Creo que jamás me había planteado un crucero en mi vida. Llamadme limitada, pero es oír la palabra «crucero» e imaginarme a la tripulación casposa de «Vacaciones en el mar». Con música y todo (the loooooooove boooooat). Si a esto sumamos que yo me mareo en el tiovivo, ese que va a dos por hora y sólo da vueltas sobre sí mismo (ni os cuento de cosas más sofisticadas) pues francamente no era algo que andase en mis planes.
Hasta este fin de semana.
Tratamiento de choque lo llaman.
Me invitaron junto a otras blogueras a pasar un fin de semana en Barcelona con mi hija y conocer el Liberty of the Seas, el crucero más grande del Mediterráneo (y el segundo más grande del mundo), de la compañía Royal Caribbean. Teníais que haber visto la carita de Aldara cuando le pregunté si quería venirse conmigo: su respuesta fueron unos ojos brillantes y un largo abrazo.
Lo primero que choca es lo descomunal que es aquello. Es como estar bajo un edificio muy muy alto pero sabiendo que aquello se va a poner en marcha. Madredelamorhermoso. A mí, que en ocasiones sólo me faltan las gallinas bajo el brazo como Paco Martínez Soria (paisano mío, por cierto), me FLIPÓ que para entrar hubiese que pasar tantísimos controles. (Nota mental: la próxima vez que vaya de crucero, sujetador sin aros)
Y cuando por fin te encaramas a aquello ¡¡¡WALAAAAA!!! Pedazo de vistas…
Lástima de bikini… Aldara hubiese matado por darse un bañito en una de las tres piscinas que hay. Que por cierto, está aquello montado de la muerte. Hay una que está pensada para familias, otra en la que sólo pueden bañarse los niños si van con un adulto y luego hay otra en la que los peques no pueden bañarse. Así, eliges la que quieres y todos tan felices.
La cubierta superior es para morirse. Hay piscinas, solarium, jacuzzis colgados, un rocódromo, un simulador para hacer surf (y acabar calado hasta los huesos, tanto si lo practicas como si lo ves) ¡y para los amantes del running, tres kilómetros para correr cuando uno quiera!
Y dentro… todo lo que imaginéis. Tiendas, un starbucks, un Ben & Jerrys, karaokes, casino, un teatro (más grande que el de mi ciudad si me apuras), una pista de hielo ¡yo qué sé! ¡¡¡Con deciros que estuvimos unas cuatro horas visitando el barco sin parar!!!
Pero a mí lo que me conquistó fue que los niños, si quieren, no te necesitan absolutamente para nada. A ver, mis hijas están en una edad porculera encantadora de la muerte. Estoy segura de que les propongo ir a Roma a hacer turismo y me pasaría la mañana con dos niñas quejosas, protestando y con caras largas. Porque con 6 y 3 años no es el plan más apetecible del planeta. La ventaja del Liberty of the seas es que me dio la sensación de que no iba a ser yo la que «aparcara» a mis hijas sino que serían ellas más bien las que me mandarían a escaparrar a hacer turismo a mí. ¡Y es genial! ¿Que quieres hacer planes en familia? Puedes. ¿Que quieres estar juntos unos ratos sí y otros no? También. ¡Vacaciones para todos!
Las instalaciones y los planes para niños son increíbles. Divididos por edades, con planes atractivos según la edad de la que se trate … a mi hija le hacían los ojitos chiribitas sólo de pensarlo.
Al día siguiente nos invitaron a un evento en el FAD en Barcelona para conocer unos ejemplos de las animaciones del barco de primera mano. ¡Y vino Barbie! ¡La Barbie auténtica, de hecho! Y mirad la que nos regalaron. Es la Barbie Pantone, pero para mí es la Barbie Gafapastas (jijiji). En el crucero Liberty of the Seas podéis vivir la experiencia Dreamworks y este año como novedad ¡también la de Barbie!
Quiero dar las gracias a Royal Caribbean por la experiencia porque lo hemos pasado auténticamente de lujo. Decir, y creo que mis compañeras blogueras opinarán lo mismo, que si queréis que probemos a fondo – a fondo un crucero durante unos días… pues que nosotras nos sacrificamos XD (¿Cuela?) ¡Qué puedo decir!
Darles besos muy gordos a todas las blogueras (y a los corresponsales que nos envió María José de Blog de moda para tu bebé ¡menos mal que te pasaste tú aunque fuese fugazmente, que tenía ganas de verte también! ) con las que coincidí estos dos días: Beatriz de Pintando una mamá, Carolina de La Casita de Martina, Ana de Sapos y Princesas y Ana de Petit Style. Mi hija se lo pasó genial con vuestras niñas y les manda también muchos besos. Para mí ha sido un fin de semana precioso y mucha de la culpa la tenéis vosotras. Es un honor aprender de vosotras.
9 respuestas a «Mañana me iba en el Liberty of the Seas. Ya.»
¡Qué suertudas! Madre mía qué lujazo de barco!!! Y qué guapas estáis!!!Se nota que os lo pasastéis genial!!! 😀
¡Lujazo! Eres ya la diva blogger jajja mira que como te inviten al crucero si o sí me llevas 😛 necesitas alguien que tome notas de tu experiencia jajaja.
y la verdad los cruceros son lo más…es viajar sin tener que empacar 😛 y con entretenimiento y copas jajajaja
un verdadero desmadre 😛
un besote desmadroso
Me das envidia pero de la malaaaaa!!!
Que guay, así da gusto ser bloguera, me alegro infinito de que lo disfrutaseis tanto. Ya se os ve en la carita de felicidad.
Muchos besitos.
Porque tú lo vales!!!!!!!!!!!!
Y la envidia cochina que nos das… 😉
Eres un encanto Sara 😉 Siempre me gusta verte. Me ha encantado el post y las fotos ¡Yo quiero mi Barbie! jajajajaja
Un besazo guapa
(Yo también me apunto al crucero)
Qué suerte! No me extraña que Aldara estuviese emocionada!
Hola Sara, la primera vez que coincidíamos y espero que no sea la última.
Qué divertida eres y cuanto se aprende de veteranas como tú.
Un fuerte abrazo para tu peque y para ti.
Acabo de leer tu post (porque por fin, mañana me animo a publicar el mío ¡¡jajajaa!!; me falta vuestra destreza y vuestros equipos…) y sólo leer el título me ha apetecido repetir pero YA!!!!!¡¡Aún estoy emocionada de haberos conocido!!, lo pasamos genial. ¡¡Un inmenso placer!!
¡¡Magnífico post!!, y lo que más ilusión me hace es esa mención especial a las peques 😉 ¡¡Me encanta!!
¡¡Muchos besos!!
[…] para conocer el Instituto de la Felicidad. Me hacía mucha ilusión llevarme a la pequeña porque hace un tiempo disfruté de un fin de semana especial con Aldara en Barcelona y me gusta ser ecuánime con las dos. La verdad es que ha sido maravilloso en todos los sentidos. […]