SilverCross Reflex

Hace poco os di unos consejos para comprar el carrito de tu bebé. Entre ellos estaba el consejo de que si no tenéis intención de usar el carrito principal salvo los cuatro primeros meses no invirtáis demasiado en un Trío y por el contrario compréis una buena silla de segunda edad.  Hoy os voy a hablar de Silver Cross Reflex, que es un nuevo modelo fascinante de la marca apto desde el nacimiento si queréis, y que está pensado para cubrir más las necesidades del niño una vez es más mayorcito que cuando es un recién nacido (al contrario que los coches de primera edad, que están pensados para lo contrario).

Silver Cross es una marca que muchos asocian con el clasicismo de sus modelos más tradicionales (aquí tenéis un post con modelos clásicos) pero tiene una línea mucho más moderna. Está el modelo Dazzle  y recientemente han lanzado el Reflex que a mí personalmente me ha gustado mucho.

Al ser de Silver Cross, destacar la calidad de sus acabados. Es una silla que se ve robusta, con unos tejidos mullidos y confortables. Me gusta especialmente la capacidad de su cesta (algo que yo valoro mucho), la capota, que es muy amplia, los protectores de los arneses y sobre todo esa barra delantera. No sé porqué la mayoría de los carritos de segunda edad no la utilizan; yo entiendo que un niño de 2 años no la necesita, pero un bebé de siete u ocho meses la agradecerá.

Con Silver Cross Reflex puedes llevar al peque desde el nacimiento en él. O bien con un capazo blando que se adapta a la silla para usarla desde el nacimiento o bien colocando el grupo cero en él.

Características

• Ligereza: pesa 8,5 kg
• Convertible con el capazo blando y el portabebés
• Asiento ergonómico y reclinable en cuatro posiciones. Una de ellas prácticamente plano.
• Barra articulada y móvil
• Luces LED de seguridad.
• Sistema de plegado compacto, con una mano
• Doble capota con protecciónn solar amplia con cremallera y sistema de ventilacion en los laterales. Incluye ventanilla de control en la parte trasera de la capota.
• Manillares regulables en altura y detalles reflectantes.

Para mí sólo tiene dos peros: uno, que como suele ser habitual en este tipo de sillas, es que no puede ponerse el bebé mirando a la madre y dos, el manillar de asas, que a mí ya sabéis que no me gusta.

Podéis consultar la ficha de producto aquí.