Alexa & Katie, una serie de adolescentes de Netflix que merece la pena

Os lo juro: como tenga que ver una vez más Madres forzosas, la serie que mi hija pequeña ve en bucle ME PEGO UN TIRO. A ver, que yo fui mucho de Padres forzosos en su día (y del tío Jesse más) pero esta nueva serie es infame ¡y a pesar de ello a mis hijas les encanta!. Así que siempre ando a la busca y captura de series que resulten divertidas para ellas y que a mí no me quiten las ganas de vivir. Acabo de encontrar Alexa & Katie en Netflix y ¡cómo me gusta!

Alexa & Katie, una serie para adolescentes

Seguro que habéis visto hasta la extenuación series de dos mejores amigas ambientadas en un instituto, con presencia de su familia ¿verdad? Das una patada y salen cincuenta. Pero Alexa & Katie tiene algo de especial… y es que Alexa tiene cáncer. ¿Mejores amigas, institutos… y cáncer? ¿Así todo junto? Sí. Y además no es un drama. Es una comedia.

Y es que la vida parece que está llena de estereotipos. La chica gordita en las películas sólo puede ser la amiga de la protagonista. El chico listo sólo puede ser un inadaptado y objeto de burlas constantes. Y el cáncer sólo puede tratarse en un drama. Alexa & Katie coge algo tan manido como una serie de adolescentes y introduce un valor más, el cáncer de la protagonista.

Y la verdad es que el resultado es súper interesante. Es verdad que a veces puede que la protagonista esté DEMASIADO bien, pero a mí me parece un enfoque al menos distinto. No hemos terminado de verla pero me gusta mucho de la serie cómo hacen que el cáncer sea parte de la vida. Tiene cáncer, sí, pero al mismo tiempo y no por ello deja de ser adolescente: tiene miedo a suspender los exámenes, discusiones con las amigas, la típica chica con la que se lleva fatal en el instituto… Y su mejor amiga Katie está además loca por su hermano. La vida, vamos.

La serie no resulta deprimente en absoluto porque el fin de la misma no es hacer un drama… pero el cáncer sí que está presente en los temas que se tocan. Alexa por ejemplo tiene un miedo atroz a perder el pelo por la quimio y Katie decide raparse como ella, como gesto de amistad. En clave de humor, sí, pero tratan el momento en que van a comprarse una peluca, lo carísimas que son y que Katie no puede comprarse la que quiere porque sencillamente no puede pagarla. Así como Alexa pertenece a un hogar estructurado y de clase media alta (padre piloto y su madre es Tiffani Amber Thiessen, la Kelly Kapovski de Salvados por la campana) Katie es hija de madre soltera y tienen problemas para llegar a fin de mes.

A mí me resulta especialmente entrañable (y duro) el capítulo en el que Alexa descubre que la enfermedad está haciendo que su madre no la trate igual que a su hermano. Ella se enfada porque se da cuenta de que cosas que en tiempos hubiesen supuesto un castigo automático ahora quedan impunes. Y no es que quiera que la castiguen, pero quiere que todo sea igual. Cuando habla por fin con su madre y ella le dice que es que después de saber que está enferma las cosas automáticamente dejan de tener la misma importancia que antes… se te cae el alma a los pies. Porque tú sabes que es así. Que si estuvieras en esa situación sería exactamente así.

Me gusta mucho la serie porque en un contexto hasta cierto punto superficial se tocan temas importantes y se habla de cosas que son una realidad. Los miedos, las inseguridades, esas cosas que no deberían importante pero te importan de todos modos. Lo difícil que es todo. Y que hay cosas que requieren su tiempo y su digestión.

¡Bravo por Netflix por una apuesta tan distinta y tan valiente!