La seguridad infantil es algo que me preocupa mucho. A pesar de llevar mil años con el blog (ocho años ahora en agosto) las entradas dedicadas a dispositivos de seguridad en el automóvil veréis que no son demasiadas. No tiene nada que ver con que no me interese el tema, al revés. Precisamente porque me preocupa mucho el tema no me permito hablar de ello con ligereza y prefiero que sean los verdaderamente expertos quienes hablen del tema. Podemos equivocarnos con un carrito, pero las consecuencias de dar un mal consejo en cuestión de sillas de seguridad son bastante más peliagudas.
Pero hay algo con lo que sí que quiero mojarme y es con la contramarcha. Es importante que sepamos que tenemos que llevar a los niños en el sentido contrario a la marcha el mayor tiempo posible porque esto salva vidas. Así, sin paliativos. Los niños en coche a contramarcha lo más que se pueda.
Cuando tuve a mis hijas me pegué una empollada importante sobre todas las cosas que necesitaba para ellas. Tanto, que me abrí este blog. Yo no las llevé a contramarcha tanto como sería deseable por la sencilla razón de que hace nueve años no había en este país ninguna voz gritando que es algo necesario. Por eso creo que es mi obligación dar voz a ello, para que quienes sí que estéis a tiempo no lo dejéis.

El origen de los SRI
Los dispositivos de seguridad para el automóvil (SRI) no nacieron para proteger a los niños sino para impedir que los niños se movieran por el coche y tenerlos controlados. Por eso las sillas son la evolución de lo que existió en un primer momento: capazos (que son la evolución de las cunas) y sillas, algunas con escudo.
Los primeros que se preocuparon por la seguridad de verdad fueron los suecos en torno a la década de los 60. En 1959 solucionaron la parte de seguridad de los adultos con la invención del cinturón de tres puntos y cuando tuvieron que abordar la seguridad de los niños observaron a los astronautas en la parte más peliaguda del viaje: el amerizaje. La única manera de soportar la aceleración era a contramarcha, de manera que era lógico pensar que aquello iba a proteger más a los niños.

La carga de tracción
Es la carga que se ejerce sobre un cuerpo cuando se aplican sobre él dos fuerzas en sentido opuesto.
Cuando vamos en un coche, llevamos la misma velocidad que éste. Al detenerse, todos salimos despedidos hacia el punto de impacto a la velocidad que llevaba el coche antes de detenerse. Cuando el niño va mirando al frente sujeto con un arnés lo que sale despedido es la cabeza. El arnés inmoviliza tan bien que el cuerpo no se mueve ¡pero es que el arnés nació para inmovilizar yendo de espaldas!
En abril de 2008 el estudio EECV sobre Q-Dummies para laboratorios oficiales (y no todos los laboratorios lo son, que esa es otra historia) estableció que el límite de la carga de tracción para el cuello de un niño que pesase menos de 18 kilos era 1.300 newtons. Por encima de éste la lesión medular es irreversible o mortal. Todas las sillas de frente ejercen cargas superiores a 2.500. El Plus Test es el ensayo sueco y para pasarlo las sillas tienen que ejercer una carga inferior a 1.220 newtons porque no quieren llegar al máximo. Se trata de que los niños no sólo sobrevivan sino que lo hagan en condiciones óptimas ¿o no?
Dan ganas de llorar cuando descubres que en los rankings de seguridad que se manejan en España, de los que todos se hacen eco, el límite de la carga está en 3.000 y su repercusión en el total de la puntuación de la silla es del 6%.
No sé vosotros, pero yo cuando compro una silla no quiero que sea fácil de limpiar: quiero que sea segura. Y después todo lo demás.

Si no lo crees, míralo
Al final, todos absolutamente todos, tenemos dudas porque el discurso, no nos engañemos, es muy técnico y puede ser farragoso. Yo entiendo que a un padre al que le viene justo para diferenciar grupos de sillas de seguridad no podemos pedirle que se quede con todo este chorreo de datos. Porque es difícil. No nos engañemos. Cuando oyes a hablar expertos te entra el síndrome del idioma extranjero: te parece que te están hablando en chino. Así que es mejor verlo. Ver las pruebas es como si de repente se te abriera un mundo.
Es un vídeo largo, cinco minutos, pero POR FAVOR, si estáis en el momento de comprar la silla para el coche para vuestros hijos no dejéis de verlo. Son los cinco minutos más clarificadores del mundo.
A contramarcha siempre es mejor. Llevad a vuestros hijos el mayor tiempo posible y necesariamente hasta los cuatro años hacia atrás. Hacerlo salva vidas. Ojalá no tengáis un accidente nunca, pero si lo habéis de tener vuestros hijos estarán infinitamente más protegidos mirando atrás. Existen sillas que permiten llevar a los peques a contramarcha (ojo, son sillas especiales, no podéis poner una silla normal mirando atrás) hasta los 18 o 25 kilos. No se trata de hacer publicidad de una marca: existen varias y como todo en esta vida, tenéis que buscar la más adecuada para vuestros hijos. Las sillas a contramarcha siempre se venden en tienda, no está permitido comprarlas online porque requieren de un especial asesoramiento. Buscad una tienda informada y que os ayude alguien que realmente sepa de lo que está hablando.
Más información:
- Página web de A Contramarcha. Síguelos en Facebook, Twitter, o Youtube.
- Por lo que más quieras, los niños a contramarcha, de Mujeres y Madres Magazine
- Los niños en sillas a contramarcha por favor, de La Orquídea Dichosa
- Vídeo de la DGT recomendando llevar a los niños a contramarcha
- ¿Por qué la sillas de coche a contra marcha son las más seguras?, de Tigriteando
*Post NO patrocinado de ningún modo. Escrito con el asesoramiento técnico de Nordic Baby.
2 respuestas a «Los niños en coche, a contramarcha»
Muchas gracias por incluirme Sara… Ojalá todo el mundo cuente con la información suficiente para elegir el mejor SRI, siempre a contramarcha, claro.
Un beso
Un post genial, poco a poco vamos dando información qeu espero que sirva. A mi desde que fui a una charla y empecé a leer cosa de la contramarcha no dudé en cambiarla. También hice un post hace poco, etnre todas podemos ayudar a que esta información llegue 🙂