Hace no mucho escribí en Grazia sobre las cosas que suceden a la mujer durante el postparto. Pero me quedé con las ganas de contar algunas cosas más. Cosas que cambian indefectiblemente cuando te conviertes en madre. Algunas son temporales, sin duda, y nadie se ha muerto por ello pero ¿A que notasteis un antes y un después de ser madre? Y no me refiero a lo obvio, sino más bien a esas cosas tontorronas que no echas de menos hasta que dejas de tenerlas. Son cosas que pasan cuando te conviertes en madre. Y quien más, quien menos sufrimos de algunas (o todas ellas)

1. Dirás las mismas frases que tu madre
Cuando eres hija seguro que te has reído mucho de esas cosas que decía tu madre. Al menos yo sí, he hecho bromas sobre todas esas frases de madre que nos han repetido hasta la extenuación cuando éramos pequeños. Pero mira, resulta que te conviertes en madre y un día te sorprendes diciéndole totalmente en serio a tu churumbel «¡¡¡te crees que soy el Banco de España!!!». Y ese día te sobrecoge la sensación de que te has convertido en tu madre. Menos mal que la mía mola.

2. Llorarás por todo
¡En lo que nos hemos convertido! Yo nunca había sido especialmente llorona, vamos, que echaba las lágrimas cuando realmente la circunstancia lo merecía. Pero ¡ay amigos! fue quedarme embarazada y aflojárseme el grifo. Lloro por las cosas más estúpidas del mundo. Sin remedio. No me pongáis a ver cualquier tipo de inauguración o festival que lloro a mares sin poderlo evitar. Y por supuesto, muerta de risa por lo surrealista de la situación al mismo tiempo. ¿La última? En el número final de Dando la nota, aún más alto, que como todos sabéis es un drama a la altura de La lista de Schindler. Pues yo ahí, con mi hija partiéndose de risa al lado y con lagrimones rodándome por las mejillas en el número musical final. Muy lamentable.
Ya no os quiero ni contar cuando hay cualquier tipo de drama en la televisión en el que estén involucrados niños. Cada vez que muere un niño en televisión yo me angustio y lloro. Me he vuelto hipersensible a las cosas relacionadas con los niños. Y si son verdad ni os cuento…

2. No volverás a tener escrúpulos con la comida
Ya lo decía mi amiga Merak en Mujeres y Madres Magazine: es convertirnos en madre y dejar de tener escrúpulos. Esa comida que no soportabas te la comes sólo para que no se quede en el plato. Ahora seleccionas las mejores piezas para tus hijos y tú te comes lo que sobra, independientemente de que te guste más o menos. Y por supuesto acabas con los restos de la comida, así estén de ketchup hasta la bandera (¡qué manía con embadurnarlo todo con ese mejunje!). Además, hay que dar ejemplo así que te comes esa comida que no soportabas con la mejor de tus sonrisas para decirles que las judías verdes están buenísimas (puaj)
Eso sí, a lo que no me acostumbraré nunca es a a lo del agua con tropezones. Eso me sigue dando un asco que no puedo con él.

3. Volverá la escatología a tu vida
Esto es así. Primero porque de repente las deposiciones de un ser pasan a ser objeto de estudio. Miras los pañales de tus hijos con sus regalitos con el mismo detalle con el que hacen las autopsias en el CSI. Observarás colores, texturas, tropezones. Luego pasarás la etapa nudista en la que tus hijos se pasearán en pelotas con alegría (haga frío o no, que esa es otra). Con suerte os libraréis de que se os echen un pedo en la boca. Con suerte. Yo no lo conseguí.

4. Mirarás a las jóvenes con minifalda y tendrás frío
Cuando tienes hijos es como si (al menos temporalmente para algunas) te retiraras del mercado. Lo peor es que mutas en una Madre. Ya no ves a las jovencitas con minifaldas a ras de bajos como competencia sino que sólo puedes preocuparte por el frío que van a coger en las noches de invierno. En lo que hemos quedado.

5. Comprar para todos menos para ti
Te gustara ir de compras o no, lo cierto es que cuando te conviertes en madre dejas de comprarte cosas, al menos durante una temporada. Tú te vas de tiendas con la intención de jubilar esa camiseta llena de pelotillas que no te quitas mas que para lo estrictamente necesario o esos leggins que te has puesto hasta la extenuación porque era lo único que te cabía… y te pierdes. Vuelves con un montón de ropa diminuta y monísima pero sin nada para ti. Porque claro, esa ropa minipún llena de colores chillones no tiene comparación con las bragas tamaño elefanta que te tienes que comprar para ti.
Niños 1 – Mamá 0. Menos mal que todo se pasa, incluido esto y llega un momento en que vuelves a comprarte ropa ¡y hasta disfrutas de ello!

6. Hacer pis sola, esa utopía
Hay hasta un libro escrito por varias mamás blogueras del extranjero que se titula I just want to pee alone (¡sólo quiero mear sola!). Quien dice hacer pis, dice hacer pos. Como dice Cecilia Jan en Cosas que nadie te contó antes de tener hijos hay quien es caca-fast y quien es caca-slow. Si eres de los segundos, de los que te encierras en el baño y lees… olvídate. Ese es un lujo que no vas a poder permitirte. Los niños rara vez te dejarán sola ni para c*gar tranquila. Tendrán las dudas más urgentes, necesitarán consejo, no encontrarán ESO que es imprescindible. Date por fastidiada. Tú sólo quieres un poco de tranquilidad ¡por lo menos en el baño!

