Ya lo he avisado en el título: hoy salgo del armario. Y sí, me apetece proclamarlo a los cuatro vientos porque no creo que sea nada malo, ni que haya ningún problema ni me apetece que mis hijas sientan que lo es. En nuestra casa hacemos colecho
Señoras, señores, a mí, cuando me da la gana (o cuando les da la gana a mis hijas) me gusta dormir con ellas. Y como a ellas les gusta y a mí me gusta, lo hacemos. Sin más. Porque ¿Qué problema hay?
Y diréis ¡Pues vaya! ¡Si que acaba de descubrir el mundo! La verdad es que es exactamente lo mismo que opino yo. Que lo que cada uno haga en su casa debería ser, en todo caso, problema de ellos. Pero no me gusta que mis hijas tengan la sensación de que es algo que no está bien porque yo no creo que así sea. A ellas les gusta, a mí también ¿Qué problema hay?
Pues a veces en el cole me da la sensación de que ellas lo ocultan porque los profes les transmiten la idea de que no está bien y que «es de bebés». Yo adoro a su colegio, que fue el mío, pero francamente esta es una de las cosas en las que no estoy, ni de lejos, de acuerdo. Y no me gusta que mis hijas se sientan culpables o que callen y se hagan las locas cuando tocan el tema en clase. Que les dé terror que se lo cuente a sus profesoras. Lo siento, no estoy de acuerdo.
Mis hijas habitualmente duermen en su habitación. Donde duermen estupendamente, dicho sea de paso. Y si no durmieran estupendamente tampoco considero que decirles despectivamente «es que eres un bebé» sea lo más educativo del mundo. Me parece que hay que tener paciencia, tener claro tu objetivo y respetar sus tiempos, siempre y cuando no sea un problema para nadie. Pero vamos, que no es nuestro caso. Mis hijas duermen su cama a pierna suelta. Y otras veces dormimos en mi habitación. Su padre se va a la habitación de Mencía (donde ella jamás ha dormido por otro lado), y las tres tomamos al asalto mi cama.
Como no estamos cómodas durmiendo las tres arriba, hasta he comprado un colchón hinchable en Decathlon para que una de las niñas duerma en el suelo a mi lado. Me costó 40 euros y ellas ya saben que les toca dormir ahí por turnos. Si dormíamos las tres, me acababa doliendo la espalda y por eso optamos por esta solución, que nos sirve a todas. Saben que sólo pueden dormir conmigo así, y así lo hacemos. Es el límite que yo he puesto.
Nos gusta estar así. Vemos películas juntas: de hecho PRECISAMENTE porque dormimos juntas mis hijas han visto tanto cine y no necesariamente de dibujos animados. Lo veo con ellas, elegimos la película y así si sale alguna cosa que no entienden se la puedo explicar. Podríamos hacerlo en el salón, sí, pero es mucho más incómodo y no aguantan tanto tiempo. Así que mis hijas reciben un BENEFICIO CULTURAL. ¡Ya veis, qué terrible! ¡Sacrilegio! Además nos abrazamos, nos achuchamos, nos contamos nuestras cosas e intimamos. Gracias a que dormimos juntas de vez en cuando estamos tan unidas. Que alguien me explique qué tiene esto de malo.
Yo no quiero hacer a mis hijas dependientes. A mí me gusta educarlas en su autonomía y fomentar que tomen sus decisiones y se hagan mayores. Aunque les allane el camino, intento que sean ellas quienes solucionen sus problemas y que no crezcan creyendo que yo voy a ir a solucionarlos. Las protejo, pero dejo que se equivoquen porque creo que eso también educa. Pero creo que las cosas tienen su proceso y que nos pasamos ocho pueblos con las cosas que les pedimos en ocasiones.
Mencía tuvo problema con esto de dormir sola. Yo lo percibía como tal y trabajé para que fuera capaz de dormir sola sin que eso fuera traumático (que lo era) para ella. Con paciencia, tranquilidad y dando pasos muy pequeños. Ahora mismo no tiene ningún problema: puede dormir sola. Pero ¿y que pasa si no queremos? no todos los días, claro, pero sinceramente no acierto a ver qué problema hay en que nos apetezca dormir juntas de vez en cuando. A su padre no le apetece, así que no lo hace. A ellas y a mí sí. Pues ya está. Dejad de hacerlas sentirse culpables y respetad que hay otros puntos de vista. Me parece genial quienes no quieren dormir con los niños, a quienes no les sale, a quienes no les apetece. Jamás les diría que duerman con ellos si no quieren. ¡Coño! ¡Pues que no me digan los demás a mí qué tengo que hacer! ¡Que no hacemos daño a nadie ni mis hijas están traumatizadas por nada!
