Me encantan las alfombras, como concepto. Me mola menos el concepto limpia-fija-da esplendor que va asociado a ellas y sobre todo no me gusta nada de nada el concepto niña-tate-quieta-ya indisoluble. Asumámoslo: soy la madre de dos cochinas. Y no me refiero precisamente a Peppa Pig.
Aún así yo me resisto porque me parece que decoran muchísimo y que son extremadamente bonitas. Para eso nos hemos comprado un «Blackie», además.
INCISO: Unos vecinos nuestros tenían un perro que se llamaba Blackie. Era, como su nombre indica, negro y malísimo, y además lo tenían tan consentido que sólo le daban de comer «jamón del bueno». Del bueno es de bellota. O sea, del que no como yo. Como en mi casa somos muy chistosos, para mi familia cualquier perro así en genérico es un Blackie. Y cualquier cosa que vaya por el suelo y se asemeje a un perro también. Tiene mi padre un chisme para hinchar las ruedas de las bicis que va montado sobre una plataforma con ruedas. También es un blackie. Y nuestro nuevo aspirador, de esos que va solo por la casa barriendo solo también es un blackie. En mi familia #somosasín.
Estas alfombras de Lorena Canals las podéis encontrar en BB The Countrybaby por 95 euros y son de algodón, de manera que ¡buena noticia! se pueden lavar en la lavadora. Este año la nueva colección está dedicada a las banderas, pero en colores inesperados. O te gustan o te horrorizan, me da la sensación. A mí me gustan, aunque no sé si conseguiría encajarla en mi casa.
Estas otras alfombras, por el contrario, son de lana tejida a mano. Me gustan mucho porque lo mismo casan con un dormitorio de bebé que con uno más adulto. Normal: cuestan 430,00 euros. Son auténticamente preciosas.
Pero sin duda, de todas las novedades de Lorena Canals mis favoritas son estas mantas de crochet. Me-chi-flan.
Me parecen superamorosas, muy prácticas para llevarlas en el carrito, como elemento decorativo en la cama o cuna… en fin, que me gustan muchísimo.