7. Se acabó el elegir la programación de la tele
Vale, lo reconozco. Yo estoy encantada de tener la excusa de mis hijas para poder ir al cine a ver películas de dibujos animados que de otro modo no vería. Yo recuerdo haber ido a ver uno de los Jarripoters al cine sola y en sesión matinal y querer morir. Ahora voy yo y he de decir que una de las ventajas de tener hijas que van mucho al cine es que se portan maravillosamente y les molesta tanto como a mí la gente que habla y da por saco.
Pero no soporto que en mi casa esté puesto el Disney Channel en bucle con series de las que reblandecen el cerebro. El Clan lo llevaba mejor (salvo con Dora, que es superior a mis fuerzas) pero en serio, de vez en cuando ver cosas no aptas para todos los públicos y no me refiero a cosas porno ¡sólo a cosas con tramas un poco adultas! Ahora conseguir el mando de la televisión es misión imposible, ríete tú de lo que tuvo que hacer Indy para conseguir el arca de la alianza.

8. Escucharás esa tortura de música infantil
Yo estoy convencida de que en Guantánamo todavía no han descubierto las posibilidades de tortura que tiene oír los cantajuegos en bucle. Yo con mis hijas, eso sí, decidí por decreto ley que en el coche no se escuchaba música sino radio hablada, por eso no de volverme más loca y acabar discutiendo continuamente por lo que tiene que sonar. Mano de santo. A mi marido lo llevan loco con los cds de música pero cuando las llevo yo (que es el 90% de las veces) ni lo intentan.

9. La peluquería, esa gran olvidada
Lo mejor que puedes hacer es dejarte el pelo de tu color cuando acabes de dar a luz. O esa moda que también inventaron las madres de las mechas californianas. Me encantan esas modas porque generalmente cuando te conviertes en madre (al menos en los siguientes meses, luego la cosa mejora) no tienes demasiado tiempo de pisar la peluquería. El poco tiempo libre que tienes lo utilizas en dormir. ¿Peluquería o una siesta? Siesta. ¿Ir de compras o una siesta? Siesta. ¿Tomar café o una siesta? Siesta. ¿Sexo o una siesta? Bueno, ya sabéis la respuesta.

10. Dejarás de tener nombre
Mira que otra cosa no, pero entre nombres y nicknames respondo por un montón de cosas. Pero es convertirte en madre y dejas de ser tú para ser «la mamá de». Mira que nuestros padres se matan la cabeza para ponernos un nombre único, elegido con todo el amor. Y acabaremos siendo la madre de, y lo seremos durante un montón de años. Qué pena más grande…
14 respuestas a «10 cosas que cambian al convertirte en madre»
Me encantan estos listados que me hacen reir tanto. Yo cumplo casi todas y eso que solo soy mamá desde hace 9 meses. Lo que más me gusta es que ya he pasado la fase de comprar solo cosas a la niña. Ya vuelvo a ser yo (aunque solo sea de compras).
Genial recopilación!
¿Ya has pasado la fase? BIEEEEEEEEEN. Menos mal porque es bastante deprimente, pero es que la ropa de las niñas es taaaan mona
Me ha encantado. Identificada al cien por cien. Madre mía quien me iba a decir a mi que no solo cambia tu vida, cambias tú misma. Me he reído un montón, por lo menos no me siento un bicho raro… Jajaja
Verdades como templos Sara!!en mi caso añado que me siento como la madre de todos!!por todos me preocupo
Mi pequeña tiene 10 días así que por ahora me libro de casi todo 🙂
Pero me ha encantado leerte, hacía tiempo que no me reía tanto!
Jajajajaja, lo que me he reído!!! Como siempre el post genial y real como la vida misma!!! Eso sí por aquí en el coche tampoco se ponen los cantajuegos ni nada parecido, o la radio o música de grupos no infantiles que nos gustan a nosotros y también a Laura, así que en ese sentido tampoco tenemos problemas.
Un besazo guapetona!!!
Ains, dejar de ser tu misma para convertirte en lo que fue tu madre pero sin pantalones de campana, al menos, hasta que vuelvan a estar de moda.
Ayyy cuanta razón!! Pero oye, yo leo 11 que hay 2 doses!!
¡Aspiro a librarme por lo menos del pedo en la boca! ¿Es mucho pedir? A ver, soy poco escrupulosa pero eso me parece ya el colmo de lo que hay que aguantar con la maternidad. Y sí, definitivamente ¡siesta antes que cualquier otro capricho!
jajajajaja es una buena aspiración. La jodida de ella se reía y ahora cada vez que me dice «muérdeme el culo» la colega hace fuerza para echarse un pedo. Viviendo al límite estoy siempre…
Verdades como puños. Yo lo de los cantajuegos y similares ha sido un «si no puedes contra ellos, únete a ellos» y lo canturreo si estoy sola. Incluso un día iba sola en el coche y tardé en darme cuenta de que estaba escuchando canciones infantiles sin necesidad. Te adaptas a todo…
Me he reido mucho leyendo este artículo. YO todavía no puedo hablar demasiado porque mi niña es muy pequeña, 2o días y casi ni me he acostumbrado, pero desde que me fui de casa y tuve mi propia casa, hay cosas que ya cambiaron
Añado: Tendrás fobias por cosas que antes no tenías… jaja
Desde que nació mi primer hijo me dan panico las cucarachas, tengo claustrofobia y me dan miedos las alturas, ver para creer!
Genial! Acabo de descubrir tu blog y me encanta! Mamá desde hace 11 meses y casi todos los puntos los cumplo. Gracias por hacerme pasar un buen rato.