10 razones para ver las chicas Gilmore

Hoy se estrena en Netflix Las cuatro estaciones de las Chicas Gilmore, epílogo años después de la exitosa serie Las chicas Gilmore. Yo no soy una seguidora «pata negra» como sí que he sido de otras series que he visto desde el inicio y que he seguido, sufriendo con cada parón de la serie en Estados Unidos como una yonqui a la que le faltara droga.  No fue mi caso. La emisión inicial de la serie tuvo lugar en el momento de mi vida en que más horas he trabajado. Trabajaba tanto que caí enferma incluso, así que imaginaréis que no estaba yo para seguir series si cuando llegaba exhausta a mi casa me sentaba en el sofá y entraba en coma. Luego comencé a trabajar a horas extrañas, después me despidieron por estar embarazada… en fin, que no coincidió con un momento muy seriéfilo de mi vida. Aún así, yo sabía que estábamos predestinadas a encontrarnos porque siempre que veía alguna cosa suelta me llamaba muchísimo la atención.

Y el momento ha sido ahora. A mí me gusta muchísimo ver series y películas pero veo poca televisión convencional y menos aún a las horas que toca. Normalmente veo casi todo en las apps o grabado, así que pensé en dar carpetazo a Movistar Plus para pasarme a Netflix … y en buena medida fue por la posibilidad de ver Las chicas Gilmore. Me corría prisa porque sabía que el 25 de noviembre se estrenaba la nueva temporada … así que me he visto las 7 temporadas en un mes. Teniendo en cuenta que son 22 capítulos por temporada (salvo la primera, que son 21) y que duran sus buenos 40 minutos imaginad el atracón que me he dado.

No me cabe duda de que ver la serie así no tiene nada que ver a verla a poquitos, paladeando cada capítulo, sufriendo con cada final de temporada, disfrutando cada victoria. Pero como decía «la vida es así, no la he inventado yo» y las cosas son como son. También os diré que ahora que prácticamente lo veo todo en plan maratón no sé si llevaría demasiado bien estar sufriendo durante siete años, así que cada cosa tiene su aquel. En todo caso, es lo que es.

En todo caso no quita para que me haya enamorado de la serie profundamente y que esté deseando ver qué nos tiene que ofrecer Las 4 estacione de la chicas Gilmore, una historia de Netflix en 4 partes que es como se publicita. Os dejo aquí con el trailer.

Para los que no habéis visto las chicas Gilmore os doy 10 razones para enamorarse de la serie.

1. Porque estoy todavía decidiendo si soy Lorelai o Rory.

Lorelai y Rory son las protagonistas absolutas de la serie, una madre soltera que tuvo a su hija con 16 años y su juiciosa hija. No sé lo que será ver la serie con menos años de los que tengo ahora, pero sin duda es complicado decidir con quién de las dos me identifico más. Madre e hija parecen tener los papeles cambiados durante gran parte de la trama: Rory es muy madura para sus edad y Lorelai es un poco cabra loca, pero no siempre es así durante toda la serie. Si bien a veces es Rory la que parece la madre, a la definitiva es Lorelai la que es y actúa como una madre.

Pero claro, a lo largo de los episodios vas identificándote con una y con la otra en ocasiones. De Lorelai tengo mucho su sentido del humor y sus payasadas pero Rory me recuerda mucho a quien fui. En todo caso es difícil decidirse. Es más ¿por qué hay que hacerlo? No hay nada mejor que una serie en la que podamos entender y ponernos en los zapatos de más de uno.

2. Porque es una serie de mujeres

De hecho inicialmente el papel de Luke Danes en la cafetería lo iba a hacer una mujer, pero pensaron que necesitaban un punto de testosterona. Las mujeres de la serie son maravillosas. Todas. No hay un solo personaje plano. ¿Es una serie para chicas? Pues no necesariamente, conozco a varios chicos que la adoran y lo dicen sin absolutamente ningún tapujo. ¿Que haya muchas mujeres la convierte en una serie para mujeres? Para nada.

