Os voy a hacer una confesión. Este libro no se lo he comprado a mis hijas, me lo he comprado para mí. Mira que yo no soy muy carne de Instagram (ya os lo contaré con más detalle en un post, pero vamos, básicamente es que no me gusta) pero me he hinchado a ver este libro en un montón de fotos. Atlas del mundo, de Aleksandra Mizielinska y Daniel Mizielinski, editado por Maeva. Y supe que lo quería.
Unos días atrás en mi comida con mis amigas Mónica de Con Peques en Zaragoza y Cristina de Pequeñas Personitas lo había estado viendo en Vips. Me llamaba. Estaba ahí, en lo alto de una estantería diciéndome «mi tesoroooo». ¡Qué bonito era! Se lo enseñé a mis hijas con la esperanza de que me dijeran ¡mamá, lo necesitamos!. Y no creáis que no se lo vendí bien. Subí mi tono de voz una octava y puse la voz que pongo cuando intento metérsela doblada. Así como muy entusiasta, ya sabéis lo que os digo
Y no coló. Ni de coña. Me miraron con cara así como de «pero serás piltrafilla…». Así que decidí que me hacía un Fernando Fernán Gómez. A la mierda. Me lo compraba yo para mí.
Lo peor del Atlas del mundo de Maeva, de lejos, es el precio. Rondando los 30 euros. Dolor doloroso. Vale que es muy grande, que el libro es una preciosidad, que el papel es buenísimo y que los libros siempre son una inversión (o eso llevo diciéndome desde que tengo uso de razón). Pero son 30 euros del ala. Esto es así. De ahí mis reticencias a comprarlo, la verdad.
¿Me arrepiento de haber pasado de todo? no. Miradlo. De verdad ¡¡¡MIRADLO!!!
El atlas es pra preciosura, de ahí mi enamoramiento con él. Cuando yo era pequeña tenía pasión por un globo terráqueo como el que compré a Aldara y al que jamás le hizo ni puñetero caso. Me gustaba darle vueltas y pensar en dónde iría de viaje. Años más tarde mi tía me guardó los fascículos para un atlas de El País Aguilar que está con las esquinas destrozadas de lo que lo manoseé. Los Atlas me gustan. Este es un atlas para niños, con dibujos y curiosidades sobre los países del mundo.
Vale que algunas de las cosas son clichés, pero claro, lo sé de mi país. Pero cuando no tienes ni idea de la cultura de un país hay que comenzar por los básicos. Yo creo que un Atlas como éste merece la pena sin duda. Y no como decoración sino para darle mil y una vueltas. Es una preciosidad y ¿sabéis qué? Conseguiré que les guste. ¡A Dios pongo por testigo!
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4 respuestas a «Atlas del mundo: una preciosidad de papel»
Te digo una cosa… a mi no me ha hecho falta ni la voz una octava más alta, ni tus artes en la voz… tampoco considero que me la hayas metido doblada jajaja.
Pero vamos, qué me lo llevo, ya te diré que opina la criatura ;))
Se ve preciosísimo, estoy contigo.
yo lo pedí (y lo conseguí!) en mi cumpleaños del año pasado, mi versión es en inglés porque aún no había en castellano… y porque lo encontramos a 50% en el British Museum, que lo había pedido antes y no me habían hecho ni caso xDDDD
Por cierto, al volver lo puse en IG, pero nadie le hizo caso en su momento xDDDD
jajajaja si es que somos gregarios total jajajaja