El otro día mi hija pequeña salió diciendo algo de «marimacho» del colegio. No me preguntéis exactamente qué era porque yo hay ciertas cosas que las oigo y me sale la conferenciante que llevo dentro. A mis pobres hijas les meto unas chapas que las hundo (mi favorita es «si te gustan de mayor los chicos, guay, pero si te gustan las chicas, guay también») y aquello me dio pie a sacar la conversación sobre los marimachos. Es una palabra que ODIO con toda mi alma. Y eso que como os he contado alguna vez yo hasta los 25 no llevé jamás pantalones y siempre he sido lo que se conoce como «femenina».
A ver. Esto es lo que dice la RAE :
¿Y qué es actuar como un hombre? ¿Jugar al fútbol en los recreos es de chicos? ¿Que no te gusten las muñecas es de chicos? ¿No darle importancia a la ropa es de chicos? ¿El qué es de chicos?
Yo no quiero que la sociedad les marque a mis hijas lo que pueden o no pueden hacer. Para mí es perfecto si juegan con Barbies, si se disfrazan de princesas, si ven Frozen o si le gusta el rosa. Si es lo que quieren, para mí está bien. Igual que está bien que jueguen con la pelota, elijan disfraces de StarWars, o se vistan de cualquier otro color. En mi casa pasa eso: Mencía lo mismo tiene un rato en el que juega con muñecas que tres minutos más tarde se baja a la calle despeinada perdida a echarse unas carreras. Le gustan los vestidos, pero es feliz con unos leggins o un pantalón corto y le importa tres pimientos su aspecto físico.
ME ENCANTA que sea así. Me encanta que sea como quiere ser, sin ningún tipo de complejo. Y me encanta también que su hermana libremente haya escogido la opción de arreglarse y llevar el pelo hasta el culo rapunzel style. Las niñas, y también los niños tienen todo el derecho a ser como les dé la gana. Y ni siquiera tienen porqué ser iguales constantemente. ¿Es incompatible que te gusten las muñecas con que te guste el fútbol? No.
Las palabras «marimacho» y «afeminado» presuponen que hay «cosas» para chicos y «cosas» para chicas. Y es algo con lo que no estoy de acuerdo. Es verdad que aparentemente muchas niñas eligen las muñecas y muchos la pelota (y no quiero entrar ahora mismo en la ardua discusión sobre si es algo natural o aprendido porque yo no soy especialista en el tema) pero ¿y si quieren escoger otra cosa, qué?
Me encanta la serie Star vs las fuerzas del mal precisamente porque no tira de tópicos. Parece que para que una niña pueda ser valiente y enfrentarse a todo tipo de peligro tiene que adoptar NECESARIAMENTE roles masculinos. O sea, que si te gusta el rosa, la purpurina y llevar vestido tienes que pasar a ser una princesa pasiva necesariamente. Star es princesa en otra dimensión, y no renuncia a la purpurina, a los colores pastel y a ser cuqui porque no le da la gana. Y si quiere ponerse una diadema de cuernos y unas botas de monstruo en los pies al mismo tiempo, se las pone. A mí me gusta porque es algo diferente y está alejado de los clichés habituales. Les dice a las niñas «sed como os dé la gana ser».
Niñas, niños: palabras como marimacho sólo deberían aparecer en la RAE con la nota al lado de «en desuso» porque son ofensivas, innecesarias y nos limitan. Sed como queráis ser. Vestíos como os pida el cuerpo. Jugad a lo que os dé la gana. Utilizad los colores que queráis. Tenéis derecho al rojo, al verde, al negro, al blanco, al azul… y al rosa y a la purpurina si es lo que os apetece, también.
5 respuestas a «Mamá ¿Qué es un marimacho?»
¡Completamente de acuerdo!
Totalmente de acuerdo contigo!!!!
[…] para meternos en la etapa esa hortera del rosa.. y los brillis. Porque el rosa tiene un pase, pero con la purpurina ¡¡¡no puedo!!! Si es que parecen árboles de navidad. Encima como estamos también con las princesas Disney a saco, […]
[…] ha criado así está deseando tener hijos, chicos. Yo no. Yo quería hijas y estoy encantada de que mi mundo esté lleno de purpurina […]
[…] fuertes. Pero de entre las heroínas que han ido saliendo últimamente, sin duda me quedo con Star, esa princesa que vino de otra galaxia para aprender a usar su varita, que lo único que hace es meterla en más problemas. Alejada de los estereotipos cursis de […]