Cultivar un huerto urbano pone en contacto a los niños con conocimientos prácticos que en el día a día de las grandes ciudades se han perdido. A veces es difícil que los pequeños estén en contacto con la naturaleza si no se dispone de la posibilidad de visitar el campo de manera habitual. Por eso, cada vez más nacen iniciativas que conectan a los pequeños con el medio ambiente para realizar actividades lúdicas y/o educativas que les divierten y les enseñan cosas de una manera diferente a como aprenden habitualmente en la escuela.
El kit de SeedBox incluye un pack con semillas, tierra, abono y una guía de instrucciones para cultivar rúcula y tomate cherry. Después también hay sabrosas recetas para cocinar platos a partir de lo que has cosechado. Será genial para promover los valores ecológicos, el contacto con la naturaleza, los conocimientos prácticos relacionados con el ciclo de los cultivos y la época natural para consumir cada alimento. Además, son actividades que también permiten hablar de la alimentación saludable basada en alimentos variados, de temporada y cultivados con proximidad.
También hay kits para todos los gustos, como Surfing on a Salad. Con este podréis cultivar rabanitos y albahaca. Se trata de dos cultivos de rotación, ¿a qué no sabes lo que es? ¡Pues ahora ya puedes descubrirlo mientras juegas y te diviertes con tus hijos! Además, con actividades como esta también fomentas su sentido de la responsabilidad, pues tiene que asegurarse de cumplir todos los pasos de las instrucciones y de vigilar que las hortalizas crezcan bien.
Es interesante que el niño sienta interés por descubrir y comprender. Esta SeedBox es ideal para niños entre 6 y 9 años, cuando los niños ya desarrollan muchas de sus capacidades cognitivas a nivel general. Una actividad como plantar un huerto urbano logra que aprenda a través de la práctica y, aún más interesante, es una actividad que logra que aprendan jugando, porque al final, ésta es otra forma de divertirse.
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