Otra cosa no, pero para las niñas tengo «cienes y cienes» de ropa. Supongo que calmo mis ánsias fashionistas con ellas pero ¡es que están tan monas! El caso es que teníamos la boda de una buena amiga y como era a principios de octubre en una fecha incierta en cuanto a tiempo tenía como tres conjuntos diferentes para «por si acaso». Así soy yo.
El look de Aldara fue reciclado y ya os lo he enseñado alguna vez, pero hoy os voy a enseñar lo preciosa que iba Mencía ese día, que además era su cumpleaños.
A la peque le puse un vestido de Stay Little que compré en Mamuky hace cosa de un mes. No puedo estar más contenta con lo que compré en esa tanda porque me salió realmente tirado de precio (cuatro vestidos la mar de apañados por unos 50 euros) y en la mano me ha encantado.
No conocía la marca Stay Little, pero os enseñaré pronto las cosas que tienen para este año porque está realmente bien. El vestido de Mencía para mi gusto era perfecto. De vestir, pero nada recargado. La tela era una preciosidad de liberty de flores en rosa y azul mezcladas con un poco de marrón. Un pequeño (diminuto) nido de abeja y unas mangas con un poco de personalidad y ya. A mí no me gustan los vestidos recargados, así que este me parecía perfecto. ¡Recién venido de la casa de la pradera!
¿Lo mejor? Como el vuelo salía desde arriba era comodísimo para ella. Nos echamos unas cuantas risas porque más de una vez (y de dos, y de tres…) Mencía se levantó el vestido hasta las orejas y nos enseñó todo el culo en pompa. Así son, delicadas como una flor.
Los zapatos son de Pisamonas y esta tienda es una GRAN descubrimiento. Los que yo les compré son de tela aunque imitan serrare y estaban en todos los colores. Por el precio, 13 euros, merece la pena comprarlos a juego con el vestido. Visten mucho, son cómodos (cero rozaduras) y los tenéis como queráis: merceditas, bailarinas, bailarinas de las que se doblan. Relación calidad precio espectacular. Repetiré seguro.
El coletero es de Nita complementos. La colección para este invierno es genial y me gustan especialmente estos coleteros de crochet. Como coincidían justo los colores con los del vestido, no me compliqué nada la vida. ¡Y estaba guapa!
Lo que no:
Yo no sé los vuestros, pero como decimos en la tierra, Mencía tiene la cabeza más dura que un adoquín. Y no hubo forma 1) de que se pusiera calcetines, después de haberme vuelto mona buscándolos 2) de que se desabrochara la chaqueta.
Veréis, técnicamente a este tipo de vestido lo que le pega más es una chaqueta cortita. Pero paso. La hubiese comprado sólo para este vestido, así que conscientemente le compré una chaqueta más larga pensando en la reutilización posterior. Este tipo de chaquetas queda «al filo». No es lo que más le va pero es un «aceptamos barco». Pero claro. Desabrochada. Abrochada queda … bueno, como lo veis. MAAAAAAAAAAL, sin gracia.
A ver quién es el bonito que le dice a Mencía que se la desabroche cuando ella quería mostrarle al mundo que sabía abrocharse los botones ella sola. Digamos que era la muestra de su nueva habilidad y realmente le costó un triunfo hacerlo, desde el primero hasta el último. Le propuse recogerla un poco, metiéndola hacia abajo pero … es que entonces no se veía su obra. Y no hubo forma.
Tampoco se acabó el mundo 🙂 ¡Hay ocasiones en las que hay cosas más importantes que si les queda un poco mejor o peor!
3 respuestas a «Egoblogger: De boda»
¡Qué graciosa! Apunta maneras de modelo. Vaya desparpajo para posar.
Sara, tu hija está preciosa con lo que se ponga. Da igual que no quiera calcetines ni abrirse la chaqueta. Es una monada! (la niña)
[…] os conté hace poco, en Mamuky descubrí una marca de ropa para niñas que desconocía y que me encantó. Se trata de […]