Ayer os hablé de la mujer y el trabajo y como me despidieron por quedarme embarazada. En los comentarios apuntaba Claudia de Cinco Deditos la cuestión de la autoestima y me pareció tan interesante que creí que hacía falta una segunda parte del artículo dedicada a eso porque sí, estoy con ella, lo peor de que te despidan por quedarte embarazada no es quedarte sin trabajo sino el estado de muerte clínica de tu autoestima.

Pertenezco, posiblemente a la misma generación que la vuestra. Me hinché a estudiar, con buenos resultados, y creí que todas las cosas que nos contaban sobre la mujer, el trabajo, etc (la maternidad, sin más, con 20 años era un ideal algo desconocido… quería ser madre, pero en abstracto, sin particularizar) eran paparruchas. Es lo que tenemos los optimistas irredentos. Creemos que los pesimistas son unos exagerados, igual que ellos piensan que nosotros somos unos desinformados.
No quería creer yo que todo aquello fuera a ser cierto. Sinceramente, no podía ser. Así que empiezas a trabajar con mucho entusiasmo y las lógicas limitaciones de alguien que empieza. Pero ¿alguien ha nacido aprendido?.
Yo no soy una persona demasiado insegura. Tengo mis cosas, como todo el mundo, pero soy tan capaz de asumir las cosas que hago bien como las que hago mal. Pienso que si no sabes lo que haces mal no puedes mejorarlo y si no eres consciente de las cosas que haces bien y te valoras tampoco progresas. Es tan necesario conocer tus puntos fuertes como los débiles. Pero te empiezan a pasar cosas y son golpes a tu línea de flotación que hacen que te tambalees.

Quizás si todo nos importara un pito no nos pasaría. Pero creo que cuanto más te has esforzado y más en serio te lo has tomado, más te duele cuando te pasa. Te despiden y en vez de pensar mal, lo primero, primero, primero que te viene a la cabeza es ¿y qué he hecho mal? Y te culpas. Piensas en que podías haber hecho, podías haber pensado, podías haber estado… piensas en todas las cosas que no te han salido tan redondas como te gustaría. A ver, todos la cagamos. Todos. Y cuantas más cosas haces, más números tienes de fastidiarla en algún momento.
Cuando a mí me despidieron me quedé completamente en shock. Hasta un par de días más tarde no fui capaz de reaccionar. Os prometo que no hacía más que pensar en qué era lo que había hecho mal. Cuando por fin tuve la frialdad de pensarlo en serio llegué a la conclusión de que, básicamente, me había salido de los planes que tenía mi jefe. Y ya está. Porque un mes antes me habían hecho indefinida y me habían puesto unos objetivos que ni siquiera había tenido tiempo de empezar a trabajar. Tal vez no fuese la mejor del mundo mundial, pero un mes antes había sido suficiente.
Lo que ocurría es que un embarazo complicado no entraba en los planes de mi jefe. Ni en los míos tampoco, la verdad. Yo me enteré de que estaba embarazada en urgencias, cuando me dio una lumbalgia de esas en las que te falla la espalda y caes al suelo con un intenso dolor. El día de la falta. O sea, que estuve jodida desde el minuto cero. Y claro, con la espalda así, embarazada, que la cosa no mejora, pues trabajar de pie de un lado a otro no era factible. Yo sugerí un cambio de puesto, porque la verdad es que la perspectiva de tirarme meses y meses en casa no me seducía lo más mínimo. Pero su cambio de puesto fue despedirme.