3. Porque comen. Y beben, aunque sea café

En realidad podría decirse porque disfrutan. Las Gilmore zampan que no veas y sin remordimientos. Es difícil recordar una serie en la que coman más. La comida es el centro de la acción. Desayunan en el Café de Luke, cenan todos los viernes en casa de los abuelos, Sookie la mejor amiga y socia de Lorelai es cocinera y comen cuando ven películas por las noches. Lo mejor es que ellas apenas saben cocinar más que de pura supervivencia pero todo el mundo a su alrededor cocina maravillosamente ¡y ellas lo disfrutan!

(por cierto existe este libro Eat like a Gilmore que hace que quieras salir a comprarlo ya. De nada. Puedes comprarlo aquí. )

4. Porque las relaciones familiares no siempre son fáciles

Las chicas Gilmore se adoran. Madre e hija tienen una conexión bestial y para el espectador es una maravilla poder verlas. Pero las relaciones familiares no son siempre fáciles e incluso las que más se quieren a veces tienen tensiones. Es curioso porque como espectadores siempre hemos deseado que las dos actrices fueran tan íntimas como parecía en pantalla y parece que no, que sólo se aprecian pero sin más. (Para compensar Alexis Bledel «Rory» estuvo saliendo bastante tiempo con Milo Ventimiglia «Jesse»).

Pero donde hay más tensión es con los abuelos Gilmore. En el fondo estoy convencida de que Lorelai y su madre se parecen más de lo que querrían confesar a pesar de las apariencias. A Lorelai su madre le parece una señora con ideas demasiado firmes, que se mete en la vida de todo el mundo y profundamente clasista. Pero en el fondo Emily Gilmore utiliza todo esto para defender con uñas y dientes a los suyos… exactamente lo mismo que hace Lorelai.

5. Porque Stars Hollow es un lugar feliz

¿Quién no querría ir a Stars Hollow? Es un pueblecito en el que todos se conocen, lleno de lugares llenos de encanto. Mataría por alojarme en el Dragonfly Inn, por comer la comida de Sookie. Por ir a los festivales, por sentarme en la pérgola, por ir a clase de Miss Patty, por asistir a una reunión de vecinos. No sé si es por el cariño que tienen a su pueblo ellas o que realmente es un sitio encantador pero… me encantaría que existiera (y yo me iba de cabeza)

6. Por su sentido del humor

Las reinas del humor son Lorelai y su madre, Emily. Las dos son cáusticas, corrosivas. Lorelai de una manera evidente (no puede evitar hacer chistes de todo… y es lo que sospecho que más adora Luke de ella) y Emily es una gran humorista aunque ella probablemente no lo sepa. Me encanta. Rory ha heredado el sentido del humor de ambas, pero su sensatez hace que a veces quede más difuminado.

7. Porque es pura cultura

Rory es una amante de la literatura, del cine, una estudiante magnífica que quiere ser periodista. La serie está llena de referencias de todo tipo y resulta muy enriquecedora a nivel intelectual. Es una serie con muchísimo más diálogo que cualquier otra y va a toda velocidad así que sospecho que admite un montón de visionados para ver los matices.

8. Por el amor

En la serie realmente no ocurren grandes cosas (si por no suceder grandes cosas obviamos que ahí lo que se retrata es la vida tal cual) pero el amor siempre está presente. A Lorelai, guapa, exitosa, con un gran carisma siempre la pretenden aunque es inevitable sentir predilección por ese Luke tan torpe en cuestiones amorosas que siempre está ahí, esperándola sin que ella durante gran parte de la serie sea consciente de ello. Con Rory sufro más en este sentido porque no termino de entender a veces sus decisiones amorosas. En todo caso, merece la pena verlo.

 

9. Por sus secundarios

La serie está llena de los personajes secundarios más alucinantes del mundo. No hay personaje malo. Desde Sookie a Kirk, el alcalde, Miss Patty, Lane y por supuesto a esa fantástica y extravagante Paris Geller. Hay una teoría que no sé si es muy loca o muy real sobre ella en Vox que deberíais leer si sois auténticos fans de la serie y me contáis (en inglés) ¡Gracias Sandrística por el descubrimiento!

10. Porque las chicas Gilmore te pone de buen humor

Y sí, hay que ver Las chicas Gilmore porque nos hace felices. Que no hay un mejor motivo que este. Yo voy a ver la serie de nuevo (en un tiempo, que ahora la tengo muy reciente) y por supuesto no me voy a perder los 4 capítulos nuevos. Qué ganas, por amor de dios.