Hay días en los que me siento una supermujer. Me siento capaz de todo y de más, disfruto cada segundo de mi vida, de mis hijas, de mi marido, de las pequeñas cosas que hago y de las grandes también. Soy una persona optimista y bastante feliz y mi estado normal se acerca más a eso que a otras cosas. ¿Qué es de la vida si no puedes disfrutarla?
Pero hay otras veces en las que tengo ganas de gritar y regalar a mis hijas. El otro día me sorprendí pensando en qué sería de mi vida en mi pequeño piso de soltera … y tres segundos después arrepintiéndome de que tal pensamiento siquiera pasase por la cabeza.
La maternidad es algo mucho más complejo de lo que yo me imaginaba cuando era jovencita. No es que pensaba que fuesen a aparecer ratones parlantes a solucionarme la papeleta, conmigo ni que me fuese a levantar libre de ojeras y cantando como una linda flor. Tenía 20 años, pero si con esa edad ya sabía que mi estado natural recién levantada era más parecido a un ñu, el momento idílico sencillamente no iba a pasar. No. Era más bien que no era capaz siquiera de suponer el cambio bestial-brutal-gigante que da tu vida cuando tienes niños. Te vuelves de repente adulta. No puedes ni ponerte enferma como antes (bueno, salvo que antes fueses autónoma, que esto ya lo sabías).
A veces me canso de ser madre. Aunque creo que lo que quiero decir (y no verbalizo) es que me canso de ser adulta. Da un poco de vértigo ser mayor, que dependa de ti una familia, que tus hijas se fijen en lo que haces y en lo que no y que sirvas de ejemplo para dos seres que están creciendo. Es mucha responsabilidad. No siempre soy consciente de ello, pero de vez en cuanto pienso oh-dios-mío, como Janice en Friends y me da bastante miedito.
Diréis, venía en el cargo. Si ya. ¡Si yo la vida que me imagino es completamente falsa!. Tirada en el sofá. Leyendo libros sin parar. Viendo series hasta las mil. Entrando. Saliendo. Llevando una vida sin responsabilidades. Es como cuando imaginas una vida con aquel chico con el que no llegó a pasar nada. Te imaginas una vida perfecta, en la que te coge del brazo y te sonríe con amor. Tu novio falso en tu vida falsa es perfecto, no le huelen los pies, no se echa pedos, ni va dejando la ropa tirada por cualquier sitio. Claro que en tu vida perfecta e inventada tú también eres maravillosa y no estás de mal humor porque tienes el síndrome premenstrual.
Amo a mis hijas y amo a mi marido. Pero a veces me gustaría que se hiciera el silencio y poder disfrutar de mis pequeños placeres. De leer un libro del tirón. De no tener una hija colgada de mí todo el día.
Luego pienso en que cuando mis hijas serán mayores serán ellas las que no querrán venir a mi cama a leer conmigo. Serán ellas a quienes les dé vergüenza que la pesada de su madre les dé besos. No se dejarán sobiquear como hoy. No podré abrazarlas como si me fuera la vida en ello. Sé que lo quiera yo o no, la vida corre y que lo que hoy me cansa (tener a mis hijas que no me dejan ni a sol ni a sombra) será lo que más anhele. Así que me debato entre lo que quiero, lo que sé que va a pasar, entre lo que sé que no es justo. Me siento una desagradecida. A veces tengo sensación de que el cansancio habla por mí. Algunas veces pienso que soy una madre bastante regulera que no puede olvidarse de sí misma en ocasiones.
Y entonces viene Mencía y cuando le preguntó porqué siempre quiere estar conmigo me dice «porque eres lo que más quiero en el mundo». Y yo… me quedo sin argumentos.
2 respuestas a «A veces me canso de ser madre»
Me ha gustado mucho. El cambio es tremendo. En el embarazo te vas acostumbrado poco a poco, pero luego el bebe lo tienes de repente, no te lo van dejando poco a poco para adaptarte. Mi niña tiene un mes y medio. Y hay ratos para todo… pero la verdad que te sonríe y se te para el mundo. Saludos
sabes???? Te admiro…. Si con dos cojones!!!!! Y es que parece que en los tiempos que corren decir esto es delito, y te flagelan, te tiran piedras y te juzgan gratuitamente.
Yo como tú, a veces, me canso de ser madre……y no pasa nada porque es humano!!!!!!!
Un beso