En mi casa nueva estamos en pleno proceso de reforma. Todo el mundo me decía «ya verás, son unos informales», «no hagas demasiado caso de los plazos porque todo el mundo se retrasa», «las obras son un infierno». Lo cierto es que nada de eso en mi caso está siendo verdad. Mi contratista (o mi albañil a secas, pero contratista suena mejor) se llama Antonio y no se parece nada a los hermanos Scott. No tiene su tipazo, ni su pelazo, ni su glamour pero ¿sabéis qué? A mí me da lo mismo porque estoy aprendiendo mucho de él. Y no de albañilería, que también, sino de la vida. Antonio no lo sabe, pero sabe mucho más de marketing que muchas de las escuelas de negocios.
10 lecciones que aprendí de mi contratista
… y que son aplicables a casi todos los ámbitos de la vida.
1. Contratar a buenos profesionales siempre ahorra dinero
Cuando estás a punto de embarcarte en una obra te acechan mil dudas. No te vas a gastar tres duros, así que quieres estar segura de que no te sale rana la cosa. ¿Y al final qué? Pues que invertir en gente que te dé confianza, aunque tal vez no sea el presupuesto más barato siempre es una buena idea. Dar con buenos profesionales es siempre lo mejor y generalmente un buen profesional no tira sus precios.

2. Quien mucho abarca poco aprieta
Como me decía mi albañil: yo llevo siendo albañil toda mi vida. Treinta años… y cada día sé menos. Para hacer bien las cosas es preferible que las hagan especialistas y no quien no tiene demasiada idea… como dice mi amiga Patch en el ámbito de las redes sociales huye del «primo que me lleva el twitter»
3. No te fíes de quien te hace propuestas que suenan poco realistas
¿No os ha pasado que alguna vez alguien te promete el oro y el moro y desconfías? Pues haces bien en desconfiar. Fíate más de quien te hace propuestas razonables, de quien te advierte de los problemas que pueden surgir y no de quien te lo pinta todo de color de rosa. En la vida pueden surgir muchos imprevistos y es mejor tenerlo in mente que después llevarnos sorpresas.

4. El tiempo es dinero
Cuando le pregunté a Antonio al principio que cuando iba a estar la obra más o menos me dijo que en unas 10 semanas. Y yo le dije «¿en serio?». Él me contestó que más le valía que fuera así porque si se retrasaba aquí iba a ir retrasado en otros proyectos y cuando tienes mucho trabajo es algo que no puedes permitirte. La verdad es que os parecerá una idiotez pero desde entonces tengo plena fe en que acabará cuando ha dicho porque ya no es por mí, que también es que también es por él.
Es importante centrarse y ponerse a hacer las cosas. El tiempo perdido es dinero tirado a la basura así que nada de procrastinar (mira que es chunga la palabra). Antonio lo tiene claro y yo se lo agradezco. Triunfa uno, triunfa el equipo.
5. Haz las cosas bien a la primera
Y sí, es importante hacer las cosas rápido, pero al mismo tiempo es importante hacer las cosas bien. Hay que trabajar bien y en la medida de lo posible a la primera. Repetir las cosas si es estrictamente necesario sí, pero por deporte ni de coña. Invierte tiempo en PENSAR antes de en hacer.
En mi obra hay cosas que son mecánicas y que Antonio hace sin más. Y otras como las baldosas del baño que son complicadas y por tanto es posible que nos den problemas es mejor pensar antes.
6. Rodéate de los mejores
Solo no puedes, con amigos sí, decían en la Bola de Cristal. En un trabajo como éste vales tanto como valen los que te rodean. ¿De qué te sirve ser el más rápido si cuando le toca al siguiente no está listo? ¿De qué te vale hacer las cosas súper pulcramente si luego tus compañeros de equipo son unos chapuceros? Rodearte de los mejores va a repercutir en tu trabajo siempre. No tengas miedo a los compañeros de trabajo bueno ¡al revés! ¡Búscalos!
7. Trabajo en equipo
Y esto se une con lo anterior. Casi todo forma parte de un engranaje en el que los trabajos de varias personas se superponen. Nunca infravalores a tus compañeros y piensa que si ellos no hacen su parte, tú no puedes hacer la tuya. Hay quien intenta colgarse todos los méritos pero lo cierto es que hay que dar crédito a quien nos está ayudando. Todas las partes del proceso son importantes y necesarias. Valóralas.

8. Escucha a tu cliente
En este caso la clienta soy yo y Antonio siempre me escucha. Yo trato de ser una buena clienta y no empeñarme en cosas que no pueden ser (todos hemos sufrido esos clientes pesados que pedían el oro y el moro y eran cero razonables… y yo no quiero ser una de ellas) pero lo cierto es que Antonio escucha. ¿Que quiero baldosas imitación hidráulicas? Él me las pone. Sabe que para mí son importantes y que yo no le voy a poner problemas en otras cosas, así que aunque haya baldosas complicadísimas él las pone.
9. La satisfacción del cliente es el mejor marketing
Y es que Antonio es muy sabio. Me dijo «Mira, que tú estés contenta a mí me supone trabajo. Porque cuando alguien venga a tu casa te preguntará que si lo han hecho bien o mal, si has quedado satisfecha, si he sido eficiente y yo quiero que digas que sí… eso me granjea a mí clientes». Y tiene TODA la razón. Es posible que Antonio no haya estudiado marketing, pero que es muy sabio ya os lo digo yo. No hay mejor marketing que un cliente satisfecho de verdad.
Hacer bien las cosas SIEMPRE sale a cuenta.

