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Maternidad

El cartero del País de los Sueños

Como ya sabéis, en casa tenemos que buscar mil y una argucias para que Mencía se duerma. Una que funciona, y mucho, es la historia del cartero del País de los Sueños.

La cosa es que a Aldara cuando era muy pequeña le decía todas las noches antes de que se durmiera «Te voy a poner un sello para el País de los Sueños. Que duermas bien y que sueñes con los angelitos». Y ella me decía «con los angelitos no». «Vale, con tus amiguitos». Y se dormía, beso en la frente mediante.

Con Mencía esto no basta ni de casualidad. Pero vamos, NI DE COÑA. He tenido que inventarme una versión modificada de la historia. Le digo que le voy a poner los sellos para que se duerma. Y le pongo un sello verde para que duerma bien (beso al canto), un sello morado para que tenga sueños felices (besito en la mejilla), un sello rosa para que se levante descansada (beso en el ombligo)… vamos, según tengo el día. Y cuando me canso le digo «venga, venga, Mencía, que estoy viendo venir al cartero del País de los Sueños». ¡¡¡Y se pone en posición de dormir esté haciendo lo que esté haciendo!!!! ¡¡¡Incredibol!!!!

No es que tenga miedo al Cartero. Qué va. No se lo he pintado jamás como alguien amenazador. Yo le digo que se tiene que dormir porque el Cartero es quien lleva a las niñas bonitas y a las mamás a un mundo de sueños bonitos y que se puede elegir con lo que se quiere soñar. Más mona… el otro día le dije que podía elegir soñar con chuches, que son su perdición, y me dijo que no, que quería soñar con mamá y con Aldara.

Sí. No sé como con 2 años y medio sigue viva y no me la he comido.

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.