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Maternidad

Me borro de madre

Llevo unos días que mis hijas me tienen frita. Por decirlo finamente. Hay días en los que bien a gusto me borraría de madre, si es que esto pudiese hacerse. Niñas, que os aguante vuestro padre que fijo que os quiere mucho. O tal vez en estos momentos se quiera «desapuntar» también.

Por una parte lo entiendo. La vuelta al cole es dura para todo el mundo y para ellas también. Llevan asilvestradas mucho tiempo, sobre todo Mencía que, al pillar la varicela justo en la recta final del cole llevaba en casa desde mayo. Tres meses y medio. Ahí es nada. Encima con este tiempo porculero que lo mismo te achicharras, que de repente hace frío, o llueve, y todo después de que no haya hecho ni una pizca de calor cuando debía haberla hecho. Es verdad. Todos estamos un poco «chinados» estos días.  

Pero nos estamos metiendo en unas dinámicas en casa que no me gustan un pelo. De esas que tienes que pedir muuucha paciencia porque tú las dosis que tenías guardadas después de decir muchas veces Ommm y soy un tronco de bambú hueco se te han gastado.

Últimamente mis hijas se hablan fatal entre ellas. Siempre de manera agresiva, chinchándose continuamente y demás. Y yo me pongo del hígado. Porque además la secuencia habitual de los acontecimientos suele ser:

  • La pequeña dice o hace algo, lo que sea, no necesariamente chinchón.
  • La mayor contesta despectivamente.
  • La pequeña le contesta a ella.
  • Discuten
  • Se empujan
  • Se pegan

Otras veces es la mayor la que directamente chincha a la pequeña para desencadenar lo mismo.

Yo no lo soporto. En mi casa nunca nos hemos pegado, al menos que yo recuerde. Mi hermana y yo íbamos a nuestra bola y si bien no siempre jugábamos juntas (más por mi culpa que por la de ella, he de decir) la verdad es que no recuerdo que me sacara de mis casillas tanto como para apelar al bofetón. Si discutíamos, que como todas las hermanas del mundo mundial lo hacíamos, nos íbamos cada una a nuestra habitación hechas un basilisco y ya está. Pero llegar a las manos, jamás.

Es como lo de gritar. En mi casa éramos más de guerras frías y telones de acero que de berrido limpio. Mi madre nos castigaba con el látigo de su indiferencia y era lo PEOR. Esto de que tu madre no te hablara era un drama. Así que a mí cuando la gente se pega o grita mucho me desconcierta porque no sé cómo actuar.

Tal vez tenga yo la culpa, he llegado a pensar. La verdad es que tengo la teoría de que tengo que intervenir en sus discusiones lo menos posible. Creo que en esta vida hay que aprender a sacarse las castañas del fuego uno mismo, y me atacan de los nervios los progenitores que intervienen a la mínima. No soporto estas madres/padres que se meten en todo. Pero claro, yo a lo que aspiro es que a dialoguen y encuentren puntos intermedios. Que ya tienen una edad. Ahora viene cuando os podéis reír de mí. ¡Pero es que en mi casa funcionaba!

En mi casa no se pega. Me parece divino que a otra gente le parezca admisible, que me contéis historias de que vosotros con vuestros hermanos os llevabais fatal, sacabais la mano a pasear y ahora sois íntimos. En mi casa no lo es. Es tan sencillo como yo-no-os-pego-vosotras-no-os-pegáis.

El otro día la mayor le dio a su hermana y ésta se la devolvió, con tan mala suerte que le debió romper un capilar de la nariz. A esta hija mía le sangra la nariz con una facilidad pasmosa, todo sea dicho, pero esta vez se fue al baño llorando como una magdalena y cuando entré aquello parecía el plató de Dexter. ¿Y qué haces? En ese momento, sinceramente, les hubiese castigado hasta la universidad, más o menos, tal era mi enfado.

De momento lo que he hecho ha sido cortar de raíz el uso del iPad que es la fuente de muchas de las discusiones. Ya estábamos en ese punto en el que tenían un acceso más o menos limitado y al menor atisbo de discusión se retiraba sin más explicaciones, pero he tenido que ser más expeditiva y subirlo arriba del armario durante una semana. No tanto como castigo sino como medio para que encuentren otras maneras de jugar. Tanta dependencia no puede ser buena.

Y por otro lado nuestro propósito para el nuevo curso es hablarnos bien. Todos. No ver cada cosa como una provocación y no saltar a la mínima. Así que de mi política de no intervención he pasado a una política de intervención máxima. No fuera de casa (no quiero ponerlas en evidencia) pero sí que cada vez que una contesta mal a la otra la corrijo e intervengo antes de que vaya a más. Porque quiero salir sí o sí de esa espiral de violencia verbal y física que no me gusta ni un pelo.

