… pero yo tengo ¡3165 seguidores! en mi blog así que estadísticamente… a pocos que sean de madresfera, esto está chupao, y otro concurso para la saca!.
Ayyyyyyy, ¡en la charca de barro te espero para la pelea! 😛

Me alegro de que Aldara haya superado su trauma «capuchinil»!!!!, la verdad es que lo mejor es afrontar los miedos directamente, claro que para ello tiene que estar de acuerdo el traumatizado!!!, en mi caso, de pequeña les llamaba picorotos!!!, y también conozco a gente que les llamaba capuchinos, a mi me daban miedo de pequeña hasta que entendí un poco el significado de la Semana Santa….

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