En casa nos encantan los quietbooks. ¿Sabéis lo que son? Se trata de unos libros hechos a mano y generalmente personalizados para cada niño. Están hechos con fieltro y tienen un montón de actividades para que los niños se entretengan un buen rato jugando con las distintas actividades propuestas. La verdad es que todo lo que tienen de chulos lo tienen de trabajosos pero son de estas cosas que a poco mañosos que seáis merecen la pena porque se acaban convirtiendo en un objeto memorable.
Este es el quietbook que mi madre le ha hecho a mis sobrinos Iria y Néstor. Ni recuerdo cuándo empezó a hacerlo pero hace muchos días. No es una cosa que se pueda hacer de un día para otro porque lleva cantidades ingentes de trabajo. Mi madre lo cogía, lo dejaba… Y lo cierto es que el resultado es realmente maravilloso para mi gusto. El nuestro no es de fieltro sino que está hecho con la técnica de patchwork con telas. Es más trabajoso, pero para mi gusto queda mejor acabado. Cada hoja es doble y cuenta con un plástico dentro para darle un poco de consistencia.
En principio es para los chiquititos, pero si no se ponía el nombre de su hermano mayor en la portada le daba algo así que para evitarnos discusiones se puso y andando.
Las hojas del quietbook trabajan distintos aspectos: la psicomotricidad fina, la memoria, el reconocimiento de texturas… Resultan realmente entretenidos para los niños. Las letras de la portada se quitan y se ponen y así pueden aprender a reconocer su nombre.
Aquí tenéis otras dos cosas. Hay un reloj, que para los más pequeños no nos servirá para aprender las horas, pero para más mayores sí. Cuando son bebés como mis sobrinos pueden jugar a mover las manecillas, van viendo los números… el objetivo no es tanto que aprendan sino que se diviertan jugando con les venga en gana.
Una de las partes que más les gusta es esta de aquí arriba que es un juego de Memory ¡pero con los miembros de su familia! Cada foto está plastificada y cuenta con un ojete para poder poner unas cintas si se quiere.
En estas hojas del quietbook tienen que practicar los puzles (sencillos) y también el abrochado. Aquí pueden hacer nudos.
Quizás con la parte que menos satisfecha está mi madre es con la hoja cubierta por un plástico cuyo objetivo es mover los botones hacia arriba y abajo. Cuesta un poco y no termina de resultar redondo.
La contraportada está hecha con tela de pizarra para que puedan escribir si quieren.
En este vídeo habéis podido ver in situ cómo funciona el libro y el tamaño que tiene más o menos. Lo mejor es que este libro es complementario a otro que tenemos y que os muestro aquí abajo. Quizás las actividades más vistosas sean las de abajo, pero habida cuenta que ya las teníamos se trataba de ser originales y explorar nuevos caminos. Si vosotros vais a preparar uno podéis coger ideas para hacerlo totalmente a vuestro gusto. Podéis ver el otro quietbook de mi madre en este link donde contamos cómo está hecho y también en vídeo
¿No os parecen una maravilla? A mí me alucina lo bonitos que son y lo estupendos que resultan para los pequeños ¡ojalá fuera niña de nuevo para poder jugar con ellos!
Más información:
- Mi amiga Annabel de La Nave de V escribió un post muy completo sobre quietbooks y dónde poder comprarlos si no os veis capaces de hacerlos que podéis encontrarlo aquí.
4 respuestas a «Un quietbook para mis sobrinos»
Tu madre es una señora artista y le ha quedado fantástico. Felicítala, anda.
me encantan estos libros, pienso hacer uno en algún momento, sólo que lo veo tan de profesional que no me decido… pero tiene que ser un recuerdo precioso… voy a ver si me lanzo… ¡ah! y olé tu madre! 😉
¡Es una pasada! Qué original y cuánto detalle! Felicidades!
[…] https://www.mamisybebes.com/2017/10/quietbook/ […]