Y me hace mucha gracia los que se preocupan por la vida sexual de los que dormimos con los niños. Que yo sepa, no me he reproducido por esporas. Y en todo caso, creo que es un problema nuestro y de nadie más. Así que dejen de preocuparse por mí, que yo ya me apaño perfectamente.
7 respuestas a «Hoy salgo del armario: en casa hacemos colecho»
Menudo rapapolvo… si yo sólo pasaba por aquí 😉 y no me meto con nadie…
Cada uno que duerma como pueda. Yo también comparto mi cama pero, la verdad, no siento la necesidad de revelarme contra quien no comparta mi modo de ver las cosas… Me da igual.
Voy a por un café! 🙂
Di que sí! A mi me tenían frita con el «no le haces ningún bien»…. ¿dónde está el mal?
Di que sí, que en su casa cada uno haga lo que crea mejor. Aunque hay límites, colechar a diario con tu hijo de 11 años (conocí un caso) ya me parece excesivo, que es casi un preadolescente y necesita su espacio pero bueno, cada cual sabe lo suyo…
Nosotros hemos dormido con la pitufina cuando lo ha pedido y aun lo pide de vez en cuando pero hoy por hoy es un horror. En casa no hay otra cama en la que nos podamos exiliar mi marido y yo (en su camita de 140 de largo no cabemos, pronto tendrá habitación nueva de niña mayor) y claro, él, ella que cada día abulta más, mi barriga que cada día abulta más y yo es excesivo para una cama de matrimonio. Y más si la criatura tiene predilección por darte pataditas o por intentar encajar su pie en tu culo…
Exiliarnos mi marido o yo. Que tampoco es plan de que venga a dormir con nosotros y huyamos los dos!! 😉
Es que hay gente que si no ve que todo el mundo comparte su manera de ver las cosas no se sienten validados, y después hay algunos que, además de eso, son especialistas en juzgar los hogares ajenos. Ya lo dice mi madre «En casa de los demás, todo se arregla muy fácilmente». A ti te pasa con lo del dormir con tus hijas (que digo yo: tres narices les importa lo que hagas, coñe, que estás en tu casa) y a otra gente le pasa con sus parejas. Mis padres han dormido separados desde que yo tengo uso de razón (con mi padre es imposible dormir; cuando nos íbamos de hotel allí no dormía nadie más que él) y había gente que ponía el grito en el cielo cuando se enteraba. «Eso no es normal». Pregunto yo: ¿qué es normal?
Es como una vecina que ahora que su hija está embarazada va y me dice «Es que me hija será muy buena madre porque se tomará la excedencia de cuatro años que tiene por se funcionaria. Sólo con eso, ya demuestra lo bien amueblada que tiene la cabeza, porque eso es lo que hay que hacer: estar en casa con los niños, que así salen mejor educados». Ya lo sabéis: que las que volvéis a trabajar después de parir (porque debéis o porque queréis) sois unas fulanas como madres. Mi madre la primera. Contaría cómo le ha salido la hija mayor a esta señora que pregona las bondades de «la mujer en casa, el marido trabajando y los niños tocando un instrumento, que les estimula el cerebro», pero no tengo ganas.
Besos Sara (por cierto, te tengo que mandar un mail con un artículo que creo te interesará para colgar en el blog; está en casa de mis abuelos y te lo está escaneando mi yayo [sí, tengo un yayo muy tecnológico), esta tarde te lo mandaré.
cada uno que haga lo que le de la p*** gana, yo me acuesto con Gabriel todas las noches, se puede dormir solo, pero le da miedo/quiere estar conmigo/le echa cuento…Luego me levanto y me voy a la mía, que a veces se viene a mitad de noche? pues bien, q duerme de seguido en la suya, pues mejor, oye, pero no voy a traumatizar a mi hijo con lo del dormir.
Es igual q el pañal, se mea todas las noches y no soy capaz de levantarme 3 ó 4 veces a ponerlo a mear, no conozco a nadie q con 15 años use pañal, no voy a pasar una mala temporada porque no consiga aguantar. Además duerme como un tronco, yo creo
uy, se me fue, perdón.
decía que no creo que aunque lo levantara para hacer pis se enterara demasiado.