¿Dónde se habrá quedado cuando eran unas princesas? ¡Que me las devuelvan! ¡Que a mí las películas de boxeo no me gustan!

Por Walewska

Madre de dos niñas. Gafapastas. Cuqui de barrio. Me gusta tomarme la vida con humor. Cuando tengo un rato libre me abro un blog. Escribí Relaxing Mum of café con leche. Me gusta andar descalza, creo que los postres sin chocolate no son postres y soy compulsiva en todo lo que hago.

9 respuestas a «Me borro de madre»

En mi casa nunca nos pegaron y nosotros si tuvimos alguna rencilla, pero se quedó en algo puntual y no fue a mas.
yo también creo que hay que ignorarles cuando tienen «diferencias» para que aprendan a solucionar ciertas cosas, Pero cuando se trata de pegarse creo que si que hay que hacer algo, la idea de quitarles el ipad me parece estupenda si es algo que les gusta y hace que aprendan.
Yo solo tengo a uno, asi que mi problema es cuando se le va «sin darse cuenta» la mano, es algo que no toleramos y que castigamos, de hecho es algo que no suele suceder a menudo, entiendo que a veces su forma de expresarse no es la más adecuada, pero cuando son tan pequeños creo que hasta es razonable esos impulsos.. yo no recuerdo «discusiones verbales» con mi hermano cuando era pequeña, pero si las he tenido cuando he sido más mayor.

No te agobies, que son rachas, o no te acuerdas de esas rabietas, pataletas, esos terrores nocturnos, etc, etc?

Un besote.. por cierto.. hoy apareces por mi blog

http://menos1000ymas30.blogspot.com.es/

Jaaaaaaaaaaajajajajaja perdona que me ría pero… es que aquí estamos difíciles difíciles también! Hay veces que no sé por dónde tirar o si mejor me tiro al Ebro jajajaja
Ánimo preciosa, que tú eres una supermadre todoterreno!!
Muaksss

Ufffff. A ver, yo con mi hermana nos caneabamos de vez en cuando, y nos llevamos de p.m. Pero tienes razón, ahora no podría consentir algo así, por muy «normal» que sea o que lo veamos por la costumbre, entre hermanos. Hay muchas formas de resolver conflictos: hablando, retirando la palabra, cediendo, etc etc. Tienen que aprender a resolver conflictos de otras formas, no se pega y punto. Aunque luego ellas hagan lo que les salga de ahí, lo que hay que inculcarles es que no se resuelven las cosas de una forma tan primaria. Y aquí viene muy bien el predicar con el ejemplo, si nunca les pegamos, podremos decirles lo de «te pego yo alguna vez cuando me enfado contigo?»
No es forma de solucionar ni de liberar la frustración. Pero bueno, ya sabes, una cosa es lo que les enseñes y otra cómo vaya la enseñanza y cuánto tarden.
Yo hablo desde la comodidad de solo tener uno (aún), aunque alguna vez que se le ha ido la mano en el parque (pocas, la verdad y toco madera) le he dicho que eso ni de coña.
Suerte.

Te entiendo perfectamente Sara, son momentos complicados en los que yo haría igual que tu intervenir, porque lo de que se peguen para solucionar los conflictos no es una opción que se pueda tolerar, así que si tienes que intervenir entre ellas para que no lleguen a la manos pues yo creo que haces bien, seguro que al final se dan cuenta y aprenden que si no cambian su conducta no tendrán cosas que les gustan como lo de utilizar el iPad por ejemplo. Ánimo guapetona que todos tenemos épocas malas con nuestros peques en las que parece que no hay luz al final del tunel pero después al final nuestras acciones para corregir a nuestros hijos tienen sus frutos y vemos la luz. Un besazo!!!

Igual ha llegado el momento de sacar el Emocionario de la estantería o tienda de libros y jugar todos los días a reconocer, expresar un sentimiento y buscar posibles soluciones a aplicar pata dejar de sentirnos así.

Si funciona, avisa 😉

Pues yo no tengo tu temple, ojalá! soy de las que no te gustan, de las del berrido, intento no chillar, pero es que me puede. Estos críos míos no hacen ni pajolero caso. Y eso de te vas a tu habitación? oye, que no se van! con dos huevos. Si. Termino gritando como una loca.
Hoy yo también me habría borrado de madre.

Mi madre también era dela táctica del silencio y la indiferencia y tanto mi hermano como yo está claro que hemos heredado esta forma de comportamiento cuando nos enfadamos. Vaya con el iPad que anda sembrando la discordia en tu casa. Yo recuerdo que de pequeña sí tuve una época mala de chinchar a mi hermano y pelearnos, y dos de mis primos igual que nosotros, y ahora de adultos somos todos amiguitos inseparables. Es normal que se vean independientes y que polemicen un poco.

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