¿Sabéis? Hay cosas que se quedan en tu subconsciente y tú con los años dejas de saber el momento en que se te grabaron a fuego. Ves la punta el iceberg, pero ya has olvidado incluso que hay iceberg debajo.
Me pasaba a mí con las trenzas. Siempre digo a que a mí Dios no me ha llamado por el camino de la peluquería. Soy patética peinando y tengo muy poca gracia. Pero me fascinan las niñas con trenzas, y los peinados intrincados que las incluyen. De unos años a esta parte que se han puesto de moda en moños para mayores soy la más feliz del mundo.
Por otro lado, siempre he dicho que soy pelirroja de espíritu. Y el otro día que decidí ver Ana de las Tejas Verdes con Aldara descubrí que era, y siempre había sido, por ella.
De repente recordé cosas de mi infancia que simplemente estaban dormidas. Sé que a otras niñas les gustaban las princesas Disney. Yo quería ser Ana de las Tejas Verdes. La niña que soñaba, la niña que era capaz de dar alegría a todos los que estaban a su alrededor, la que escribía, la que tenía una vocación para la enseñanza.
Amiga de sus amigos, amante de su familia. Con un carácter muy fuerte también. La verdad es que realmente creo que quería ser Ana de las Tejas Verdes porque me parecía y me parezco mucho a ella. Hasta me teñí el pelo hace poco de pelirrojo, para horror de mis hijas a las que no les gusta nada. Me falta ser flacucha, que eso no.
Es un placer ver estas cosas con tu hija. Aldara tiene siete años y yo sé que a estas alturas ha visto ya más cine que la mayoría de los niños de su edad. Hay cosas que «pruebo» a ver si le gustan. No siempre acierto, aunque la tengo bien calada y sé por donde van sus gustos. Con Ana de las Tejas Verdes ha sentido la misma fascinación que yo. Creo que la entiende. Ve su impetuosidad, su alegría y le cae bien. Aunque Ana es mayor que ella y está ambientada en una época que le es extraña (lo que a veces es un hándicap) se ve en ella. Y la relación de amistad que tiene con Diana Barry, su amiga del alma la comprende perfectamente.
Es genial ver estas cosas con ella. Le explico las cosas que no entiende, conceptos, palabras, situaciones y creo que es para las dos sencillamente maravilloso.
5 respuestas a «Las figuras de mi infancia: Ana de las tejas verdes»
Es mi serie favorita. Recuerdo la historia amor-odio con Gilbert y la amistad con Diana. Q bonita es, que recuerdos!! Es un buen aprendizaje para Aldara, se trabajan muchos valores en la serie y creo que has acertado poniéndosela.
Un abrazo
Sólo te diré una cosa: yo también quería ser Ana de las Tejas Verdes!
Junto con la princesa Leia, mis dos heroínas favoritas 🙂
¡¡¡¡ A mí me encantaba Ana de las Tejas Verdes!!!! Precisamente el otro día la nombre con los peques… Fíjate, hoy nosotras hablamos de los libros de Torres de Malory. Yo les leí de pequeña y ahora la peque se está aficionando…
En primer perdón por mi castellano que nos es perfecto que os hablo directamente de Portugal.
Que cosa más preciosa que te has recordado. Aqui también teniamos la serie y me recuerdo perfectamente de verla en niña. En Portugal se llamava «Ana dos Cabelos Ruivos».
?A donde están series de televisión como esta? Que nos hacian soñar y querer ser como Ana, una niña destemida con un gran corazón. Ahora cuando veo la tele solo veo series em que las niñas solo se preocupan con lo que van a vestir y que las amigas están diciendo o haciendo.
Yo tengo un niño y me preocupa muchísimo algunas cosas de la sociedad de hoy.
Gracias por nos recordar de Ana!
Perdón por el castellano???? Ya me gustaría a mí hablar una segunda lengua así de bien! Estoy contigo… estas series eran puro amor y enseñaban valores de una manera muy poco ñoña. Mujeres fuertes, gusto por la lectura… yo soy muy fan de las series así! Un abrazo!