Los que me seguís ya sabéis que ni soy la más guapa, ni la más delgada, ni la más estilosa, ni la más divertida, ni la más apañada de la blogosfera. Tampoco hago las mejores fotos del planeta ni mis DIY son los más espectaculares. Pero imagino que al final me leéis porque soy bastante normal. O eso quiero creer. Saco poco en mis fotos mi casa porque tiene muy poco de «pinterestismo» y normalmente se nos come el desorden. No me gusta ser ama de casa y considero que lo mejor que he hecho en esta vida es pagar a alguien para que lo haga por mí. Hoy os voy a contar uno de mis trucos de madre desastre y una de las revelaciones que tuve hace un tiempo.
Os pondré en antecedentes: mi casa está bastante cerca del río. No pegada, pero si lo suficiente como para que en mi zona haya bastante humedad. Además, tengo una terraza muy grande, pero no da demasiado el sol, así que siempre tenemos problemas para que se nos seque la ropa. Si a esto sumamos una electricidad lamentable en mi casa (tengo secadora, pero cada vez que la intentaba poner saltaba el automático. Ahora tengo una secadora llena de cacharros y que jamás ha secado ni una triste camiseta nunca), imaginaos el percal. En verano tiendo en la terraza, pero en invierno si aspiro a tener algo de ropa seca tengo que hacerlo dentro de casa. Tengo un baño con un tendedor muy poco glamouroso que escondo detrás de una cortina si vienen visitas.
Por esto, más de una (y de dos, y de tres) veces ha llegado el lunes y resulta que la ropa que debería estar seca no lo está. Las buenas madres supongo que preparan la ropa el día anterior y hacen recuento de daños, planchan las faldas del uniforme etc. Yo no sé si soy buena o mala madre, pero desde luego como ama de casa soy pésima sin lugar a dudas. Así que cuando esto ocurre y ¡oh dios mío! resulta que no tengo unos leotardos para las niñas convenientemente secos, lo que hago es utilizar el microondas.
Secar prendas con el secador de pelo es un tostón. Y lo sé porque lo he hecho. Si lo pones muy lejos no hace nada y si lo pones muy cerca el secador acaba calentándose y no es efectivo. Pero el microondas es LA LECHE para estas tareas.
Asegúrate de que lo que quieras secar no tenga nada metálico. Vale para polos, leotardos, jerseys y cosas así. No sirve para cosas con cremalleras por ejemplo. Metes la prenda en el microondas, uno o dos minutos a toda potencia y ¡ya está! Cuando la saques del microondas te dará la sensación de que está más mojada que cuando la metiste, pero es cuestión de segundos. En cuanto pase un poco de tiempo (en mi caso, el trayecto de la cocina al salón) estará completamente seco o desde luego mucho mucho mejor que cuando lo cogiste.
En serio, es MUY útil. Utilizadlo un día de estos en los que piensas que vas a sacar a los niños con la ropa completamente calada y ya me diréis qué tal.
9 respuestas a «Trucos de madre: el microondas»
Calla, calla que lo tuve que utilizar el lunes… ¡Funciona totalmente!
Vaya truco más bueno!!! La verdad es que nunca se me habría imaginado.
Un beso.
aqui no te doy las razón, tentada estoy pero lo desaconsejan…. a alguno se le fue la mano 🙂
http://www.alertadigital.com/2012/08/16/incendia-su-casa-al-intentar-secar-su-ropa-en-el-microondas/
Uy, pues yo si te la doy… Aunque es cierto que luego las fibras sintéticas se deforman sospechosamentes. Tu mete algodón 100% y na más, y deja la secadora para poner encima el bonsai.. 😉
¿Y no se te ha quemado nunca nada? A mí me da miedito.
Nunca. Hombre, la pongo un minuto y abro. No lo dejo horas y horas. A mí me parece más seguro que lo del secador
Ojoplática me dejas… Tengo que probarlo.
¡Nunca lo hubiera dicho! Tomo nota por si algún día tengo una emergencia, aunque me da miedito churruscar la ropa…
Jejejejeje Me ha encantado el truco. Me lo apunto.