10. Que tu trabajo te haga sentirte orgulloso
Amigos, que siempre os sintáis orgullosos de vuestro trabajo. Haced las cosas como si fueran para vosotros dando todo lo que podáis. Si luego no es suficiente al menos no os quedaréis con esa espinita clavada.
Como veis, es posible hacer una reforma y estar encantada de la vida. No tengo que estar persiguiendo a nadie, el trabajo va a toda velocidad, es de calidad y me lo estoy pasando bomba. Otro día os tengo que hablar de lo guay que es trabajar con una jefa de obra mujer (porque la arquitecta que ha hecho el proyecto y que lo supervisa todo es mi amiga María). Para que luego digan que las mujeres somos nuestras peores enemigas ¡y una leche!
13 respuestas a «Mi contratista no es Jonathan Scott, pero estoy aprendiendo mucho de él»
Me he venido a tu blog a animarme un poco, que me había dado bajoncillo, y sabía que por aquí saldría con una sonrisa. Y además me has dado en el rodalillo del gusto con los Scott XD Muy interesante lo que estás aprendiendo con Antonio, y con muchas ganas de ir viendo tu obra terminada, que seguro va a quedar genial todo. 😀
Ya queda menos, amiga, ya queda menos!
Te sumo una recomendación como vecina de uno que hace reformas y vale para todo: no todo vale para alcanzar los objetivos… ¡ten en cuenta a los que te rodean mientras haces tu trabajo!
en mi caso en particular, preséntate y pide disculpas por adelantado por los inconvenientes y deja tus datos para cualquier inconveniente! me han causado unas grietas en el baño, se me ha caído un trocito de techo sobre la bañera y cuando volvimos el viernes por la noche toda nuestra casa olía a pegamento y no había nadie a quién reclamar. Hoy hemos dejado una nota en el buzón (no hemos visto nunca ni sabemos cómo se llama el nuevo propietario) y hemos avisado a la propietaria de nuestro piso por si hay que hacer obras en casa. Pringaremos nosotros aunque no sea nuestro piso, eso seguro.
Buf, no tenía que ver con tu post, pero he aprovechado para desfogarme porque he pasado el fin de semana enferma y enfadada xD
y porque ya no digo nada de ruidos y vibraciones, que ya estaba preparada para eso desde que vi que llegaban operarios… argh.
Lo de presentarnos lo hicimos… empezamos la obra el 19 y el 31 había reunión de vecinos donde aprovechó mi marido para saludar y disculparse por adelantado y tal. En nuestro caso hay obreros de lunes a viernes de 8 a 16,30 así que es fácil localizarlos… hasta ahora ha estado mi Antonio todos los días. De momento hemos acabado con lo gordo y tratamos de hacer las cosas que hacían más ruido todas de vez para que fuera cuanto menos tiempo posible enfangados pero claro… milagros no podemos hacer y para eso hemos soltado 1.500 euros al ayuntamiento ,que se dice pronto, para poder hacer la obra. Yo no quiero causar molestias innecesarias pero… es legal todo lo que estamos haciendo y está pagado 🙁
Sabía yo que esas baldosas exagonales iban a darle trabajo a Antonio (o a quien fuera). A mí me ha pasado con el pintor, que siempre hemos recurrido al mismo por recomendación de mi tía, y después de mi madre y es el mejor del mundo. Nada barato, pero te lo hace todo en el plazo acordado y es de un pulcro y un recogido que solo el no tener que estar quitando chorreones de pintura durante meses ya merece la pena.
Si quieres que una obra termine bien, pon una jefa de obra. Te lo digo yo… a tiempo, sin sobrecostes, ni lágrimas.
AMO a mi jefa de obra. Es lo más. Women powen!
Quedas contratada, está claro que que entiendes el negocio!!!!
jajajajajaja gracias amiga!
Pues no puedo estar más de acuerdo contigo y mira que el tema de reformas a mi me agobia un montón, porque siempre ando dudando de todo y me cuesta fiarme pero menos mal que nos han tocado buenos profesionales. Me encantaría tener a los hermanos Scott pero bueno nos apañamos con lo que hay 🙂 .También te doy toda la razón en eso de que no hay mejor marketing que las cosas bien hechas, como dicen las obras hablan por sí solas!! Un abrazo y que todo siga viento en popa en la nueva casa!!
Mira, yo para eso tengo suerte, que no soy nada dubitativa. No me cuesta nada tomar decisiones. Ánimo! yes we can!
Me encantaría saber quien es tu Antonio jejeje, porque tengo pensada una reforma y no conozco a nadie 🙁