La primera que se me pasó por la cabeza fue justificar la decisión de despedirme. Él no tenía la culpa de que yo tuviera un embarazo chungo. Pero conforme fui enfriándome (como os digo, estaba en shock, y eso que no sé porqué lo intuía o lo valoraba como opción) fue saliendo la indignación a flote. ¡Cómo que él no tenía la culpa! ¡Yo tampoco! No podía culpabilizarme a mí misma. Las cosas no son así.
En un caso como el mío, con una buena autoestima, sales adelante. No sin pasarlas canutas y preguntarte mil cosas. Pero yo me pregunto el daño que pueden hacer cosas como estas a gente que no esté tan segura de sí misma. Si yo me quedé tocada una buena temporada… no quiero ni pensarlo.
Pero al final pueden despedirnos, pero yo lo que no estoy dispuesta es a dejar que me arranquen la dignidad. Para mí denunciar no era una cuestión de dinero. Era una cuestión de principios. Un «venceréis pero no convenceréis». Creo que no denunciar sí que me hubiese hecho daño. Para mí denunciar y ganar fue una cuestión de amor propio. ¿Qué tenía que perder? Nada. Y ya no era por mí, era por el resto de mujeres. Porque no. Porque es una cuestión de justicia. Porque no puede ser.
Y esta es mi historia. En serio. No deis vueltas a lo que habéis hecho o dejado de hacer. Despedir a una embarazada es ILEGAL. Y ya está. Seguro que hay embarazadas que le echan morro, quienes eran unas patéticas trabajadoras antes de quedarse embarazadas. Como las hay en todos los gremios. También hay hombres patéticos en su trabajo. También hay ¿bomberos toreros? que trabajan mal. Pero oigan, no puede culparse a todo un género porque haya un garbanzo negro. Y en todo caso, posiblemente ese garbanzo seguro que no se come tanto la cabeza.
Si esto ha ayudado a una sola persona a no sentirse sola… habrá valido la pena.
11 respuestas a «Mujer y Trabajo. Despido por quedarte embarazada.»
Como maña exiliada, me encantaría saber quien era el encanto de jefe que tenías… y en qué empresa – infierno estaba… cuando quieras te doy yo los nombres de los míos! 😉
Walewska, la segunda parte todavía me ha gustado más que la primera! Tenemos que hablar desde el corazón! Compartir nuestras experiencias y sentimientos no sólo nos ayuda a poner en nuestra mente las cosas claras (algo taaaan necesario), sino que puede servir de ayuda a otras mujeres que justamente en ese momento se encuentren en medio de ese desagradable trance. Para mi también fue un shock mi situación (algo diferente a la tuya) y lo pasé mal recomponiéndome (ahora lo sé y lo puedo reconocer).
Que tú hayas hablado directamente de la autoestima y que tengas el valor de definirte con una autoestima buena (ni por los suelos ni por las nubes) se merece todos mis respetos!!!!
Lo dicho, chapó, nena!!!
WOW! Gracias por lo que me toca! Me alegro haberte inspirado.
A mi todavía me escuece 4 años después… A pesar de que mi vida es mejor ahora por que puedo estar en casa y tengo un trabajo que me encanta y disfruto mogollón.
Pero me dolió y mucho. Yo también tuve un embarazo complicado y en el primer trimestre ya estaba ingresada por riesgo de aborto así que se enteraron muy pronto de mi embarazo y claro falté muchísimo….
Me despidieron justo al inicio de la «crisis». Ganaba muy bien y sabía que si aceptaba el despido no volvería a tener este tipo de ingresos por que los salarios bajaban sin parar. Llevaba 4 años en la empresa. Estaba muy a gusto y la verdad que era un chollo de trabajo.
Despidieron a mucha gente, pero claro….en mi caso, embarazada, cerca de los 40 y con una familia que mantener, pues mi marido no tenía trabajo….me dio mucha ansiedad. Pasé hasta por agorafobia.
Aun tengo secuelas! Pero eso ya lo cuento otro día si eso…:-p
Me ha gustado mucho este post ya que me siento identificada, a mi me pasó lo mismo, después de luchar por mis derechos y por mi hijo fui readmitida pero con todas sus consecuencias, no tuve bastante con no haber podido disfrutar de mi embarazo que para colmo me están sometiendo a mobbing, no es justo que haya tal discriminación hacia la mujer en este aspecto
Gracias Sara por compartir tu experiencia. Lo más valiente de todo me parece el denunciar, porque mucha gente después de quedar con la autoestima dañada, lo que quiere es esconder la cabeza hasta estar preparada para salir a flote de nuevo y no tener que enfrentarse de nuevo con los que te vulneran, pero la verdad es que se debería denunciar.
Como tú dices, denunciar no es sólo una cuestión económica. Es una cuestión de principios, y aunque uno no pueda cambiar la situación para si mismo, que tengan el expediente manchado, a lo mejor ayuda al siguiente (si todos denunciáramos, habría empresas que tendrían un cartapacio que habría que llevar con carretilla).
Bravo!
Madre mía chiquilla, se me han puesto los pelillos como escarpias leyendo este artículo. Gracias por dar el paso de denunciar, fue valiente y efectivamente creo que si ayuda a otras mujeres.
Un besazo
Uff, todavía tengo los pelos de punta, eso es una injusticia e hiciste bien en denunciar, si te hicieron indefinida un mes antes es porque valías para el puesto, seguro que la han fastidiado, porque a la que venga ahora tienen que ponerla al día y esperar que sea lo mismo de buena que tú.
También tengo una pregunta ¿Cuándo denunciaste y ganaste le obligaron a reincorporarte al trabajo?, porque si es así menudo mal rollo después en el trabajo ¿no?
Estoy contigo, denunciar no es cuestión de dinero, sino de principios y de saber valorarte. Yo también lo pase mal en su momento, pero ahora se ver el lado positivo y estos dos años trabajando desde casa he podido disfrutar mas todavía de mis hijas.
Veo reflejado mi futuro después del paro en tus posts de estos últimos días. Ojalá la situación no sea tan mala como me la imagino pero de momento no ando desencaminada y todo lo que vivo se parece mucho a lo que relatas. Próximamente escribiré algún post sobre cómo ha comenzado a cambiar e trato hacia mí en mi trabajo desde que anuncié el embarazo.
[…] Era literalmente, una pequeñaja. Mencía no estaba ni pensada ¡bastante tenía con lo mío! A mí me habían despedido por quedarme embarazada en el 2006 y durante todo ese año 2007 había estado colgando análisis de productos de puericultura en Ciao, […]