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Decoración

Los lectores opinan: Lámparas Pabobo

A Sonia, de los Cortocircuitos de Coilet, le voy a tener que poner un piso. Cuando más de cabeza voy, viene ella y salva la vida haciéndome uno de sus artículos maravillosos, incisivos y diseccionando a conciencia las cosas. ¡Muchas gracias por compartirlo con todos!.

Mi nene se despertaba con mucha frecuencia por la noche, sobre todo desde que le cambiamos a su cama de “mayor” cuando su hermana le usurpó la cuna (alrededor de los 30 meses) y es un crío al que no le gusta estar a oscuras, por lo que teníamos que dejar encendida la luz del pasillo con la puerta de su habitación entre abierta para que viera algo de claridad. Pero claro, toda la noche la dichosa luz dada, por mucho que pusiéramos una bombilla de bajo consumo, pues tampoco era plan…

Consultando por Internet, encontré varias opciones. Existen los típicos carruseles de sobremesa o que puedes colgar que llevan una lámpara giratoria con luces, la cuál proyecta imágenes sobre las paredes o techos de las habitaciones. Pero suelen llevar su correspondiente cable y transformador y no quería algo tan aparatoso. Ni algo con música ni con demasiadas zarandajas porque el niño ya es más mayor… Luego están las típicas luces que se dejan conectadas en los enchufes directamente, pero si tienes los enchufes muy bajos o semiocultos bajo mesas o tras mesillas o muebles, pues al final la luz que emiten queda velada.

Al final me decidí por la luz “Nomade” de Pabobo, por una serie de características que me animaron a adquirirla:

• 5 horas de carga – 70 horas de autonomía
• Encendido y apagado progresivo
• Célula fotosensible
• LEDS de muy bajo consumo (no utiliza bombilla).

La luz se compone de una base en la cuál va alojada la célula fotosensible quedando oculta la clavija de enchufar, como veis en la imagen. Para sacar la célula es muy fácil: un pequeño giro como que vas a desenroscar una tapa y tiras, entonces ya puedes llevártela para acoplarla en cualquier enchufe y que ser recargue. La autonomía es generosa, no tenéis que estar todos los días pendientes de cargarla. Y al ser leds de bajo consumo, dan una luz muy tenue que no molesta para nada pero que permite alumbrar un poquito la habitación y sobre todo y muy importante, no quema! El niño puede quedarse dormido con ella entre las manitas como le ha pasado al mío, mientras leía un cuento. Incluso, cuando sea más mayor y quiera ir al baño por la noche, puede servir para acompañarle sin tener que dar otras luces, porque su pequeño tamaño y su forma ergonómica, la hacen perfecta para ser asida por la mano de nuestro pequeño. Y por esto mismo, es muy práctica para poder llevártela a cualquier sitio: un hotel, la casa de los abuelos, etc, y que el niño se sienta más tranquilo en un entorno que le es menos familiar.

Por supuesto también viene bien para entrar en su habitación y arroparle, o coger algo que se nos ha olvidado sin tener que andar con una linterna para no despertarle.

Además, al ser fotosensible, al niño le resulta divertido comprobar que de repente se ilumina cuando entra en un ambiente oscuro y que se va atenuando cuando llega la luz del día.

Existen en varios colores y la verdad, estoy encantada con ella, porque mi nene parece dormir mejor desde que la tiene puesta en su mesilla, aunque a veces se sigue despertando por la noche y acudimos a su lado; pero el hecho de no despertarse en oscuridad total le tranquiliza, y se vuelve a dormir más confiado, sin insistirnos tanto en que le llevemos “a la cama de los papis”, como nos pasaba antes.

Precio aproximado: 24,95 euros.

¡Gracias por contárnoslo, Sonia!

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.